Defteros de géminis

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Todos los aldeanos de la isla piensan que en el volcán existe un ser con un aura terrible.
Lo conocen como el demonio de la isla Kanon, tan solo algunos aldeanos de tan solo escuchar esas palabras enloquecen.

Lo sé, varias veces me lo han dicho que como a una dama como yo se le ocurre merodear por las tardes en las orillas del volcán.
La verdad es que me importa poco que digan los demás de mi ya que realmente solo juzgan a ese caballero por las palabras que dicen los demás sin siquiera conocerlo.

Aquel hombre de tez morena es el sujeto que todos acusan como demonio, aquel mismo del que hablan que es capaz de controlar la lava del volcán, lo sé porqué porque alguna vez le brinde mi ayuda.

Fue algo tan inesperado, aquella ocasión lo encontré cerca de mi cabaña, estaba totalmente inconsciente y con varias quemaduras en todo su cuerpo.
Decidí ayudarlo y curé sus heridas, después de todo es un ser humano.

Cuando me contó su triste pasado, sentí un poco de enojo porqué jamás imaginé que las personas que se dicen ser aquellos que protegen al Santuario trataran muy mal a ese géminis de la desgracia.

Al principio se comportaba un poco tímido, pero después que lo fui conociendo más a fondo me di cuenta que se trataba de un caballero con nobles sentimientos.

Esta noche me encuentro preparando una cena especialmente para él, el motivo de este pequeño detalle es por qué precisamente hoy es su cumpleaños y a pesar de que me dice que no espera algo a cambio, lo preparo de corazón.

El sonido de la puerta de mi cabaña se abre lentamente, escuchó el crujido de la puerta y detrás de ella aparece aquel hombre de tez morena y cabellos azules.
En sus manos lleva una especie de ramo de flores silvestres, aunque admito que me gusta ese semblante serio que tiene.

- Buenas noches señorita - Me saluda cerrando la puerta con suavidad.

- Hola Defteros, me alegra que vinieras. Toma asiento, la cena pronto estará lista.

Aquel caballero me sonríe mostrando esos colmillos que admito le quedan demasiado bien. Tomó asiento en la silla vacía mientras dejaba el ramillete sobre la mesa, me doy la vuelta llevando unas tazas para poder tomar un poco de café junto con aquel pay llevo preparando en la tarde, espero que le guste.

- Todo se ve delicioso, de verdad no te hubieras molestado, es un día más.

- Es un día especial para ti, sé que no puede significar nada por el momento pero estás en un lugar diferente de dónde vienes, es hora de que te des una oportunidad y que los vientos tomen otro rumbo.

En ese momento me coloque frente a él para poder darle un abrazo de cumpleaños, por unos instantes creí que aquel caballero se negaría a ello pero cuando sentí sus manos sobre mi espalda me di cuenta que realmente estaba agradecido por tener un rato ameno de su cumpleaños.

- Pocas personas en el Santuario se han dado el tiempo de conocerme y de considerarme como un gran amigo. Pero a ti te llevo en lo más profundo de mi ser.

Me siento feliz al ver que mi pequeño detalle fue bien recibido por aquel moreno.
Nuevamente tomamos nuestro respectivo lugar en el comedor y comenzamos a cenar mientras seguíamos hablando sobre nuestras vidas, las actividades del día a día, así como de nuestros gustos.

Conforme pasaban los días, la darme cuenta que no lo veía tan seguido como las veces anteriores comenzaba a preocuparme.
Por un momento creí que nuevamente había regresado al santuario pero dudo que se haya marchado sin despedirse.

Miré a través de mi ventana que el clima no era favorable, las nubes grises anunciaban la llegada de una fuerte lluvia.
Rápidamente tomé mi abrigo y salí de mi cabaña para dirigirme rumbo a la entrada del volcán.
Tenía una ligera esperanza de encontrarlo en ese lugar.

Pasión Dorada (The Lost Canvas Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora