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La oscuridad de la noche se hacia presente, y Jimin llegaba apresurado de la aerolínea en donde trabajaba como recepcionista de vuelos, efectivamente su vida había dado un giro de 360 grados después de su matrimonio, las noches, los días, nada, absolutamente nada era igual. Durante los seis meses de convivencia con Jungkook tuvo que dividir sus horarios por ende sus horas laborales redujeron con el fin de llegar temprano a casa y hacerse cargo de ella. Jungkook era gerente de una empresa constructora dirigida por su padre, su trabajo era muy ardo y cansado durante todo el día a excepción de la noche en donde llegaba a su hogar. Jimin no mentiría si dijera que su esposo era algo renegón e impulsivo, muchas veces fue testigo de sus crisis de ira e incluso recibió uno que otro grito de su parte, nada que no pudiera controlar, comprendía que su trabajo era exigente y creía que era normal su comportamiento. 

- Jimin¡¡- llamo Jungkook una vez entro al cómodo departamento que rentaban, el sonido del cojín se hizo escuchar cuando tiro su maleta sobre el sofá y se sentó al lado dando un leve bostezo- Jimin¡¡¡- repitió. 

El rubio se encontraba en la habitación terminando de cambiarse el uniforme para ir a cocinar pero al escuchar la voz de su pareja, salió de la recamara y se dirigió a la sala rápidamente. 

- Kook, no pensé que llegarías tan rápido hoy- respondió el rubio con el temor de ver como reaccionaria el castaño al saber que la comida no estaba lista.

- Vengo como todos los días- alzo su muñeca mirando la hora que apuntaba su reloj- 8pm.- dirigió su mirada neutra a Jimin. - ¿Por que?- cuestiono. 

- Llegue hace solo unos minutos y no tuve tiempo de preparar algo de comer- respondió colocando sus manos atrás de su espalda y limitando a morder su labio inferior. 

- Cariño..¿no crees que deberías dejar ese trabajo?- se puso de pie- digo, no hay necesidad de que trabajes, mi sueldo es suficiente para mantenernos.- y era cierto, Jungkook por ser gerente de la empresa gozaba de muchas comodidades y de un jugoso sueldo aunque por los problemas anteriores que tuvo con sus padres no contaba con las viviendas lujosas de su herencia. 

Jimin no estaba de acuerdo con la petición de su esposo, el no quería ser un dependiente, podía trabajar para el mismo por algo estudio una carrera, para ejercerla. - Jungkook- frunció el ceño- sabes perfectamente que me gusta lo que hago.

- Lo se amor- se acerco quedando a poca distancia con el mas bajo.- pero tu trabajo, perjudica nuestro hogar, ¿no lo notas?- hizo un ademan con su mano mostrando todo el espacio de la sala que estaba con polvo y algo desordenada. 

- Y en todo caso ¿por que no dejas tu de trabajar?- contradijo Jimin.

- ¿Estas bromeando Jimin? Mi puesto en la empresa es mucho mejor que el tuyo en la aerolínea.- sonrió ladino en tono de burla. 

- No me gusta que minimices mi trabajo- dijo serio.

- Y a mi no me gusta que descuides la casa por estar jugando con boletos de avión.

- ¿Como?¡- elevo la voz sintiéndose ofendido.

- Ya cariño no te molestes- lo tomo de las manos pero este se zafó- Jimin- contradijo.

- Detesto que te creas inferior a mi¡ como si fueras el puto amo- camino al otro extremo de la sala.

- Jimin¡ no hables lisuras¡- grito Jungkook- nadie se cree superior a nadie.

- Si claro, y que es lo que haces conmigo entonces?¡¡- lo miro fijamente reflejando ira en sus orbes. 

- Jimin, estas exagerando, últimamente eres muy compulsivo. Odio que alces el tono de tu voz- se puso mas serio de lo normal acercándose a el. Jungkook estaba perdiendo la paciencia y por su cabeza confusa creyó adecuado usar las técnicas que su padre le recomendó cuando fue a su oficina.

ᴍɪ ᴇsᴘᴏsᴏ ᴍᴇ ʟᴀsᴛɪᴍᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora