[27 septiembre 2021]
07:00 a.m.
Nueva York, EEUU. ⠀⠀
⠀⠀Pov Laila
Ahogué un leve gruñido en mi almohada al sentir el ruido de la alarma. Alargué mi mano hacia la mesita de noche, intentando coger algún objeto para lanzarlo contra aquella máquina destructora de sueños. Aún así, la dueña de ese aparato ya me conocía de antes y muy sabiamente había decidido retirar cualquier objeto que pudiese ser lanzado de mi alcance.
Despertada contra mi voluntad, decidí levantarme e ir hacia nuestro salón-comedor, no sin antes apagar la alarma con irritación. Desde que entré a la universidad hace un año, la única enemiga que me he ganado ha sido la fiel compañera de mi bajista de confianza, Hope Murphy. Suspirando audiblemente entré en la sala.
-Tu alarma cada día me cae peor, Hope.
Dije sin siquiera mirarle, teniendo como único objetivo servirme una taza de café y desayunar algo antes de irritarme más.-Pero gracias a ella no llegas tarde, Laila.
Dijo, y como siempre, tenía razón. Dándome la vuelta observé como se encontraba la contraria: con una taza en su mano derecha leía uno de los millones de libros que tenía por toda la residencia. Ya estaba completamente vestida, mientras que yo aún me planteaba la opción de ir en pijama.-Tan perfecta como siempre, Murphy.
-Gracias Stones. Me tengo que ir ya. Acuérdate que a las 14:00 vamos a recoger en el campus a Kayla. Te recogeré después de tu clase de análisis musical. Recuerda también llevarte los libros, los tienes en la entrada. Ten un buen primer día.
Dijo mientras cogía todas sus cosas. Antes de marcharse me abrazó como solía hacer siempre. Una vez que la puerta se cerró tras de ella, negué levemente la cabeza mientras tomaba un poco de café. Hope era la mayor del grupo, y ya por naturaleza de por sí era tan preocupada que cada día parecía más una madre aún sin quererlo.-En fin, parece que la opción de pijama no me va a servir hoy. Venga Laila, vamos a vestirnos bien para ver de nuevo a Kayla.
Me dije a mi misma mientras dejaba los cubiertos en el fregadero tras terminar mi desayuno. Me adentré a mi habitación y empecé a buscar en mi armario algo que ponerme.Pov Hope
07:53. Aquella era la hora exacta que marcaba el gran reloj que decoraba la clase de Historia de la Música. Para los de tercer año las clases seguían comenzando a las 08:00 de la mañana aunque fuese el primer día. Después de todo, el próximo año sería nuestro último. Me senté en mi lugar habitual, saludando a Ian y Lydia, mis compañeros de asiento y realmente las únicas personas con las que he llegado a entablar más de una conversación.
En mitad de la conversación escuchamos cómo la puerta se abría y dos voces se hacían presentes para saludar. Los tres devolvimos el saludo por pura costumbre, sin tomar mucha importancia de conocer de quien se trataba. Aunque esto no duró mucho al notar que ambas personas se acercaban hacia nosotros. Levanté la vista, con la poca suerte que coincidí con la mirada de uno de ellos. Intentando no parecer demasiado extraña, le dediqué una pequeña sonrisa y volví a la conversación.
Se sentaron delante de nosotros. Si no recordaba mal se llamaban Ares y Dante. Ambos eran estudiantes de música clasica, y con el último solía compartir casi todas las asignaturas al estudiar las mismas carreras: Música y Musicoterapia. Aún así, desde el primer día supe que los había visto antes, pero nunca pude adivinar en qué lugar los pude llegar a conocer.
Pov Dante
Mi mayor error al entrar a clase fue mirar a la chica del pelo rubio. Y lo fue porque al no retirarla a tiempo mantuvimos las miradas por varios segundos. Incómodo.
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AMARANTHINE
Romance-¿Por qué siempre dibujas esa flor en las esquinas de tu partitura? -No es ninguna flor cualquiera, bruta. Es una amaranta. Para los poetas antiguos, era la flor que nunca se marchitaba. Y mientras yo siga tocando estas partituras, ninguna de ellas...