CAPÍTULO XXXIX

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LUKE.

—Cariño, te amamos —sonreí al sentir la mano cálida de mi madre, mi padre sonreía mientras me observaba. 

—Y yo a ustedes —les aseguré. 

Salí de casa si unos cuantos pasos hasta que todo comenzó a darme vueltas y de pronto todo a mi alrededor fue oscuridad absoluta. Fue como si estuviera dentro de un trance, podía moverme pero no salir de la oscuridad que me rodeaba.  Retrocedí asustado pero al hacerlo choque contra un oficial que entraba corriendo a mi casa junto con algunos paramédicos.
No entendía que pasaba. Entre la multitud buscaba algún rostro familiar pero solamente eran personas desconocidas, que entraban y salían de mi casa. 

Mi casa.... 

Mis padres. 

—¿Qué ha pasado? —escuche hablar a mis espaldas. 

—Están muertos, la pareja está muerta —completó.  

Sentí un mareo, por un momento no pude sostenerme en pie, mis manos temblaron, comencé a sudar en frío y los labios se me secaron.
Corrí a la puerta principal, intentaron detenerme pero fui más rápido y logré pasar a los policías. 

—¡MAMÁ! ¡PAPÁ! —grité con la esperanza de que fuera un mal entendido.

Pero no recibí respuesta. 

Corrí hasta su habitación y me detuve en la puerta sin apartar la vista de la cama. Me congelé. 

—No, por favor no —jale mi cabello de forma desesperada y me gire para limpiar mis ojos —Esto no es real. 

Pero al girarme de nuevo, sus cuerpos sin vida seguían tendidos sobre la cama, las sabanas manchadas de sangre y la mano de mi madre que colgaba de la cama dejando caer gotas de su sangre. 

—No estás muerta, no es real, por favor despierta —me agache y tome su rostro pálido y frío en tres mis manos —. Mamá... 

Rompí en llanto y todo a mi alrededor se desvaneció, las voces el sonido de los autos llegando a estacionarse comenzó a escucharse lejano. Solamente escuchaba mis propios gritos ahogados de desesperación. Todo de pronto dejo de importar y solo existía el dolor agobiante en mi pecho, quería que fuera un mal sueño.

—Por favor... 

Hasta que sentí como me jalaban en dirección a la puerta, trate de luchar para que soltaran y quedarme pero eran más fuertes. 

—¡NO! ¡SUELTENME! ¡TENGO QUE AYUDARLOS! —grite pero nadie me escucho —¡¿QUÉ PASÓ?! ¡¿QUÉ FUE LO QUE PASO?! 

Lograron sacarme de mi casa y no me dejaron entrar, me deje caer de rodillas aún llorando, no me importaba que me vieran llorar, yo quería estar con mis padres. 

—Es él hijo, él muchacho ha visto sus cuerpos sin vida. 

Estaban muertos... 

Mis padres están muertos... 

Mentiría si dijera que fue fácil, me costó asimilarlo durante mucho tiempo. No comía, no salía de mi habitación, no sentía la necesidad de hacerlo. Varias veces despertaba durante la madrugada en mi habitación donde vivía con ellos. Tenía que llamar a Mike para que fuera por mi. 

Porque sus padres fueron quienes me acogieron cuando se enteraron, mi tía era hermana de mi mamá, al principio no quería estar con ellos pero con el paso del tiempo me di cuenta que casi no se encontraban en casa más que algunos fines de semana. Trabajaban duro para darle a Mike un futuro y como ellos dijeron: 

"Ahora eres parte de la familia Luke, serás como nuestro segundo hijo". 

Como podría ser como si segundo hijo si nos volvimos a ver después de casi diez años, a quien veía más seguido fue a Mike, pues íbamos en la misma preparatoria. Pero no les contesté, solo asentí. Después nos mudamos a este pueblo y fue cuando conocí a la familia de la casa vecina, más bien a los hijos. 

SINISTER | INSANE IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora