𝚃𝚛𝚘𝚒𝚜

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Hoy era su primera cita. Bueno, realmente la primera de ambos. Riki había decidido invitarlo a una cita. No podía mentir, ni bien había escuchado esa última palabra podía jurar que casi había soltado un gritito.

Había estado con una sonrisa tonta todo el día después de que su mayor le tomara la mano a la hora de la salida solo susurrándole un: "Hay un lugar especial que quiero que conozcas, sé que te encantará. ¿Qué te parece hoy, lindo? Estaré en tu puerta a las 5. Es una cita"

Se había contenido el resto del camino de chillar nervioso y emocionado. No quería verse como un niño pequeño frente a su hyung, a pesar de claramente serlo.

Aunque ese semblante no duró mucho, ni bien Riki lo dejó en la puerta de su apartamento pequeños suspiros ilusionados se escaparon sin permiso de sus labios.

Estaba emocionado, la etapa de nervios había sido totalmente efímera dando paso a un calorcito en su pecho y mejillas que lo hicieron saltar inevitablemente en un amago por expulsar toda la mezcla de emociones que recorrían su cuerpecito.

Ni siquiera sabía a dónde irían, pero ahí lo encontraban ya arreglándose dos horas antes lo mejor que podía.

Se estaba esforzando muchísimo aun si sabía que Riki siempre le repetía lo bonito que era incluso con una bolsa de basura como vestido.

Finalmente, a las 5 en punto se escucharon golpecitos en su puerta que no tardó en atender viendo al bonito chico de cabellos dorados y sonrisa cuadrada son una mochila y algunas canastitas. Sí, tendrían un pícnic.

[ ☾ ]

Contrario a lo que Sunoo pensaba que pasaría en su primera cita los temas de conversación no faltaron, su mente estaba en calma y su corazón a pesar de latir acelerado se sentía cálido.

- Sun, a veces me pregunto por qué tu mente se desconecta de la realidad tan seguido. ¿Tan aburrido es estar conmigo? - puchereó inconscientemente

-Claro que no Kiki. Solo pensaba.

Ambos se echaron en la mantita roja, mirando al cielo sin decir nada. Eran al rededor de las 6, habían comido juntos viendo el atardecer y riéndose. Tomando algunas fotos intentando capturar de alguna forma el recuerdo que de todas maneras se conservarían en un lugar especial en sus mentes. Y ahora presenciaban como caía la noche, el cielo con un tenue azul y nubes cargadas. Probablemente llovería.

Sunoo se pegó al pecho de Riki escuchando sus latidos calmos y ronroneando cuando una mano acarició sus cabellos mientras otra se escondía en la curvatura de su cintura dándole leves masajitos.

Ese día Riki llevó a casa a un dormido Sunoo en sus hombros y se acostó a su lado arropándolo.

"El ver la luna y el cielo me calma de una manera increíble, casi irreal, una sensación similar a la que causas tú

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"El ver la luna y el cielo me calma de una manera increíble, casi irreal, una sensación similar a la que causas tú. Podría ser quizá porque sé que a pesar de la distancia tú también lo ves, estamos conectados por el mismo cielo en una noche inmensa donde solo la luna sabe de nosotros"

Moon - SunkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora