Capítulo 2

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•Melania•
25 marzo, 2024

—Voy a mudarme.—es lo primero que digo porque la verdad es que me siento bastante estúpida aquí de pie.—Es raro decirlo en voz alta, se hace real. No sé si suena ridiculo pero se siente así. El piso es pequeño, acogedor y lindo. Solo espero que el elevador no se dañe tan a menudo, porque subir tantas escaleras va a matarme. Me mudaré en una o dos semanas, tengo que comprar el sofá, una televisión, la cosas de la cocina. Mierda, no tengo nada.

Acomodo las flores que estaban un poco viradas, quito las hojas secas y limpio la tierra.

—Aquí se paga un ojo de la cara y aún así no limpian como se debe.—me quejo.—Bueno ya te conté casi todo en las dos hora llevo aquí sentada, y Rose...yo sigo extrañándote. Cada día lo sobrellevo mejor pero eso no significa que deje de doler.

Vuelvo a leer la lápida pulida en mármol con las letras inscritas.

Rose Monroe Hill
Hija, Hermana y Estudiante
3 Septiembre 2000
+
10 Febrero 2017

Ya casi estamos en abril, pero el mes pasado se cumplieron siete años desde que te fuiste.—me levanto de la grama, sacudo mi ropa y seco mis pequeñas lágrimas.—Si lo sé, aún sigo siendo una total drama y si, mis lágrimas al parecer no tienen fin como dijiste una vez. Yo...creo que vendré más seguido por aquí, no sé si de algún modo me escuchas pero se siente bien saber qué tal vez si sea así. Te mantendré informada de todo.

Me quedo en silencio un rato, mirando las letras talladas, dejando que la brisa de en mi cara, esperando que la tristeza se alivie para poder seguir adelante.

—Eh...adiós. Vendré luego.—me despido, dando la espalda.

Siempre trato de venir cada vez que tengo un momento para mi, cuando siento que estoy al borde de una situación, vengo a visitar a Rose, de alguna manera ella está ahí, es reconfortante. Como tan bien es más fácil hablar de ella, no es que me la pase hablando de Rose a cada momento, pero si estoy teniendo una conversación con mis padres y la mencionan, bien puedo seguir hablando sin malos recuerdos.

A Rose también le conté sobre Willem, fue una de las primeras cosas que le dije al venir, le conté cada detalle, excepto esos detalles íntimos, eso sería raro. Ella lo conoció no sé hasta donde, pero al menos le tenía que caer bastante bien para que dejara que él escribirá esa carta que aún guardo, y guardaré siempre.

En estos dos últimos años, trato de no pensar tanto en los momentos que compartí con Willem, no porque sean malos, es todo lo contrario. Son demasiado felices, así estuviéramos discutiendo, hablando, llevándonos la contraria o teniendo sexo, todo esto es demasiado como para recordarlo. No me arrepiento de nada, mucho menos de todo lo que compartimos.

Porque si una de las cosas que uno aprende de cuando crece, es apreciar esos momentos que tuviste con ese alguien quien te hizo feliz. No podemos tirar todo eso por la borda solo por un mal momento. Solo por un error no podemos tachar todo aquello bueno que tuvimos.

Como también uno entiendo que las personas no son para siempre, algunas solo están de paso en tu vida, otras están para quedarse.

Y si Willem Milton, solo estuvo de paso en mi vida. Lo agradezco, porque fue él quien me enseñó lo que es querer, lo que es amar a alguien, se lo que se siente solo porque él estuvo ahí, conmigo. No puedo estar triste por algo como eso. Al contrario, si yo fui feliz con él, es justo que él puede ser feliz con otra persona.

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⏰ Última actualización: Jan 11, 2022 ⏰

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Caer Juntos [libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora