Volumen 1. Capítulo 2. Una hermana entrometida.

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Con la cabeza fría y acostado en mi cama me pregunté... ¿Cómo exactamente haré un plan que me ayude a cambiar todo lo malo de mi persona?

Pienso que lo principal es identificar mis múltiples imperfecciones. La lista será muy larga...

La principal sería mi nula presencia en los lugares donde me encuentro.

Sea un supermercado, la misma escuela o una simple calle, nadie me presta atención.

¿Será mi forma de vestir? Dicen que estar a la moda o no influye de sobremanera en la opinión que los demás tendrán de ti.

Me levanté un momento y abrí mi armario.

-No esperaba esto...-.

Dije con cierta decepción combinada con sorpresa.

Ropa deportiva.

Shorts de deportes.

Camisas de soccer.

Nada era "Adecuado" según los estándares de la sociedad.

¿Cuándo fue que mi ropa se limitó a esto?

Si dejamos de lado el uniforme escolar, casi todo era igual solo que con diseños diferentes.

Al menos puedo rescatar que mi madre y padre han respetado mis gustos en ropa, ya que nunca me han obligado a ponerme algo que no quiero.

Miré unas cuantas fotos enmarcadas que se hallaban encima de mi escritorio de trabajo, justo enfrente de una ventana que apuntaba a la calle principal de mi humilde hogar.

-Sí, mi ropa es la misma que hace años-.

Mencioné con impresión.

Claramente no lo decía literalmente, me refería en sí al diseño de la misma.

Tomé una hoja y un lápiz, y comencé a anotar el primer punto a mejorar en mi persona.

-Mejorar mi forma de vestir y variar mi guardarropa-.

Susurré al escribirlo, como una retroalimentación.

-Bien, creo que es una buena manera de comenzar, aunque todavía faltan millones de cosas más que arreglar...-.

Mi voz fue interrumpida cuando un tono de llamada provino de mi teléfono.

Fui a donde este estaba, en mi cama específicamente.

Al tomarlo, vi el nombre de quien intentaba comunicarse conmigo.

-¿Akina...?-.

La nombré con extrañeza.

¿Qué querrá? Es cuando menos sorprendente que me llame, pensé que estaría ocupada con sus "Verdaderos amigos" al ser el último día de clases.

Alcancé a escuchar, antes de enterarme de la verdad sobre nuestra relación, que ella y extra 1, 2 y 3, tenían pensado salir juntas a la plaza comercial más cercana al instituto.

Miré la hora y me di cuenta de que eran exactamente la 1:30 pm.

La misma que había puesto en la carta.

"Debe ser una coincidencia".

Dejé mi celular sonar.

Seré sincero, no tengo tiempo para oír palabras falsas, estoy ocupado intentando hacer que te retractes de todo lo que dijiste.

Fruncí el ceño y tiré el móvil a la cama otra vez.

Mientras tanto, me concentré en rellenar más puntos en mi lista.

Objetivo frustrado por un amor inesperado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora