Mi pequeño ángel

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«Hay días en los que la vida pesa tanto, que apenas podemos levantarnos y seguir caminando»

20 de diciembre del 2021

Faltan cinco días para navidad y las calles de Sweetness están más ajetreadas que otros días, entrando y saliendo de diferentes locales con cajas de regalos unas más grandes que otras, envoltorios llamativos, navidad en definitiva es la época del año más amada por todo el mundo, bueno no por todo el mundo eso es exagerado, una de cada diez personas odia la navidad.

En lo más profundo de esas calles ajetreadas y coloridas que gozaban de hermosas decoraciones navideñas, se encontraba un pequeño café en lo profundo de un callejón, si bien no era la mejor ubicación para un café, en temporadas navideñas asta los locales menos conocidos estaban llenos de personas sin fin.

-Es increíble la cantidad de personas que habitan en esta pequeña ciudad- Hablo soltando un pequeño suspiro, un joven de tez blanca como la nieve, al notar que su pequeño café estaba repleto de personas. -no lo crees Namjoon?- Le pregunto a su empleado que en ese momento se encontraba atendiendo a una pequeña pareja.

-Supongo... - Hablo el chico sin mucho interés por entablar alguna conversación con su mayor.
-Que tengan linda noche espero volver a verlos, gracias por su compra- Despidio a la pareja con una sonrisa de la cual se podrían apreciar dos hermosos hoyuelos, una sonrisa que enamoraría a cualquiera que la apreciará.

Pero este chico después de ver qué sus clientes desaparecían por esa puerta de cristal borro esa sonrisa de su rostro y ahora solo se podría apreciar una cara neutra en el rostro del aquel chico de tez color canela.

Namjoon comenzó a contar los minutos que pasaban a tal punto que cada cinco segundos le daba un vistazo al reloj de la entrada, quería llegar a casa, bueno si a ese sótano con olor a humedad se podría llamar hogar, pero no sé quejaba, el sueldo que ganaba en el café apenas y era suficiente para pagar sus necesidades básicas como la comida, el transporte y no olvidemos esos gastón imprevistos que salen en los momentos menos indicados asique, no le quedaba de más que dormir en ese sótano, pues era darse el lujo de dormir en una cama cómoda o comer al menos dos comidas al día y claramente prefería comer al menos dos comidas en el trascurso del día que no comer nada.

-Namjoon... -Le llamo la atención su jefe. -Deja de ver el reloj cada cinco segundos... - Guardo silencio por unos segundos y continuo. - Puedes retirarte ya, nosotros cerraremos.-

Y sin que le dijeran dos veces el joven ya se encontraba guardando sus cosas, no lo juzguen en verdad necesitaba tomar una merecida siesta de al menso una hora antes de que iniciara su turno en el restaurante.

-Gracias, señor yoongi- se despidió del pálido con una pequeña reverencia de noventa grados, un tanto exagerada pero estaba sumamente agradecido con su jefe por dejarlo salir una hora antes de que terminara su turno.

-Sin problemas Namjoon, mejor vete antes de que me arrepienta- dijo con una sonrisa mostrando sus encías.

(❄️❄️❄️❄️)

Namjoon se encontraba en la parada de autobuses desde hace más de treinta minutos, sus esperanzas de dormir al menos una hora se habían ido al caño, pues el autobús llevaba retrasado veinte minutos y eso no era normal, los autobuses en su mayoría siempre han sido puntuales, siempre cumpliendo con sus horarios, pero vamos Namjoon no es un chico con mala suerte o ¿si?.

Mi Pequeño Angel NavideñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora