Soojin

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Las gotas de lluvia comenzaron a caer poco a poco, acompañando a las lagrimas que se deslizaban por mis mejillas, el cielo estaba triste y yo también. El viento acariciaba mi piel, jugaba con mi cabello y con las hojas de los arboles. 

Es increíble como la persona que pinto de rosa mi vida o al menos el tiempo que estuvo a mi lado fuera la misma que la pintaría de gris, el mas tenue y horrible gris,  no era solo mi vida, fue al mundo entero, todo allá afuera me recordaba a ella. Aunque la vida sin ella sigue...yo sigo de rodillas frente al epitafio que contiene su nombre, derramando lagrimas. 

Si, habían pasado 2 años y se siente como si hubiese ocurrido ayer, no exagero. Es complicado y frustrante pues pase 20 años de mi vida sin conocerla, sin saber de ella y todo estaba relativamente bien, pero ahora es difícil vivir sin ella, parece casi imposible. Apenas hace unas semanas comencé a salir de casa... quizás no sea lo adecuado, pero no me sentía capaz de salir y contener las lagrimas en público, es decir, estaba segura que mientras caminara por las calles las lagrimas nublarían mi vista haciéndome caminar como un completo zombie, lo sé, me ocurrio cuando el suceso era reciente. Fue difícil todo  y seguía siendolo,  aun no podía darme el lujo de decir fue puesto que esa dificultad estaba aun presente pero había disminuido .... no en gran manera pero si lo suficiente como para intentar continuar con mi vida o lo que quedaba de ella.  

Caminaba lentamente alejándome del lugar en donde ahora descansan los restos de mi amada, me volvía a ver ocasionalmente, era difícil dejarla ahí pero no podía pasar el día entero en aquel lugar.  La casa de mis padres estaba cerca, pero aunque lo deseara no podía poner un pie en aquel lugar ya que tenía 4 años sin hablarles y ellos a mi. Mis padres fueron los primeros en estar en desacuerdo acerca de mi relación con Shuhua, antes al menos la tenía a ella, ahora ni siquiera ella esta conmigo.

Necesitaba distraerme, necesitaba un respiro de todos esos pensamientos que me agobian día a día.  Decidí caminar un poco, ver algunos escaparates de tiendas, quizás pueda comer algo o ir a un parque a respirar aire fresco, créanme pensé que esta vez podría hacerlo sin problemas.  Comencé a caminar fuera del cementerio, quizás si no hubiese acudido a aquel lugar primero las cosas hubieran ocurrido de diferente forma. Mientras me alejaba aquellas ganas de volver y quedarme a su lado tomaban más y más fuerza, supongo que use un poco de fuerza de voluntad para evitar volver. Comencé a adentrarme en el centro de la ciudad, algo no muy lejano a casa, me aturdia un poco ver esa cantidad enorme de personas en las calles y peor aún ver parejas en aquel sitio, comenzaba a incomodarme... sentía como poco a poco mis ojos se humedecian, enserio lo estaba intentando pero era imposible.

Trague saliva con dificultad y seguí caminando, comencé a acercarme a algunas tiendas de ropa, a las cuales por supuesto entre pero como mencioné antes... todo me recuerda a ella, mientras acariciaba la tela de cada prenda o pasaba frente a un espejo, recordaba lo mucho que le entusiasmaba entrar a sitios como este, era realmente insistente cuando veía algo que ella daba por hecho que luciria fantástico en mi, generalmente acertaba. Mis ojos se cristalizaron así que era tiempo de salir de ahí.

A solo unas calles de aquel lugar vi una biblioteca, quizás necesitaba escapar de la realidad con algo que Shuhua no disfrutará del todo en vida, me dirijia al otro lado pero el sonido constante y escandaloso de las bocinas de los autos y los conductores reprochado me hicieron llegar al otro lado lo más rápido que pude, por un momento me olvidé de verificar si el cemaforo estaba en rojo, claramente no lo estaba...

Al llegar al lugar que había llamado mi atención, entre cuidadosamente intentando no llamar la atención de quienes ya estaban dentro pero la campanita que aviso mi llegada fue lo que no me permitió pasar desapercibida.

Me adentre en aquel lugar cuestionandome ¿que se supone que iba a leer?  no acostumbraba a hacerlo con frecuencia por lo que no tenía ni idea, comencé a caminar entre los pasillos tocando libros al azar, si alguno llamaba mi atención, lo leería. Estuve así entre casi la mitad de pasillos en aquel lugar y seguía sin poder escoger un libro.

Finalmente llegué a la sección de libros de auto ayuda y exploración personal y emocional, supongo que fue una señal del destino, el cual estaba gritando e que debía salir del agujero en el que me encontraba. Camine pasando mi mano sobre algunos libros hasta que en el lomo de uno de ellos leí algo que  en aquel momento sentí que había sido escrito por y para mi, lo tomé  y busque una mesa para poder iniciar mi lectura, esperaba que esto funcionara.

Todas las mesas estaban ocupadas solamente había una en la cual habían asientos disponible ya que en ella sólo se encontraba una chica con un libro entre sus manos, no me apetecía realmente estar con personas pero no tenía opción. Me acerque lentamente y con cuidado saque la silla y tome asiento, mire en varias direcciones esperando no haber llamado la atención con el sonido de la silla.  Solté una bocanada de aire y leí una vez más lo que ponía en la pasta...tras acariciarla curiosa y poco convencida decidí abrirla, suelo saltarme el prólogo y esas cosas que están en las páginas previas a la historia o relato en general pero esta vez sentía que debía leer todo.   Tras un largo rato de leer algunas páginas o más bien perderme en ellas, una voz me hiso salir de todo aquello, llamando mi atención por completo.

-¿Has perdido a un ser querido ultimamente?...

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