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Draco observaba divertido a su alfa, que se encontraba sobre la alfombra de la sala en su forma felina, soltaba suaves ronroneos, lo que sin duda encantaba al omega.

El rubio se acercó a su alfa con cuidado de no despertarlo, se sentó a su lado y con cuidado colocó su mano en la cabeza de su alfa para dar suaves caricias.

El alfa suspiró encantado y se acercó más a la mano sin abrir los ojos, el aroma de su omega combinado con el aroma a leche materna le encantaba, aquello era prueba de que tanto su cachorro como su omega se hallaban en buen estado.

La mano en su cabeza se retiró, lo que causó que el alfa abriera sus ojos para ver a su omega.

El omega por su parte había cambiado a su forma felina para acurrucarse en su alfa.

El alfa sintió morirse de ternura al ver a su pequeño omega en su forma felina con su pancita redondita gracias a su embarazo, cuando el pequeño felino se acurrucó entre las patas delanteras de su alfa, este no dudó en acicalarlo con suavidad.

El omega más que encantado se dejaba hacer de lo más cómodo.

Pero de pronto el omega se colocó tenso y el alfa también se detuvo ante la reacción de su omega.

- ¿Pasa algo amor? - preguntó el alfa a través del lazo que compartían.

- Se movió... - respondió el omega aún con sorpresa.

- ¿Se movió? - preguntó confundido el alfa olfateando a su omega.

- El cachorro... se movió y... - nuevamente calló abruptamente y miró a su alfa.

El alfa acercó su hocico al vientre de su omega y sintió movimientos, una suave patadita golpeó su hocico sorprendiéndolo y emocionándolo al mismo tiempo.

Los ojos del alfa brillaron y levantó la cabeza para mirar a su omega quien también tenia los ojos brillosos, nuevamente el alfa acercó su hocico e hizo suaves movimientos a modo de caricia para volver a sentir aquellos movimientos que lo tenían tan eufórico.

Continuaron de aquella manera hasta que el cachorro dejó de moverse, entonces nuevamente el alfa comenzó a acicalar a su omega mucho más animado.

Tanto alfa como omega se habían quedado dormidos sobre la alfombra de la sala, pero aquella paz que sentían fue interrumpida por el sonido del timbre.

El alfa levantó la cabeza alerta a cualquier peligro para su familia, un bajo gruñido fue todo lo que soltó para después levantarse con cuidado de no despertar a su omega que continuaba durmiendo sobre la alfombra.

Volviendo a su forma humana caminó hasta su ropa y comenzó a vestirse a medida que caminaba hacia la puerta.

Al acercarse sintió un aroma bastante conocido, extrañado abrió la puerta viendo a la pelinegra del otro lado.

- Cho, ¿Qué haces aquí?

- Harry... - susurró con lágrimas la pelinegra.

- ¿Qué pasa? - preguntó el alfa viendo a la omega delante suyo.

- No me permitieron firmar el divorcio...- anunció la omega, bajando la cabeza al ver el ceño fruncido del alfa.

- ¿De que estas hablando?

- Si me dejaras entrar, te lo podría explicar - susurró la omega, el alfa gruñó pero se hizo a un lado, permitiendo que la omega ingrese en su hogar.

Harry caminó hacia la sala con la omega siguiendo sus pasos, con la mirada le ordenó sentarse, orden que fue acatada al instante, el pelinegro tomó con delicadeza en sus brazos al gatito que estaba despertando.

𝕄𝕪 ℕ𝕦𝕞𝕓𝕖𝕣 𝕆𝕟𝕖♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora