La condición

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Capítulo 1.


Min YoonGi.

La brisa con sutileza movía nuestros cabellos. Para mi era algo molesto, puesto que mi cabello estaba bastante más largo que el de Jimin.
Nos encontrábamos recostados sobre la paja en el patio de la casa, Jimin recostado cómodamente en mi pecho, disfrutando de ver el atardecer. Tranquilos al fin.

—Me encantan estas fechas, porque no tengo miedo—murmuró, y lo abracé un poco más por la cintura.

Estábamos en noviembre, justo cuando empieza el clima frío y la caza es más escasa. En esta época los alfas llevan a sus mujeres omegas a una zona más cálida siguiendo a los pájaros que migran, donde haya agua para poder pescar. Aunque las casas son provisorias y más precarias que las de aquí, es algo que se hace desde que yo recuerdo.

Nosotros, en cambio, preferimos quedarnos en nuestro hogar con la excusa de que no tenemos ninguna omega, por tanto, no es necesario hacer el viaje. Y claro, no tenemos omega porque eso es justo lo que somos nosotros dos.

—No deberías sentir miedo—susurré.

Pero el miedo es algo que siempre está, uno aprende a vivir con el y a disiparlo lo más posible. No existe alguien en el mundo que pueda decir "yo no le temo a nada", porque estaría mintiéndose a sí mismo.

—Bueno—hizo una pausa para reírse, movió la cabeza de forma en que ahora me miraba desde allí abajo—, teniéndote a ti para defenderme quizás no.

Sonreí sin poder evitarlo y lo apreté entre mis brazos con cariño, sin hacerle daño.

Jimin es todo lo que tengo, no sé que sería de mi si no no lo conociera. Quizás me hubiera dejado matar por algún alfa de esos, de todas maneras no tenía un propósito o meta en la vida que quisiera cumplir.
Pero por casualidades del universo vi a un niño caerse en la calle, de la nada se desplomó, y eso significaba que se estaba presentando. Y me le acerqué aprovechando que estaba vacía la calle, por que algo me daba mala espina: no sentía el olor picante y fuerte que tiene un alfa al presentarse.

Era un omega, al igual que yo. Y mi deber desde ese día fue cuidar de él, por que yo sabía que nadie lo haría y Jimin era pequeño en cuanto complexión física aún teniendo once años.

—¿Recuerdas que al principio me tenías miedo?

Era entendible, por que, vamos, ¿dónde se ha visto que un extraño se tome atribuciones que no le corresponden? ¡exacto, solo los alfas hacían eso con las mujeres omegas o alfas más pequeños! Jiminie primero era reacio a mi, no dejaba que me le acercara demasiado, pero a pesar de todo confiaba un poco en mi y nos hicimos amigos en cuestión de días.

Quizas fue un vínculo forzado por mi ceguera de "proteccion", pero finalmente... bueno, aquí estamos.

—Oh, Yoon, sí. Pero tú... ¡Eres una ternura! Y no pasó tanto tiempo para que me diera cuenta de ese detalle.

Me quedé en silencio, sintiendo la vergüenza subir a mi rostro. Estuve agradecido con la brisa -que se había vuelto fría por el horario- que rozó nuestras pieles y ayudó a que no sintiera demasiado calor en todo el cuerpo.

Jiminie... estaba pensando en algo.

Hablé, por que detesto el silencio, en primer lugar, y además quería cambiar el tema de conversación.

—Te estoy escuchando atentamente—respondió de inmediato.

—En estos últimos minutos me he dado cuenta que desde hace tres horas a mi estómago no llega comida—suspiré ruidosamente, a propósito—, ¿sabes qué pasa entonces?

—Emm... ¿tus tripas bailan por la cena?—contestó riéndose, dudando.

—¡Exactamente! Y eso, me pone de malhumor. Te aseguro que no me quieres de malhumor, Jim. Además, ¿sabes cómo estoy sufriendo justo ahora? ¡mi estómago ruge como un León por alimento! ¡siento que voy a morir!

—Eres un exagerado, ¡por dios! ¿Te estás escuchando? Pareces mi madre con un ataque de histeria.

¡Pero mas allá de mi dramatización, hablo con la verdad! Mis preciosas "tripas", que supongo yo vendrían siendo en realidad el estómago, hacen ruidos raros y mi cerebro interpreta que tengo hambre.

Ignoré que me acababa de comparar con mamá Park, quien por nada, absolutamente nada del mundo, se parece a mi. Yo no tengo arrugas en la cara, ¡¿cómo podría?! ¡ni que fuera un anciano a mis veintitrés años!

—Te toca hacer la cena—reclamé, sereno. Todo lo contrario a lo gritón que me encontraba dentro de mis pensamientos.

—¿Yo, otra vez?—preguntó indignado ante la fingida naturalidad de mis palabras, separándose hacia el frente de mi cuerpo, y se volteó para verme con el ceño fruncido—, ¡pero yo hice el almuerzo!

—Y yo hice la merienda—resoplé, luego de rodar los ojos le sonreí con inocencia—, ¿por favorcito?

Me observó unos minutos, y terminó asintiendo mientras refunfuñaba para si mismo.

—Solo porque estoy de humor y te quiero mucho.

El sol ocultándose en el horizonte provocó que el cielo se tornara naranja con toques rosados y negros, y Jimin quedaba, por e angulo, justo en medio del fenómeno.

Era un paisaje totalmente hermoso y precioso de ver.

—Es tu deber como omega de todas formas—le guiñé un ojo, solo por burlarme y hacerle enojar.

Aunque ciertamente nosotros no peleamos de verdad, y es todo un show que nos armamos. Hay excepciones, por supuesto, pero no es el caso.

—¡Te recuerdo que tú también tienes la condición, tarado!

Y cuando el se puso de pie para entrar a la casa, riéndose, yo sonreí sintiendo eso que dicen, "el corazón contento".

Si me dieran la oportunidad de nacer otra vez y escoger a mi favor una vida nueva, jamás me sentiría inconforme con todo lo que he pasado, por que Jimin estuvo siempre a mi lado.

Y no necesito nada más.

Y no necesito nada más

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¡Hola! ¿Cómo están?^^

Al fin, ¡al fin!.
Ya tenemos el primer capítulo, y como se pudo ver... Yoon y Mimi se quieren como hermanitos, y con respecto a lo último que piensa Yg, está referido a su amistad uwu

Espero les guste. Cuídense y tomen awita♡

𝑫𝒐𝒔 𝒐𝒎𝒆𝒈𝒂𝒔 ミ 𝐘𝐨𝐨𝐧𝐌𝐢𝐧𝐘𝐨𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora