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Mis manos se movían frenéticamente, cortando con la katana a toda persona que se me atravesaba, estaba jugando con ellas al inicio haciéndoles creer que podrían vencerme pero cuando el miedo los invadía era el momento donde el juego se volvía molesto y decidía acababa más rápido con sus vidas, seguí así por algunos pasillos más, hasta que llegue a una arena de lucha, más personas se hallaban ahí sirviendo de escudo para hereje, Damián sonrió frívolamente para luego con una cara neutral comenzar a cortar de forma lenta a cada enemigo que se atravesaba como si una danza fuera, pasos precisos, movimientos de su mano tan certeros, los soldados retrocedían pero esa decisión significaba el final de sus vidas, significaba que Damián se avía aburrido de jugar con ellos y el los desecharía, los destruiría como cuando un niño pequeño después de jugar con un juguete y este se volviera feo y aburrido los destruiría con un martillo o los arrojaría a la chimenea o simplemente lo tiraría a la basura para luego ser cremado de una u otra forma estos juguetes perderán su valor para aquel niño que ha decidido usar, sus propias manos para jugar.

Quedaban pocos guardias en pie al último que intento retroceder fue atravesado con la katana, pero no con la katana de Damián si no de hereje, quien vio a Damián con na sonrisa retorcida y mirada retadora corrió hacía Damián alzando su katana, Damián bloqueo fácilmente el primer ataque como los siguientes, mirando a hereje con una expresión aburrida, Damián golpeo a hereje con un pie, pero hereje lo esquivo tomando distancia

Damián. – no eres tan débil como tus patéticos ataques

Hereje parecía molesto, pero luego sonrió. – tan patético como el día que te mate

Damián. –

Hereje. – tan patético como el día que clave mis katanas en ti, tan patético como te veías en el suelo desangrándote y te veías tan patético cuando tu cuerpo fue desechado en una fosa

Damián. – tt, (algunas punzadas en la cabeza de Damián eran constantes nada de lo que decía hereje o cualquier otro parecía real, cada recuerdo que alguien decía sobre él era una punzada más en su cabeza)

Hereje ataco nuevamente a Damián quien parecía estar sumergidos en sus pensamientos logro hacerle un corte en el hombro el corte era profundo, pero Damián no se doblego al dolor como si ya estuviera acostumbrado a ello esa idea le dio asco, pero el dolor lo devolvió a la realidad

Sorprendido, alardeo hereje de sus katanas, las hice especialmente para ti, para una vez más tener el honor de acabar con tu vida, hereje volvió a atacar Damián, pero este no respondía a sus ataques ganándose así algunas heridas graves, hereje se apartó molesto

Hereje. - ni siquiera respondes, ya perdiste la voluntad de vivir............ de matar

Damián no respondía solo miraba la sangre en el suelo, hereje ataco una vez más, pero esta vez su espada fue detenida por la mano desnuda de Damián ocasionando que esta sangrara, Damián soltó la espada de hereje haciendo que este retrocediera Damián miro su mano y a los segundos sus heridas comenzaban a serrarse con un aura dorada algo rojiza

Damián. - voluntad de vivir talvez, pero de matar creo que no te has dado cuenta a quien tienes al frente, fijo su rostro a hereje, hereje trago algo de saliva a ver su aspecto, la mitad de su cara parecía carne roja ardiendo mientras que sus ojos ahora en dorados con un resplandor rojizo con ese aspecto avanzo asía hereje hasta quedar frente a él, te lo diré, soy tu muerte

Con esas palabras las katanas aparecieron en sus manos atravesando el hombro de hereje, este apenas pudo racionar, - te devuelvo el golpe – le dijo Damián mientras que con gran velocidad soltaba ataques que hereje no podía bloquear, en un intento vano hereje intento retroceder y esa decisión significaba que Damián lo mataría más rápido

mi padre es el diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora