SCARLET LETTERS ━━ george weasley ✓

xi. love

-ˏˋ༻ 🤎 ༺ˎˊ-
Scarlett Letters. . .

-ˏˋ༻ 🤎 ༺ˎˊ-

30 de Agosto de 1998

Nerviosa era un eufemismo, me estaba volviendo loca. Eran exactamente las 3 de la tarde del 30 de agosto y todavía no me había aparecido en la Madriguera. Dijo alrededor de las 3 en punto, ¿no? ¿o fue antes? ¿O fue ayer? Las preguntas vagaron por mi cabeza y me hicieron dudar de la fiesta.

Me miré al espejo por última vez asegurándome de estar presentable. George no me había informado sobre el código de vestimenta, pero supuse que era casual. Llevaba un simple par de jeans azules con un cárdigan beige.

Finalmente reuní el coraje y me aparecí en la Madriguera. Llegué a un campo vacío. Al mirar hacia adelante, vi una casa alta que tenía cuatro o cinco chimeneas en lo alto. Parecía que la casa estaba sujeta por arte de magia. Después de recuperar el aliento y cobrar valor, me dirigí a la casa.

A medida que me acercaba, una morena y una pelirroja aparecieron a la vista. Pronto me di cuenta de que era Hermione Granger y la infame Ginny Weasley de la que George me había hablado. Pronto notaron mi presencia. Hermione me envió un saludo mientras Ginny corría hacia mí.

—¡Debes ser Anastasia! —dijo Ginny dándome un abrazo.— Estoy tan emocionada de finalmente conocerte.

—Asimismo, George me ha contado muchas cosas sobre ti. —le respondí mientras me soltaba del abrazo.

—Todas las cosas buenas espero. —dijo ella con una risita.

—Todas las cosas buenas. —confirmé.

—Mi mamá ha estado deseando conocerte. —dijo Ginny.— Vamos.

Me tomó del brazo y me guió hacia la puerta de la Madriguera. Cuando entramos estaba lleno de ruido y conmoción. Ron y Harry estaban peleando por la última rana de chocolate. Demasiados hombres que supuse que eran hermanos de George se peleaban por quién conseguiría un asiento determinado, y la madre de George les gritaba a todos desde la cocina.

Ginny soltó una fuerte tos tratando de llamar la atención de la familia. Todos miraron en nuestra dirección y se congelaron cuando me vieron junto a Ginny.

—¡Ahora han decidido estar callados! —Molly rugió mientras entraba a la sala de estar.

—Mamá. —gritó Ginny.— Ella está aquí.

—¿Quien está aquí? —Molly se volvió confundida ante la declaración de Ginny. Sus ojos pronto aterrizaron en mí y una sonrisa apareció en su rostro.— ¡Oh, debes ser Anastasia! ¡Estoy tan contenta de que pudieras asistir! —Molly aplaudió dándome un abrazo.

—Cuando George me dijo que te había invitado, me sentí muy feliz, quería conocerte desde la primera carta que le enviaste a mi hijo pequeño, —dijo Molly, pero pronto fue interrumpida por una voz desde lo alto de las escaleras...