White - Paredes Blancas

Capitulo 44: Argumentos

(Ultima vez)

"¿Cómo hiciste eso? No recuerdo que pudieras hacer eso", señaló Isshin mientras Shiro se volvía hacia él.

"Digamos que después de la última batalla con Yamamoto descubrí mi mayor secreto", sonrió Shiro, extendiendo su mano mientras una espada envainada la formaba. Se lo tendió a Isshin. "Conseguí una mejora y tengo la intención de usarla sin piedad. Creo que esto es tuyo, Isshin. Estoy bastante seguro de que Engetsu te extrañó."

Isshin tomó la hoja envainada y la miró. Un regalo antiguo y familiar le entra en la mente. El sonrió un poco. Fue bueno tener de vuelta a su antiguo socio. Kaien se quedó mirando en estado de shock. Había tanto en lo que estaba perdido. Eso fue un zanpakuto en manos de Isshin. ¿Era ese su viejo zanpakuto? ¡Eso solo no debería ser posible!

"¿Que esta pasando?" Preguntó Kaien, mirándolos desde su lugar en el colchón con total asombro.

"Pensé que era obvio," dijo Shiro con lascivia, sus ojos dorados / negros mirando a Kaien. "¡Estamos muertos y mejor que nunca! ¡Jajajajaja!"

(Presente. Punto de vista normal. Desconocido)

Tatsuki no sabía dónde había aterrizado. Kaien había logrado tirarla para intentar salvarla, pero cuando aterrizó en el suelo abrió otro agujero que se la tragó de todos modos. La única otra persona que la acompañaba era el anciano, Fujimoto. Al menos estaba agradecida de no estar sola. Estaba preocupada por los demás. Especialmente Orihime. No tenía idea de lo que les había pasado a ninguno de ellos.

Tanto ella como el anciano lograron salir prácticamente ilesos de la caída; solo algunos moretones y rasguños menores. No sabía cómo se logró eso, pero ambos agradecieron a su estrella de la suerte por no haber resultado gravemente heridos en la caída. Ambos caminaron por los largos y sinuosos pasillos. El anciano marcó un poco detrás de ella. No habían intercambiado demasiadas palabras desde que empezaron a moverse. Finalmente, teniendo suficiente del extraño silencio, Tatsuki se detuvo en seco y se volvió hacia el viejo contador de tiempo.

"¡Uf! ¡Habla, haz un ruido, lo que sea! Estás tan malditamente callado", espetó ella, mirándolo a los ojos entrecerrados.

"Bueno ... yo ..." murmuré, tirando un poco del cuello de su camisa. "Lo siento mucho. Solo pensé que querías que te dejaran con tus propias cavilaciones."

"¿Qué? ¡No! ¿Qué te hizo pensar eso?" Tatsuki resopló, cruzando los brazos.

"Bueno, parecía que estabas meditando un poco, así que pensé que necesitabas ordenar tus pensamientos", respondió rápidamente, dando un tembloroso paso hacia atrás.

"No estoy cavilando", dijo ella.

"¡Sí, sí! Por supuesto que no", dijo rápidamente en defensa. "¡Eso no es lo que estás haciendo en absoluto!"

Ella soltó una fuerte bocanada de aire por la nariz mientras él se frotaba la parte posterior de su cabeza canosa. Ella no estaba preocupada. ¡Honestamente! ¿Cómo se le ocurrió eso? Otra pausa larga e incómoda llenó el aire a su alrededor. Ese pequeño arrebato claramente no solucionó nada. En todo caso, lo hice más incómodo entre ellos. El anciano miró sus zapatos de cuero marrón antes de meterse las manos en los bolsillos.

"Entonces, ¿tienes novio o novia?" él solo espetó.

"No", respondió ella con franqueza.

"¿Alguna perspectiva?" preguntó.

"No," dijo inexpresiva.

"¿Eres una mujer fuerte e independiente?"

"Sí."