CAPÍTULO XXXII

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Un silbido hizo que fuera despertando. Mejor dicho, alguien estaba silbando. Me removí y gruñí al sentir mi cabeza arder. Abrí los ojos aunque una tela me lo impedía.

Me levante tocando con la palma de mis manos tratando de guiarme, pero solo camine hasta el final de la cama porque sentí un tirón en mis muñecas y tobillos, las revise y sentí algo rodearlas, estaba frio y grueso, tenia una cadena en cada una, lo sabia por el ruido que hacían al moverme, al igual que en mis tobillos, desesperada comencé a jalar y jalar, no estaba consiguiendo absolutamente nada con eso, solo lastimarme pero mi mente estaba cerrada, no sabia que hacer en este momento. Mis manos comenzaron a temblar y la respiración se me entrecorto, con cada jalón que daba sentía que se iban aferrando mas a mis muñecas, empezó a doler, solloce por lo bajo, debido a la desesperación que estaba sintiendo mis ojos comenzaron a llenarse de lagrimas. Y de pronto todo lo sucedido de la noche anterior llego a mi mente de golpe. No alcance a correr, estaba tan cerca pero a la vez tan lejos.

No podía zafarme. Y no alcanzaba llegar a la puerta, si es que estaba cerca de una.

Sentía una mirada tan penetrante que era como si me desnudara con solo sentirla, quería hacerme la idea de que nadie mas estaba ahí, si eso me hacia creer lo dejaría pasar. Deje de moverme, y solo así pude darme cuenta lo frio que estaban mis pies, los moví y el suelo rasposo me comprobó que estaba descalza, mis manos se fueron a mi ropa, no sentía la tela del pantalón, de mis rodillas hacia abajo estaban descubiertas, no tenia puesto mi ropa, llevaba puesto un vestido.

La idea de gritar me era muy tentadora, pero eso no me ayudaría en nada, nadie me escucharía, no me garantizaba que milagrosamente alguien se encontrara afuera, me escuchara, llamara a la policía y vendrían por mi. Incluso de tan solo pensarlo sonaba demasiado estúpido.

Me había quedado tan quieta parada, que me olvide de eso, en cuanto reaccione comencé a jalar de nuevo, ahogue un grito de dolor al sentir como la cadena de mis muñecas se ajustaron aun más. No podía quedarme aqui, tenia que salir, por lo menos tenia que intentarlo, nuevamente volví a jalar sin importar el dolor, pero no conseguí nada con eso.

Una carcajada cargada de burla sonó por todo el lugar, haciendo que me quedara inmóvil, y el miedo se encargo de mi, mis manos temblorosas se dirigieron de inmediato buscando la cama, camine con torpeza aun lado con las manos sobre el colchón y al tocar la pared supe que había llegado a la cabecera, me subí a la cama y me pegue a la pared, como si eso fuera a impedir que se me acercara. Con la tela del vestido trate de cubrirme hasta los pies, lo que no fue difícil. Moví la cabeza al escuchar la voz de mi lado izquierdo, me recorrí mas al sentir como se hundió el colchón.

—Vaya, creí que no despertarías —una voz retumbo por la habitación —Comenzaba a preocuparme —escuche sus palabras que estaban envueltas en diversión .

Por ese momento agradecí tener vendados los ojos, no quería ni si quiera verlo, el terror que me hacia sentir cada vez que lo veía era algo que no me gustaba y menos el hecho que estuviéramos en la mis mi habitación.

—Mírate —soltó una risa burlona —Pareces perrito asustado.

Todo mi cuerpo estaba temblando de miedo, lo que estaba sintiendo en estos momentos no podía explicarlo, estaba en un tipo de shock, sentía que incluso no podía ni gritar, o hablar. La garganta me estaba ardiendo por lo seca que estaba y lo peor era que el estaba sentado solo a algunos centímetros de mi.

En mi mente llego la imagen del cuerpo de Logan, la escena parecía tan real en mi cabeza que era como si lo estuviera viviendo de nuevo.

—Eres tan hermosa así, incluso amarrada no dejas de serlo —dijo en un suspiro —Y eso me enferma —sentí como con su pulgar estaba acariciando mi mejilla.

SINISTER | INSANE IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora