CAPITULO 2

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Estuve unas dos o tres horas en el restaurante de la tía y gané 120 pavos, pasé a la tienda del padrino y me dieron 200 pavos, con eso son más o menos... ¿300?, no, no, 320, sí 320, con eso me alcanzará para comida para mí y para Kamila. Después de pasar por un poco de carne y verduras para cocinar me dirigí a mi casa. Al llegar ella no estaba afuera, siempre la saco cuando voy a tardarme. ¿Dónde está?

-¡Kamila!- grité por la calle, entré a la casa para checar si de pura casualidad no se había metido, no estaba. Tomé una foto suya y corrí por todas partes buscándola y preguntándole a la gente si no la habían visto, esto era muy raro, nunca se había salido aunque le dejara la puerta abierta.

Busqué por todas partes hasta llegar al parque de la colonia. Me subí a Phillip, mi árbol personal, y miré por encima para ver si no estaba cerca pero no pude ver nada. Me senté a pensar donde podría estar cuando alguien me arrebató la foto de la mano.

-¡hey!- grité

-tranquila, buscas a tu perro ¿no?- me bajé del árbol y me paré enfrente de ella

-si ¿por?, ¿tu lo tienes?, ¡te mataré por secuestrar a mi perro!-

-wow, wow, yo no lo tengo-exclamó -pero vi a alguien con uno muy parecido-

-¿Qué, dónde?- la tomé de los hombros sacudiéndola violentamente

-tranquila- se soltó rápidamente -al final de la ciclo pista- me dio la foto y se alejó mirándome como si fuera algún tipo de lunática fuera del manicomio

Corrí lo más rápido que pude hasta llegar a una parte con troncos talados que cayeron hace mucho tiempo por una tormenta. Se escuchaban los aullidos de mi perro. En uno de ellos había una persona acostada y Kamila estaba amarrada en un lado. Corrí hasta ella y la desamarré, luego aquella persona con capucha y los brazos en la cara volteó rápidamente

-¡hey!, a menos que ese sea tu perro déjalo ahí- dijo viendo a Kamila y tomando la correa, era aquel chico del instituto, me sonrojé al ver su cara, los rulos castaños caían por el frente de su rostro por debajo de la capucha- ¿y bien, es tu perro o no?-

-umm... yo... si... pues... perro... mío- balbuceé

-¿perdón?- se quitó la capucha y me miró confundido- ¿Alicia Keys?-me sonrojé y él soltó una risita - ¿este es tu perro?- se enderezó en el tronco

-pues... sí, supongo-porqué dijiste "supongo", creo que tu perro es el único husky siberiano color café claro con un ojo de un color y el otro de otro, ¡claro que es tu perro! -sí, perdón, sí es mi perro- me sonrió

-pues que suerte la tuya- dijo tomando una mochila que tenía a un costado- entonces te puedo dar esto junto con tu perro- dijo dándome un cuaderno, era mi cuaderno de dibujo. Por Dios santísimo, que no haya visto los dibujos- por cierto dibujas muy bien- me sonrió.

Me di un una palmada en la cara con fuerza que dolió como el infierno. -hey, ¿estás bien?, ¿porqué te golpeas?-

-dime por favor que no viste los dibujos- dije nerviosa

-sí, ¿por?, ¿no te gusta?- pregunto- lo siento, no sabía que te molestaba, no sé porque, si dibujas hermosamente- se disculpó avergonzado

-n... no te preocupes- lo miré -pero, ¿puedo preguntar como los encontraste a ambos?- acaricié a mi perro

-pues, después de llegar tarde a una clase que jamás empezaría te fuiste y tiraste este cuaderno en tu camino entonces lo recogí y fui en la dirección en la que tu ibas pero no te encontré, así que decidí volver a mi casa y en camino a mi casa tu perro apareció de la nada y me arrebató el cuaderno, pero como no sabía que ambos eran tuyos lo perseguí, se lo quité y no me ha dejado de seguir hasta ahora que tú me encontraste y.... fin- suspiró

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⏰ Última actualización: Apr 04, 2015 ⏰

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Mr. Perfection & Mrs. DisasterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora