Imposibles - Sakuatsu

III. Dos pájaros en un alambre

(Dos pájaros similares

Dicen que siempre estarán juntos, pero uno nuca soltará ese alambre).

Miya Atsumu construyó una pared repleta de fotos porque no sabe estar solo. Un descubrimiento relativamente reciente, o tal vez no tanto, no lo sabe.

Nunca había estado solo antes, al menos no físicamente. El útero de su madre, jardín de niños, primaria, preparatoria, e incluso unos años después de eso. No estaba solo, tampoco estaba rodeado, pero la presencia de su gemelo siempre fue más que suficiente. Tantos años de compañía mutua y, de repente, los kilómetros de distancia que separaban Hyogo de Tokio.

Atsumu era un sentimental, sus padres solían decirlo todo el tiempo. Tenían esa costumbre de recalcar las características de un gemelo por el contraste con el otro. Atsumu era gemelo sentimental, impaciente y demandante. Entonces Osamu era frío, paciente y conformista. ¿Sus padres siempre recalcaban sus rasgos negativos? No, por supuesto que no, pero Atsumu tiene la costumbre de guardar las cosas negativas que dicen de él en el fondo de su corazón y dejar que las buenas le resbalen por la piel.

Últimamente, se encontraba muy sentimental, la razón no era otra que extrañar mucho a su familia, aunque llevaba casi un año con los Black Jackals. Pensó que con el paso del tiempo la sensación se le pasaría, descubrir que el sentimiento de extrañar siempre estaría con él como una espina molesta no le gusto nada.

 Aunque al principio no extrañaba, no tenía tiempo. Llegando a un equipo lleno de adultos, manejar ese nivel de poder a su antojo, como armas en un arsenal listas para ser usadas. Partidos increíbles, entrevistas, la selección nacional, la gente hablando de él: "Imparable jugador de 22 años lleva a los Black Jackals a la final del campeonato". Se sentía en la cima, mirando el mundo desde arriba, con un estado de euforia extrema que no duro mucho. Perdieron en la final y las cosas se calmaron. Fue cuando la nostalgia lo golpeo el doble, rencorosa, por haberla ignorado todo ese tiempo. Entonces comenzó a extrañar, entonces se vio solo y construyo esa pared.

Las cosas mejoraron un poco cuando llego Bokuto al equipo, pero Dios sabe lo difícil que fue su relación al principio. Ahora también tenían a Hinata, y, en teoría, no estaba solo. Aun así, algo le faltaba, tal vez lo que pasa es que Atsumu siempre tiene hambre y la cima no se siente la cima por mucho tiempo porque siempre posa sus ojos en una más alta. O tal vez le faltaba su familia, su hermano.

Osamu y él en algún punto tenían que separarse. Atsumu lo sabía y aun así le había costado asumirlo. Todavía recordaba la serie de peleas que habían tenido desde que Osamu le dijo que no seguiría con el voleibol. Su yo de 17 años simplemente no quería que su hermano tomara otro camino. Se sentía como si le hubieran mentido, como si le quisieran quitar algo, como si lo estuvieran lastimando. Le dolía, y pese a todos los "berrinches", siempre le dolió más de lo que quiso admitir. 

Atsumu no sabía explicarlo, solo quedo como el hermano egoísta para todos los que los conocían. Incluso él mismo se consideraba un hermano egoísta, eso lo hacía sentir fatal, pero, ¿Cómo ves a la persona que siempre ha estado contigo deseando alejarse de ti y no sentir miedo o enojarte?

Para Atsumu no se sentía como si los dos sencillamente hubieran tomado caminos separados, como si de pronto el camino se hubiera dividido en dos y cada uno tomaba el que le parecía más conveniente. Se sentía como si hubiera sido abandonado a la mitad.

Qué pasaba con las infinitas charlas que mantenían desde niños, esas donde se imaginaban levantando idénticas medallas de oro, donde el número 7 y el 11 salían en revistas como los más grandes del mundo. Gracias a ellas Atsumu jamás se imaginó recorriendo el camino solo, sin que nadie compitiera de igual a igual con él. Y qué pasaba con las incontables horas que ambos entrenaron para llegar a ese objetivo, ¿solo habían sido un desperdicio?