Como les había dicho, semanas antes de mi cumpleaños estaba en el holocausto junto a mi padre, los otros generales se han ido a ido a descansar, así que, varios niños judíos y yo empezamos a jugar, a pesar de estar a días de cumplir 15 seguía siendo un niño, mientras jugábamos resbalé con las piedras, quedé bocabajo, me eche a reír, pues no quería llorar, cuando escuche una voz muy hermosa y que no había escuchado nunca mientras había estado allí, levante la mirada y vi una mano , y la agarré, me ayudo a pararme y ya estoy de pie, vi una hermosa chica, cabello rizado, ojos grises y tez blanca, esa fue la primera vez que vi a Faustina.
-Gracias- proseguí a decir amablemente mientras me sacudía.
-De nada, para la otra ten más cuidado- me contestó con una voz tan dulce y suave.
Yo seguía sacudiéndome mientras los otros pequeños jugaban, el tiempo se detuvo y para mí los únicos que en ese momento tenían la libertad de hablar éramos ella y yo. Tomé el valor suficiente de hablar primero, fue algo raro para mí pues siempre se me ha sido fácil hablar con las personas.
-Barend, mucho gusto- dije extendiendo la mano.
-Faustina, el gusto es mío- me contesto mientras nos dábamos la mano- ¿No eres de los nuestros, cierto? - soltó de repente
No me gusta que se refieran a mí con esas palabras, mejor dicho a ellos mismos con los "", me enoja, para mí todos somos iguales, de todas formas moriremos y acabaremos de la misma forma. El tiempo volvió a ser el de siempre, me quedé atónito y sin palabras pero no lo hacía notar, tampoco sabía el cómo responder, era la primera vez que me pasaba eso de quedarme con un tronco frente a alguien de esta manera. James rompió el hielo cuando me jalo del abrigo y me dijo "Barend, sigamos jugando", corrí hacía donde los niños y seguimos jugando, James era como mi hermano menor, la verdad lo considerábamos como tal, pues lo conocí when the had 8 años , actualmente tiene 10 años y he procurado estar al tanto de él. Sin querer volteé de reojo y vi a Faustina riendo de todo lo que hacíamos, su hermosa sonrisa, con su cabellera que se movía a la par con elaire, sus ojos se enchicaban cuando sonreía y todo eso, fue lo que me hechizó,cada parte de esos pequeños detalles eran los más hermosos para mí.
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Se Me Fue Faustina
RomanceUn amor en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Aprender a amar es un punto importante de la vida y aprender a olvidar es otro punto importante pero cuando tenemos que olvidar y dejar ir a la persona que amamos es un punto controversial. A nuestr...