Shion de Aries

983 49 59
                                    

Lo veía una y otra vez caminar por las escaleras que conducen al santuario de la Diosa Athena.
Algunas veces portando prendas de entrenamiento, otras veces con armadura.
Lo que más me gustaba era mirarlo por la ventana de mi habitación, no se si algún día se de cuenta que me pierdo ante su presencia.

Ese bello caballero de cabellos verde claro y de mirada seria es el mismo portador de la armadura de Aries, dicen que es muy bueno usando las herramientas...
Aunque creo que también mi mente piensa en otra cosa.

En fin creo que jamás llegue a mirarme de la misma manera en la que yo lo hago, son caballeros fieles al servicio de su diosa que cuidan de la integridad de ella y del pueblo.
Creo que solo mis pensamientos más impuros y hasta esas alocadas fantasías solo quedarán en mi mente.

Es algo que jamás en mi vida llegará a ocurrir, tomé mis baldes de madera para ir por agua al río que corre cerca de aquí.
Mientras pasaba por el pueblo me encontraba con los aldeanos, algunos me saludaban y otros se pasaban de largo, cada uno de ellos en sus actividades diarias.

El camino para llegar al río es un poco difícil por la maleza que hay en el lugar, sin embargo tenía que batallar entre tomar mi vestido y mis baldes.
No me di cuenta que pisé mal en un pequeño charco de agua terminé cayendo al suelo pero lo peor era que mi vestido acabó en muy malas condiciones; roto y manchado de lodo.

— Espero que esté bien señorita.

Esa voz hizo que me sintiera como una persona diminuta, era grave, varonil. A menos que sea...
Rápidamente busque con la mirada al dueño de aquella voz pero jamás me imaginé que frente a mi tuviera a ese joven que siempre he visto detrás de mi ventana, él es...

— Señor Shion — Susurré nerviosa, pero no sabía si me sentía así por el hecho de que mi salvador se trate del él o porque tenía puesto una larga túnica cubriendo su cuerpo de la cintura para abajo, jamás me imaginé que pudiera ver su torso totalmente descubierto esas marcas estaban perfectamente trabajadas.

En ese momento aquel joven de cabellos verdes claros se acercó a mi, me tomó de las manos para ayudarme a levantarme.

— Debes tener más cuidado en este lugar, si vienes por agua el pozo lo puedes encontrar más adelante, así evitarás tener un accidente.

Yo en ese momento me perdí en su mirada, aunque también me llamaba mucho la atención sus tikas (símbolo de la raza ficticia de los muviano) pero no niego que no deja de ser apuesto, sin duda el santuario está muy bien custodiado por caballeros dignos de admirar.

— Gracias — Fue lo que logré responderle, la verdad no sabía cómo reaccionaría ante su presencia si me la he pasado observándolo desde mi ventana.

Quería comenzar a platicar con él pero comenzó a retirar sus cosas, y en cuestión de segundos se fue del lugar y ahora me quedé sola.
Lo que me daba consuelo es que pude verlo mucho más de cerca y para ser el caballero de la primera casa estaba de muy buen ver.

Conforme pasaban los días yo esperaba encontrarlo, tener la dicha de cruzarme en su camino pero jamás tuve éxito.
No fue hasta este día con un clima demasiado nuboso, está ocasión no salí de mi hogar, la lluvia pronto llegaría y lo que menos puedo hacer es salir así.
Estuve por retirarme a mi habitación cuando el sonido de alguien llamando a mi puerta me asombro porque no suelo recibir visitas a menudo.

Pero el sonido de la puerta se hizo más grave y esto me alertó, comencé a retroceder, la puerta se abrió al instante, grande fue mi sorpresa al ver que se trataba de aquel caballero que siempre he observado desde la ventana.

— Señor Shion — Corri para ayudarlo, se veía demasiado lastimado, coloque su brazo sobre mi hombro y lo llevé hasta el mullidos sillón que tengo.

Pasión Dorada (The Lost Canvas Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora