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El sonido constante del timbre retumbaba por todo el departamento, ocasionando que un malhumorado pelirrojo que bajaba medio dormido gritara irritado.

- ¡Ya va! carajo, son las seis de la mañana - nuevamente el timbre sonó - ¡Seas quien seas juro que te mataré! - gritó para enseguida abrir la puerta llevándose la sorpresa al ver a su inesperada visita.

- ¿Te desperté bello durmiente? - se burló la pelirroja ingresando al departamento de su hermano.

- Ginny... ¿Qué haces aquí? ¿Cuándo llegaste? - preguntó cerrando la puerta.

- Llegué ayer, fui a la casa de nuestros padres pero me dijeron que te habías mudado con Blaise y me dieron esta dirección - dijo la pelirroja viendo el lugar - es un bonito departamento, ¿Dónde esta Blaise?

- Aún no ha llegado, esta semana le tocaba el turno nocturno.

- Bueno, me hubiera gustado verle, pero supongo que será en otra, ¡vengo con buenas noticias! - gritó eufórica la pelirroja con una sonrisa brillante.

- ¿Qué noticias?

- No me lo vas a creer porque, bueno, ni yo me la creí cuando la encontré pero... - una risita emocionada escapó de los labios de la pelirroja.

- Venga Ginny, ¿Qué son esas noticias buenas?

- Encontré a mi alfa Ron - dijo emocionada mirando a su hermano que se hallaba gratamente sorprendido - y no solo eso... viene de una manada lejana llena de lobos.

Aquello sorprendió al pelirrojo que se atoró con su propia saliva, Ginny corrió a socorrer a su hermano, dándole ligeras palmadas en la espalda.

- Vamos Ron, comparte mi alegría, no te me mueras todavía. - poco a poco el beta fue calmando su tos.

- Lobos... - susurró el beta - se supone que solo eran una leyenda...

- Las leyendas existen porque en sus relatos y en sus tiempos siempre hubo verdad.

- Tardaste como medio año, wow, nunca dude de ti.

- Mentiroso, no esperabas que encontrara una manada.

- Si lo esperaba, pero no tan pronto.

- Da igual, debo ir donde Harry, debo decirle las buenas noticias y de paso ver a su cachorro, debe estar enorme - sonrió la omega.

- Bueno, están prontos a nacer, pero no sé si Cho te permita verla... - susurró el pelirrojo - Harry dice que esta insoportable cada día más que el anterior.

- Jaja ¿Quién? - río la omega sin entender. - yo no quiero ir a ver a Cho, quiero ver a Draco, su cachorro debe tener por lo menos tres meses o menos.

Ron negó con una mirada de triste y abatida.

- No pude decirte porque no tenía la fuerza ni tampoco pude contactarte en aquel entonces, pero... Draco perdió a su bebé poco antes de dar a luz, según el informe, Draco había ingerido veneno - un suspiro y un jadeo por parte de la omega fue todo lo que se escuchó por unos segundos.

- ¿Cómo?

- Según lo que me contó Harry, lo que pasó fue que el día anterior tuvieron a Cho de visita en la casa, según dijo Harry, había llevado un postre en señal de paz y amistad para Draco y lo felicitó por el cachorro.

- Lo envenenó... - susurró dolida la omega - dime que la encerraron.

- Que chiste Ginny, como si el consejo quisiera a los omegas machos, por supuesto que titularon el incidente como un accidente, culparon a Draco de rechazar a su hijo y de inculpar a una inocente y embarazada omega.

𝕄𝕪 ℕ𝕦𝕞𝕓𝕖𝕣 𝕆𝕟𝕖♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora