Memorias Rotas (Reyes Volturi Terminada)

Capitulo 42

La fecha del 14 de diciembre no significó nada para nadie en los Volturi. Sin cumpleaños, sin grandes eventos. No, este sería un día como cualquier otro si no fuera por el niño en crecimiento en nuestras mentes y corazones.

Una fecha que sí importaba para los Volturi sería el 30 de diciembre, el día que marcaría el sexto mes de Helios en nuestras vidas. Durante estos últimos cinco meses nos habíamos aislado, distanciándonos de todos los demás aquelarres de vampiros. La mayoría de los vampiros que traían noticias de infractores de las reglas entendieron esto como una señal de que todavía nos estábamos recuperando de la batalla, ya que eso a menudo tendría un costo mental mayor para los guardias involucrados. Nuestros aliados nos dieron espacio mientras nuestros secretos se gestaban. Los pasillos de Volterra ahora estaban llenos de misterios que aún no podían ser revelados al público.

Hoy, una joven desesperada había venido a nosotros con información. Esta vez Maeve no me había hablado de ella. Un visitante era algo a lo que los Volturi tenían que acercarse con precaución. Tener nuestro secreto expuesto sería perjudicial para nuestra estrategia.

Nuestro salón del trono había estado bastante vacío, lleno de los restos de la comida de los guardias inferiores. En lugar de viernes, comían los jueves, ya que no podíamos lidiar con tantos cuerpos drenados a la vez. Me dio sed ver toda la sangre en el piso de mármol. Cómo la gente mantenía los pisos inmaculados estaba más allá de mi comprensión.

Sentados en nuestros tronos, tuvimos que ver cómo Demetri y Félix traían a la joven, quienes no parecían divertidos por su presencia. Ojos dorados, era una devoradora de animales. De las descripciones dadas por Carlisle, podría asumir que ella era del Aquelarre Denali en Alaska. No les agradamos mucho, por lo que tener a uno de ellos aquí para denunciar un crimen fue sustancial.

"Esta es Irina del Aquelarre Denali", Demetri pone los ojos en blanco y regresa a la puerta. "Aquí para denunciar un crimen en nombre de los restos del Aquelarre Olímpico, ahora dirigido por Edward Masen y su esposa, Isabella Masen"

Irina pareció sorprendida por el uso del apellido de soltera de Edward, como si no supiera que Carlisle lo había repudiado y se había unido a los Volturi, su antiguo aquelarre. Su rostro, aunque revelaba su sorpresa inicial, era impecablemente hermoso, al igual que todos los vampiros. Irina, la versión perfecta de sí misma, tenía el cabello blanco plateado más hermoso. Combinaba bien con sus ojos dorados. Tenía un parecido con Rosalie, aunque mi hermana era indudablemente más atractiva.

"¿Cuál es el delito que debe denunciar?" Pregunto, poniéndome de pie. Caius frunció el ceño cuando dejé su regazo, eligiendo caminar hacia la mujer vampiro de ojos dorados. "¿Qué crimen crees que ha cometido su aquelarre? ¿Qué es tan grave para que vengas a nosotros, Irina?"

"Edward y Bella. Sé lo que hicieron. No sé cuál de ellos la convirtió, pero lo hicieron. Crearon una niña inmortal", me mantuve serena. Ella vio al niño. Vio a su hija. Ah, cómo esto va a ser un shock para ti, querida.

"Una acusación grave, Irina", comenta Marcus, "¿Tienes pruebas de tales afirmaciones? ¿Informadas o de primera mano?"

"De primera mano", responde rápidamente. "El rey, puede leer mis pensamientos y recuerdos. Por favor, lo he visto, el niño, con mis propios ojos".

Realmente me sentí mal por la mujer. Estaba gravemente mal informada, pero yo sabía que tenía una historia con niños inmortales y deseaba que los mataran. Su madre hizo un niño inmortal. Tú lo sabes. Los odia, porque destruyen tanto y le han quitado tanto. Como saben, los lazos familiares del alma son eternos. No le gustan los Volturi, pero sabe que hicieron lo que tenían que hacer. El niño tenía que ser destruido o mataría a miles más. Pueblo tras pueblo.