El olor a chocolate caliente empezaba a ser el aromatizante de aquí para acá, las luces coloridas iluminaban el lugubre castillo dando un aspecto más cálido, las decoraciones navideñas estaban de aquí para acá y los muerdagos como trampas se encontraban en cada rincón, para algunos era buena oportunidad, para otros como Ivlis era una tortura pues la veces que era llevado a fuerza a ese lugar terminaba siendo besuqueado y no de manera agradable por el diablo de aquel castillo.
Pero vamos, está historia no es sobre Ivlis y su pobre fortuna ante Satanick, no es una historia de acoso o de un Licorice defendiendo a capa y espada a su dulce madre de las garras de aquel degenerado al que debía llamar padre, no. Esta historia es de un pasado quizá lejano, quizá no tanto.
Y está comienza así.
Era una mañana en la tierra de las raíces, donde demonios trabajan de aquí para acá desde horas tempranas, sobre todo el primer subordinado de Satanick; Envi.
El ya mencionado se encontraba preparando el desayuno de hoy para su señor, normalmente el demonio cabra buscaba de dar un alimento nutritivo para su diablo pero contando las fechas había decidido ir por un aperitivo más dulce que consistía en unos deliciosos rollos de canela con algo de glaseado, un chocolate caliente hecho con dedicación y algunos malvaviscos sobre este, la peculiaridad de los malvaviscos era su adorable figura de conejito, algo perfecto si nos referimos al diablo de mirada púrpura.
La bandeja fue preparada y Envi silencioso y elegante salió rumbo a la habitación del diablo. En su camino podía observar las decoraciones en las que tanto se esmero, pudo ver a Crea jugar con Licorice (Este último y el diablo del Flame World se veían obligados a estar en la tierra de las raíces con la excusa de que las fechas decembrinas lo ameritaban.) Obviamente aquel pequeño fue ignorado, no había necesidad de molestarlo porque en primera el desayuno de Satanick era prioridad y último; el niño no había molestado a su señor desde que llegó lo cual calificaba como buen comportamiento por parte del infante, aunque igual ello se debía a qué Satanick no hacía la gran cosa al molestar a Ivlis.
Envi prosiguió su camino viendo a Yagi y los demás desempeñar sus funciones del día, nuevamente paso de largo y al final subió unas escaleras hasta llegar a un inmenso pasillo donde a la cuarta puerta se encontraba su destino.
Tocó por mera formalidad pero enseguida ingreso ya que él tenía ese privilegio. Cerró la puerta ágil con un pie y entonces ahí estaba su señor, despertando y bostezando, un adorable conejo de peluche se encontraba a un lado de este y así Envi formalmente saludo al diablo para hacerle entrega de sus alimentos.
Satanick agradeció y ante los pequeños conejos de malvavisco soltó una pequeña risilla para tomar uno entre manos y enternecerse con su esponjosa figura blanquecina manchada de chocolate.
Por su parte Envi saco los ropajes del diablo dejándolos en la orilla de la cama perfectamente extendidos y seguido abrir las cortinas de la pieza dejando ver el cielo nublado que llevaba así desde inicios de diciembre.
Muchos pensarían que el invierno era el causante de tal clima pero nadie mejor que Envi sabía que ello no era así, desde que las nubes oscuras cubrieron el cielo decidió reservarse cualquier pregunta porque la razón de ello no era tan desconocida para él.
Observo al diablo el cual degustaba su segundo rollo de canela y mencionando un: "Estaré ocupandome de la cocina, si requiere algo hábleme."
Salió de la pieza dejando un eco desagradable al cerrar la puerta.
Normalmente Envi se hubiera quedado hasta que el ojivioleta acabara de desayunar y así lo ayudaría a vestir, pero está vez no fue así, los últimos días no fueron así y es que era mejor dejar a Satanick cuando estaba en un duelo emocional.
La lluvia siempre azota cuando Satanick tiene un mal ánimo y los cielos se nublan en ocasiones por lo mismo.
El solitario diablo observo la taza de chocolate. Humeante, dulce. Un conejito se hundía en el líquido y se deshacía ante la alta temperatura.
El aroma era tan agradable que inundaba la habitación y deleitaba su sentido del olfato. Era un aroma agradable y nostálgico.
Y así nuevamente Satanick se sumia en la soledad de la habitación y los recuerdos le hacían compañía.
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𝑲𝒂𝒍𝒕𝒆𝒓 𝑾𝒊𝒏𝒕𝒆𝒓 [ 𝑺𝒂𝒕𝒂𝒏𝒊𝒄𝒌 𝒙 𝑽𝒊𝒄𝒕𝒐𝒓 ]
Fanfiction-One-Shot -Satanick x Victor -Resubido de mi anterior cuenta: @funamusea_obsessed -Si no te gusta la pareja evitar leer -Cualquier crítica es bien recibida para poder mejorar ¡Disfruta la lectura!