CAPÍTULO 8

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24 de julio 11:56 PM

Un grito le hizo abrir los ojos de par en par, le extrañó no sentir el dolor de la luz entrando directamente a sus ojos. Le extrañó que era de noche, totalmente oscuro.

No lograba ver nada, solo se podía dejar guiar por los sonidos que percibía, que no eran muchos, solo suspiros que venían de diferentes zonas.

-¿Estáis despiertos?- preguntó el ruso intentando visualizar a alguien- ¿Hola?-

Sintió unas manos en su brazo izquierdo, por lo que rápidamente miró hacia esa dirección, al no saber de quién se trataba le agarró de los brazos y lo puso contra la pared para limitar sus movimientos.

-V-viktor, soy yo, Horacio- susurró, alterado y extrañado por la reacción del contrario-

Al escuchar su voz, lo soltó, arrepentido al instante de haberle hecho eso. 

¿Y si le ha hecho daño?

-¿Has visto a los demás?- cuestionó el menor de los dos, volviendo a agarrar el brazo izquierdo del ruso- 

-No te veo ni a ti- aclaró enchinando sus ojos intentando ver algo más que la plena oscuridad-

Ambos agarrados al contrario empezaron a caminar, dando pasos lentos pero firmes, así asegurando que no iban a perder el equilibrio con cualquier cosa que ahora se encontrara en el suelo. Lo último que recordaban era ver a Conway caer en frente suyo con aquella bomba que les provocó el sueño.

-¡Ayuda!- se escuchó lejos de su posición, parecía alterado-

-¿Torrente?- preguntó el menor alzando la voz, acelerando sus pasos inconscientemente-

-¡Ayudadme!- se volvió a escuchar, asustando a la pareja que seguía la voz-

-¡¿Qué te pasa?!- preguntó el más alto de los dos, intentando sacar conversación para poder seguir la voz de su compañero y amigo-

Un silencio largo confundió y aterrorizó al de cresta, apretando levemente el brazo del cual estaba agarrado, demostrando su miedo. Una mano se posó en la suya, Volkov la acarició con parsimonia, intentando tranquilizarlo.

-¿Torrente?- cuestionó el ruso, rezando por recibir respuesta, no queriendo aguantar más el dolor de garganta-

-Sigamos andando- dijo en un susurro el moreno de los dos, estirando de su brazo para seguir caminando con cuidado-

Un ruido detrás de ellos les hizo dar un respingo, fue un golpe seco al suelo que hizo temblar sus pies. 

-Torrente- habló el moreno con la voz entrecortada- ¿Estás bien?- 

Seguía sin haber respuesta y eso no le hacía gracia a ninguno de los presentes en aquella casa. Ellos dos seguían andando, les temblaban las piernas pero utilizaban todas sus fuerzas para mantenerse en pie. 

-Ayuda- se escuchó un murmuro en frente suyo, lo suficientemente cerca como para que, Horacio, del susto, diera un paso hacia atrás, arrastrando a Volkov-

-Torrente- habló el de cresta antes de que otro ruido seco golpeara el suelo detrás suyo-

Esta vez no solo se escuchó un golpe, sino que a la vez las luces empezaron a parpadear como si de una película se tratase. "Pero si no tenemos luz" pensó fugazmente el ruso antes de fijarse en lo importante. 

La imagen de un Torrente apuñalado estaba delante de él, el asesino estaba ahí, la luz lo había delatado. Leonidas se encontraba a su lado, mirándolos a ambos desde esa posición, no parecía tener la mirada concentrada en ellos, al contrario, parecía tener la mirada perdida por encima de sus hombros.

¿Quién es?- AU SPAINRPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora