La puerta del departamento se abrió y un cansado hombre de ojos almendrados ingresó al interior de su morada jalando el par de maletas que llevaba consigo. Lo único que quería era tomar un baño caliente, colocarse su pijama, contarle cómo estuvo su viaje de negocios a su prometido y que este lo estrechara entre sus brazos, para después darle uno de esos besos profundos que le demostraban todo el amor que éste sentía y que tanto ansiaba, pero que por supuesto no admitiría.
—A-Huan, ¿Estás en casa? —habló un tanto fuerte, mientras dejaba sus maletas en la sala y se quitaba la bufanda de su cuello.
Aquella pregunta básicamente la hizo por costumbre, ya que al llegar vio el auto de su prometido estacionado donde siempre, lo que le alegraba porque de esa manera su sorpresa saldría bien.
Había hecho todo lo posible por terminar antes sus negocios y regresar pronto de su viaje, por lo que esperaba darle aquella sorpresa a su amado.
Al no recibir respuesta y escuchar que algo se cayó desde la habitación que compartía con su prometido, decidió dirigirse hacia allí y abrirla sin llamar. La sonrisa que había mantenido en sus labios, lentamente se borró al ver la escena frente a sus ojos.
—¡A-Cheng! —exclamó uno de los hombres semidesnudos en aquella habitación, sus ojos mostraban la sorpresa y el terror que en ese mismo momento invadía todo su cuerpo y mente—. ¡No es lo que piensas! —se apresuró a agregar con la desesperación filtrándose en su voz, mientras que luchaba con abrocharse su pantalón.
El hombre de mirada almendrada salió de la impresión que le ocasionó ver aquella escena de su prometido sin ropa, con un omega que trataba de ocultar su rostro y cubrir su desnudes con la sábana de la cama, SU CAMA.
—¿¡Qué mierda!? ¿¡Qué no es lo que pienso!? ¿¡Entonces qué mierda es esto!? ¿¡Un accidente!? —gritó con todo el enfado y el dolor del mundo, acercándose a grandes zancadas hacia el omega que parecía querer salir huyendo de ahí—. ¿¡Quién jodida mierda es este bastar...!? —aquel insultó no fue concluido debido a que Jiang Cheng tiró de la sábana y el rostro del individuo quedó al descubierto—. J-Jin GuangYao... —su corazón dolió al descubrir aquello, al mismo tiempo en que el enfado y la indignación aumentó. Miró de uno en uno a aquellos hombres, no podía creerlo, su prometido le estaba siendo infiel nada más y nada menos que con el prometido de su propio mejor amigo.
—A-Cheng, puedo explicarlo —Lan XiChen dió unos pasos temblorosos hacia el hombre de ojos almendrados, pero se detuvo al ver la mirada sería en el rostro de su compañero de vida.
—Ustedes dos, váyanse a la mierda —escupió con resentimiento y con un tono de voz que logró helar la sangre del par de infieles.
El de mirada almendrada se dió la media vuelta y salió a paso apresurado de la habitación, pasando por la sala y agarrando el par de maletas que había traído consigo.
—¡Jiang Cheng! ¡A-Cheng! —Lan XiChen salió corriendo detrás de él, sin importarle salir del departamento con el torso desnudo y con el pantalón mal abrochado, la desesperación lo abrumaba, ¿Qué demonios había hecho?—. ¡A-Cheng, por favor! —el mencionado se detuvo justo en el momento en que un taxi hizo caso a su señal.
El de ojos almendrados abrió la puerta del taxi y metió sus maletas primero, pero justo cuando estaba por meterse, la mano de Lan XiChen se cerró sobre su muñeca con fuerza, impidiéndole ingresar en el transporte.
—Amor, por favor, vamos a hablar, necesitamos hablar, por favor, por favor —rogó el de ojos oscuros, mientras unas pequeñas lágrimas bajaban por sus mejillas—. Jiang Cheng, por favor, yo te amo, lo que viste en el departamento fue un error —el ceño de Jiang Cheng se frunció.
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*EN HIATUS* De la infidelidad al amor solo hay un paso... ¿O cómo era?
FanfictionCansado de un viaje de negocios, Jiang Cheng llega a su departamento dispuesto a darle una sorpresa a su prometido Lan XiChen, sin embargo, la sopresa se la llevó él en cuanto entró a su habitación y vio como su amado estaba en la cama con otro homb...