One-shot

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Entonces buscaba un fic donde Cartman sea un omega, por desgracia no encontre. Así que hice el mío. No me arrepiento.

Antes de comenzar solo tengo que reirterar el hecho de las etiquetas, que son importantes. A sí que si ya lo hizo persona desconocida, bienvenido sea.

Si siguen interesados, ¡pues disfruten la lectura!

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Todo lo que pasaba por los ojos bicolores del castaño parecía irreal. Golpes de un lado a otro, rasguños, patadas, gruñidos y una carga sofocante de feromonas. Sus entrañas ardían. No era para menos con su celo a flor de piel.

Lo odiaba tanto.

Odiaba el maldito lugar al que fue llevado a la fuerza, con sus reglas tan estúpidas y cavernícolas. ¡Todos váyanse al carajo!

Los malditos omegas no eran un agujero el cual rellenar como pavo de navidad, muchas gracias.

Si tan solo no tuviera las manos y las piernas atadas, esos maricas ya hubieran sido historia. Los planes macabros que pasaban por la mente del castaño no llenaban las ganas enteras de odio que poseía para aliviar el rencor. Necesitaba más sufrimiento, más lágrimas, más miradas de pánico total a su persona. Porque por muy omega que sea, no se dejaría por nadie, mucho menos por un alfa de mierda. Que se jodan, buscaría la manera de escapar antes de que su nada interesante pelea acabara y lo tomara el vencedor.

Él ya tenía a alguien que le rellenara el agujero. ¡Con su maldito e importante consentimiento!

Los demás alfas váyanse al carajo y besen mierda de perro.

Pero todo era culpa del mismo bastardo que tenía su consentimiento. En cuanto lo encontrara, le haría suplicar perdón de rodillas. Si no besaba sus hermosos pies y le chupaba las bolas, lo dejaría en la miseria. Porque se llamaba Eric T. Cartman que cumpliría eso.

...

Bien, esto era un poco más complicado de lo que Cartman pensó.

Sus manos comenzaron a arder por lo apretado de las sogas, aun cuando intentó quitárselas jalando con fuerza sin tener buenos resultados. Ni que decir de las que sujetaban sus piernas. Maldición, cuando lo intentó rozó su entrepierna dando un gimoteo por lo necesitado que se encontraba.

Fue gracias a eso que los alfas pararon por un segundo, mirándolo como un aperitivo, listo para cualquiera que se acercara y lo tomara. Putos de mierda. Pero claro, los alfas son idiotas. Cuando uno intentó acercarse otro le gruño, por lo que volvieron a la pelea.

Vale, esta mierda ya no le gustaba.

El dolor en su cuerpo, su mente casi nublada de necesidad por el contacto. Podía sentir los flujos que producía su cuerpo recorriéndole por todo su gordo trasero. Con un demonio, necesitaba a su alfa. Necesitaba con desesperación el pene de su alfa en lo más profundo de su culo, dándole el placer como en sus anteriores rutinas, necesitaba ser llenado como un jodido bollo. Lleno de crema en su interior. Soltó un suspiro por tales pensamientos.

Si no fuera tan jodidamente orgulloso, lanzaría el denigrante chillido para que su alfa lo encontrara. Primero muerto.

Pero estaba tan caliente, tal vez... ¡no! Saca eso de tu maldita mente.

Con su pelea interna, el castaño no se dio cuenta de las ramas moviéndose a su derecha. Mucho menos de los ojos verdes brillantes llenos de ira irracional, descontrolada.

El recién llegado dio un fuerte gruñido.

Los alfas aun consientes que peleaban por el omega castaño giraron la cabeza para ver al perpetrador.

Bollo de cremaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora