Hasta que te conocí

⛄❄️Especial "Navideño"☃️🎄

"Cálido invierno"

En el mundo existen muchas culturas, religiones, dioses, criaturas y leyendas.

Y los más cerrados dicen que son solo cuentos.

Pero la realidad a veces supera la ficción...

Soy el hijo de una criatura que es responsable de traer el frío y la nieve y un humano.

Mi padre, un crudo día de invierno se perdió en una tormenta de nieve y quedó casi enterrado en una avalancha cerca de la montaña que estaba explorando.

Mi madre que suele vagar por el bosque y las montañas acompañada de los animales salvajes que suelen deambular por esas zonas, vio como mi padre era absorbido por la avalancha y lo rescató.

Mi padre era un aventurero, no tenía rumbo fijo en la vida y de dedicaba a viajar en busca de nuevas aventuras, le gustaba también ver qué tan ciertas eran algunas leyendas y así fue como termino ahí.

Mi padre había ido en busca de la famosa "Callah Vare" y ella lo encontró a él.

Mi padre solía contarme que cuando vio a mi mamá, lo cautivó con su belleza efímera y salvaje, pues mi madre suele vagar en el invierno solo con un vestido tan blanco como la nieve con escarcha y picos en la falda y los hombros, su cabello negro que enmarca su rostro tan tranquilo lo hicieron pensar que murió y ya había llegado al cielo de la mano de un ángel , un ángel con la piel ligeramente azulada.

Pasaron los años y mi padre se ganó el cariño y amor de aquella bella criatura que lo había hechizado.

Nací y el pueblo donde habita amos hacían muchas preguntas a mi padre pues nunca le vieron andar con ninguna de las pueblerinas o que llegase con un hijo.

Mientras crecía no tuve amigos por que muchos decían que debía de haber sido secuestrado o que era una de esas criaturas que fue intercambiados al nacer, mi padre construyó una cabaña muy bien equipada para nosotros y trabajaba en el pueblo de carpintero, y siempre que preguntaban mi origen el decía que me había encontrado a mi suerte en el bosque y que no podía dejarme así y me adoptó.

Yo herede el color violáceo de pelo y ojos de mi padre, y cierta parte de la biología de mi madre, podía estar en lugares cálidos más no mucho tiempo por que enfermaba y cuando era invierno podía pasarme por la nieve como si nada en ropa ligera y los animales salvajes no me hacían nada.

Siempre estaba solo pues los del pueblo eran muy supersticiosos y decían que probablemente era hijo de una bruja y no debían acercarse a mi....

Pues en realidad tenían razón pero no tenían como comprobarla, mi madre a veces se sentía culpable por verme solo, ella a veces resentia su solitaria vida hasta que llegó mi padre.

Pero no quería que yo me sintiera solo así que me solía llevar con ella. Suele hablarme de las otras criaturas como nosotros y lo que había visto a lo largo de los años en los bosques.

Pero esta vez fue diferente.

- ¿Hitoshi?- pregunta con voz calmada

- mm?- responda para que vea que le prestó atención.

- ¿Te sientes solo cariño? - pregunto con algo de pesar.

- No realmente, casi todos los del pueblo son unos cabezas huecas y supersticiosos - digo con simpleza.

- ¿Seguro?- pregunta con duda - tu padre me ha contado que ha tu edad tienes las hormonas alborotadas y pueden llegar a sentirse solos - dijo algo confundida.