Cuéntame ⸢Druna

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Cuéntame; Pedro Suárez Vertiz

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El bonito joven de cabellos platinados, lentejuelas en sus ojos brillantes, ojitos grises tan preciosos, mirada que enamora cualquier corazón, con un alma decadente y bastante rebelde.

Aquel bello chiquillo del que alguna vez Luna se enamoro, oh su corazón amaba cada parte de su sonrisita socarrona, como se sonrojaba ella al mirarlo junto a su padre, simplemente porque ese joven era el mas precioso a sus ojos.

Ella le ofreció tanto cariño y el entre lagrimas lo agradecía, encontrando un refugio entre sus brazos cálidos. "Que bonita niña" se repetía, "que bella mi niña", se decía a si mismo.

Hay flores marchitas en sus ojos, soledad en su voz, pero algo terrible en su forma de actuar, y aun así Luna confiaba en que el podía espantar sus demonios y volver a hacer que ese bello joven que alguna vez fue, llore en su pecho.

Su sonrisa, ¡oh dios, no se la quites! no eso, no su bella sonrisa, eso es lo único que queda de ese hermoso muchacho.

Y entonces, ella lo observa, el esta radiante, conversando con algunas mujeres que no conoce, con un mal aspecto estas mismas le entregan un beso francés, y el alegremente corresponde encontrándose con su orbes azul cielo.

¿Dónde quedo mi bello amor?

¿Qué ha sido de su vida, ya no hay lagrimas saladas?

Vamos, cuéntame amor, cuéntame sobre tu vida.

En su mirada el amor ya no moraba, pero eran tan bellos sus ojos que todos se olvidaban de su realidad, incluso ella, que sigue siendo esa misma niña que le sonreía inocentemente.

No encuentra felicidad en sus ojos, no alegría, solo tristeza y esa niña rota que busco protección en el niño mas educado de su vida.

Los rumores van y vienen y ella nunca los creyó.

Pero amor te vi, y no lo podía creer, mi ángel, mi niño; no pudo caer en tales manos infames, no pudo caer tan bajo y cada vez que recuerdo su rostro aterrado solo quiero volver a ayudarla, ¿pero quien te ayuda a ti? ¿Qué has hecho con tu vida, mi amor?

No te destruyas mas, déjame ayudarte, deja que mis besos y mis abrazos vuelvan a ser ese refugio que alguna vez perdiste, querido mío, perdóname por no estar ahí cuando mas me necesitabas.

En mi mente aun sigues siendo un buen hombre, aquel que me volvía loca cada vez que te contemplaba, causando que mi corazón lata fuertemente y un sonrojo en mis mejillas me avise que vienes y que tu sonrisa ladeada me da la mejor bienvenida.

¿Dibujemos un mundo para ti, si? Donde todo sea cariños, amor y besos, no lagrimas de tristeza, no mas melancolía solitaria, no vas a volver a llorar solo cariño, seré yo quien consuele tu tristeza, solo si me dejas.

Mi corazón se quebranta de a pocos al observarte, viendo como aquel bonito chiquillo y tal vez demonio de mis ojos se desvanece y ya no volverá, mis lagrimas caen al saber que mi corazón extraña tus sonrisas, incluso extraño que me cuentes tus problemas, como entre lagrimas me contabas a mi la verdad pues creías que yo era tu refugio de hebras doradas, la único que podía abrazarte sin que tengas miedo.

Pero ahora, ya no me llores, ya no me abraces, no hagas nada. Ya no se si tu lo valgas todo, aunque fuiste algo que no se puede olvidar.

Vienes a mi nuevamente, arrastrando tus pesadillas y con lagrimas en tus ojos. Mi amor, no me hagas esto, deja de dañarme, porque yo ya no puedo cuidar de alguien que va a traicionar mi confianza cuantas veces quiera.