Segunda Parte

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"Lo que hay en el alma es un modo de ser o una actividad. Y puesto que la actividad es mejor que el modo de ser, y la mejor actividad que el mejor modo de ser, y que la virtud es el mejor modo de ser, entonces la actividad de la virtud del alma es lo mejor. Pero la felicidad era también lo mejor; luego la felicidad es la actividad de un alma buena" - Garcés, L.F.

El dibujo cayó lentamente al suelo, mientras las palabras seguían atascándose dentro de JiSung, dejándolo completamente impactado.

—¿Te parece hablarlo con calma? —ofreció el pelinaranja.

Estar de nuevo en la cama de MinHo, con los tres gatos juzgándole el cuerpo, era una experiencia que no esperaba que sucediera tan repentinamente. Entre ellos estaba el dibujo de SeungMin, que era solo la visualización de su rostro. A su izquierda se encontraba MinHo, abrazando sus rodillas. Y frente a ellos, acariciando a los gatos, se encontraba SeungMin.

—¿Tú qué puedes hacer? —preguntó MinHo, luego de un extenso periodo de silencio.

—Animales —respondió JiSung por lo bajo—. Puedo oírlos y puedo hacer que me entiendan. ¿Tú?

MinHo tomó aire antes de contestar. —Muertos. Puedo verlos andar por todas partes.

—¿Cadáveres o fantasmas?

—Fantasmas cuando conozco sus rostros. Cadáveres cuando no.

JiSung soltó un suspiro ante la confesión, manteniendo su mirada en SeungMin. —¿Por eso no me hablaste la primera vez que nos conocimos?

—Era..., horrible —admitió MinHo, con su voz temblando—. Su cuerpo..., brotaba tanta sangre y- y su cabeza dada vuelta-

—No tienes por qué describírmelo —interrumpió—. Sé cómo estaba. Yo lo vi.

—Le gusta estar a tu lado, dice que eres entretenido.

—Lo sé. Lo he visto —confesó, finalmente mirando a MinHo—. Me ha acompañado desde que empecé a hablar con los animales. Nunca supe por qué, pero él siempre está conmigo. ¿Por qué eso sucede?

—No lo sé- Chan dice que tal vez sea la maldición y-

—Alto —cortó una vez más—. ¿Chan dice?, ¿Chan qué es lo que sabe?

MinHo, pareciendo haber cometido un error al hablar, cerró los ojos y apoyó su frente en sus rodillas. —Perdón- esto tuvimos que hablarlo con el grupo.

—MinHo. Dime la verdad.

El chico, finalmente mirándolo, negó. —No puedo.

Drásticamente, ante las quejas de los tres gatos, JiSung se vistió y salió de la cabaña de MinHo, aunque este no le siguió el paso. Totalmente trastocado e invadido, se encaminó hacia la casona de Chan y bajó hasta su habitación, viendo a Bbama despertar abruptamente por el escándalo de JiSung.

—¿Qué pasa?, ¿Qué pasa? —preguntó el cachorro, moviendo la cola—. ¡Volviste!

—Nos vamos de acá —espetó JiSung, pensando en qué guardar cuando- cierto, le habían robado todo—. Robaré una bolsa.

Dejando toda la ropa que había comprado sobre la mesa, se encaminó con rapidez hacia el otro piso, hurgando entre las gavetas de la cocina en busca de alguna bolsa o cualquier cosa en la que podía llevar sus pertenencias. El ruido no solo despertó a Bbama, ya que Chan- con sus ojos hinchados y pelo desordenado, salió de su dormitorio para verlo.

—¿JiSung?, ¿Qué sucede?

—Me voy —dijo, sintiendo la rabia salir por cada poro de su rostro—. ¿Cómo es posible que ninguno de ustedes me lo dijera?

Estrella perdida en una noche de verano [#1]; MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora