PRÓLOGO

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(Poned la música cuando os lo diga <3)

Verano, una época en la que un helado nunca viene mal, donde una ráfaga de aire se siente de maravilla y donde las ganas de darse un baño en la playa o la piscina no desaparecen.

Una estación en la que, supuestamente, la gente descansaba de todo el trabajo que habían ejercido ese año.

Era una época de felicidad y tranquilidad, una felicidad que demostraba Horacio y una tranquilidad que deseaba Gustabo.

-Vamos a la piscina- dijo Horacio, bajando las escaleras rápidamente, ya con el bañador puesto y la toalla en sus hombros-

-Pero Horacio, aquí con el ventilador se está muy bien- protestó el rubio, quien miraba la televisión con una mueca de malestar-

-Ni hablar- se acercó a su hermano y le estiró del brazo con toda su fuerza, logrando que se levantara de aquel sillón que ya parecía llevar su nombre tatuado-

-Pero, ves con Greco o con Ivanov- dijo moviendo las manos y flexionando las rodillas muchas veces en forma de protesta-

-Hemos venido de vacaciones todos juntos para estar todos juntos- habló para apuntar hacia las escaleras, dando la orden de que se cambiara- nos están esperando, cámbiate- ordenó-

El rubio subió las escaleras mientras salían insultos y murmullos que ni él mismo lograba entender. Se cambió rápidamente a un bañador y agarró una de las toallas. Bajó encontrándose de nuevo con Horacio y salieron por la puerta dirección piscina del hotel.

-Hasta que llegáis- gritó Greco, quien estaba a punto de tirarse de bomba junto a Ivanov- apuesto lo que sea a que habéis llegado tarde por culpa de Gustabo- dijo con una sonrisa-

-No te equivocas- habló el de cresta riendo- este señorito no se quería mover del sillón- sonrió apoyándose en el hombro de su hermano-

-Perezoso- se escuchó desde una de las tumbonas-

Ambos giraron a ver al procedente de esa grave voz, aunque ya sabían a quién pertenecía.

-Conway, usted está ahí tumbado sin ni siquiera moverse un poco- replicó el rubio- perezoso usted- dijo para tumbarse en la tumbona del lado-

Horacio se rio de la situación, dejó la toalla en una tumbona y salió corriendo hacia el borde de la piscina, allí se tiró en bomba sin ni siquiera mirar si había alguien en donde se había tirado.

-Joder Horacio- gritó Conway- me vuelve a tocar una gota de agua y te inflo a porrazos-

Y si, la caída había sido con tanta potencia que el agua había llegado a la espalda de Jack.

-Vaya, si tenías ganas de meterte en el agua- murmuró Volkov, quien estaba apoyado en una de las paredes de la piscina- 

-Me encanta el agua- dijo casi en un susurro, dejándose flotar en la superficie del agua-

-Horacio, primer reto del día, no aguantas más la respiración debajo del agua que yo- habló Ivanov, acercándose junto a Greco y Leonidas-

-Yo en esto soy buenísimo, prepararos- avisó Sergey incluyéndose en el juego-

Y así transcurrió la tarde, algunos tomando el sol, otros jugando a juegos sin mucho sentido y los demás simplemente disfrutando la sensación del agua.

Conway, desde la tumbona, podía escuchar las risas de Horacio y los demás, cosa que le hacía mayormente feliz. Esas risas lograban que no se arrepintiera de haber alquilado el hotel entero para las vacaciones, invitando a todas las personas que él tenía algo de amistad.

¿Quién es?- AU SPAINRPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora