Siete minutos en el cielo

1.7K 206 14
                                    

Siete minutos en el cielo.

Estaba extrañamente nervioso y no sabía el porqué.

Había besado a muchas chicas, incluso había tenido una pequeña relación con alguna de estas pero Edd no era una chica.

Incluso sabía que no había conocido a nadie como él en su vida.

El chico había aceptado tímidamente entrar al pequeño cuarto que habían habilitado para el juego pero ahora se negaba a mirarlo y sólo miraba el suelo. Sabía que no había querido jugar y que sus amigos lo habían obligado pero no entendía porque no se había negado.

¿ Acaso quería probar cómo era besar a un chico?

No podía juzgarlo, él mismo había pasado por esas dudas aunque jamás lo imaginó del moreno. Aunque la verdad jamás lo había imaginado con nadie... al fin y al cabo era Doble tonto.

—Lo siento —Murmuró casi con un hilo de voz el menor antes de tapar nervioso sus ojos— Debe ser vergonzoso para ti

Kevin pensó en esas palabras.

Cuando giro la botella se sorprendió al ver que esta había señalado al chico con gorra pero no podía decir que estaba molesto, incluso se rió nervioso, pensó que debería volver a girar pero este aceptó.

Incluso si lo miraba detenidamente podía decir que era adorable su comportamiento.

Lentamente se acercó al menor, lo acercó cogiendo sus caderas y posó sus labios cerca de su oreja izquierda.

—Si no quieres no hay que hacerlo —Susurró por si alguien se encontraba escuchando

—P-Pero... —El chico se tensó e incluso pareció intentar alejarse de su boca pero su espalda daba contra la pared, su respiración se volvió agitada— S-Soy un chico

Kevin sonrió, estaba a punto de mencionar que estaba claro puesto que su miembro estaba contra su pierna pero no quería avergonzarlo más.

—Serías el primero —Kevin se alejó y le sonrió para relajarlo.

El chico estaba completamente sonrojado hasta sus orejas, la gorra caía de lado mientras parte de su cabello escapaba de esta. Sus manos se apretaban a su chaqueta mientras sus ojos parecían buscar cualquier señal qué le dijera que todo estaba mal y que lo mejor era huir o al menos eso sentía Kevin.

Nunca entendió porque un chico como él se juntaba con gente como Ed y Eddy, era bastante listo y un poco lindo ¿Por qué no buscar mejores amigos?

Bajó la mirada a sus labios, tenía unos labios finos y bien delineados.

¿Cómo sería besarlos?

—Tengo una idea —Murmuró haciendo que el menor volviera a saltar nervioso, algo que comenzaba a generarle gracia— Yo me acercaré, si te da miedo solo volteas tu cara. Prometo no enojarme

—¿En serio? —Preguntó con timidez el menor antes de apretar aún más su chaqueta

—Lo prometo —Kevin se alejó un poco y guiñó un ojo — Además incluso de besarnos o no, es la primera vez que pienso tanto en si debo o no besar a alguien lo cual igual te dejará como el primero

Colocando sus manos suavemente contra la muralla a los lados del rostro de Edd comenzó a acercarse, era un movimiento lento que en cualquier otro momento hubiera sido aburrido pero ver la gama de emociones en el rostro del moreno lo hacía disfrutar de cada tortuoso segundo.

Pudo incluso sentir su aliento mentolado cuando la distancia era mínima, estaba claro que era muy cuidadoso de su higiene incluso mientras estaba en una fiesta.

Un par de segundos después lo estaba besando.

Edd no se había alejado y lentamente comenzaba a mover los labios junto a los suyos generando que una descarga eléctrica viajará por la columna del deportista mientras un nudo se formaba en su estómago. Quitando una de sus manos del muro la puso tras la nuca del moreno mientras la otra la posicionó sujetando su cintura y acercando aún más su cuerpo, fue un acto gentil muy lejano al desenfreno que deseaba.

Las manos de Edd soltaron su chaqueta y rodearon tímidamente sus hombros, siendo acto suficiente para que sintiera como perdía el auto control. Se alejó de los labios de Edd pero sin soltarlo apoyó su frente contra la del chico de gorra.

—Edd —Murmuró suavemente— No quisiera asustarte pero quisiera intentar algo más

—¿Más? —Edd parecía estar aturdido mientras su pecho subía y bajaba agitado

—Solo si quieres —Indicó aun intentando conseguir suficiente aire para sus pulmones— Si aceptas, necesito que abras un poco tu boca

Su corazón golpeaba con fuerza. ¡No era su primer maldito beso con lengua! Nunca había avisado, solo las cosas pasaban pero con Edd todo parecía... diferente.

El chico lo miró sorprendido y ocupando una de sus manos bajo la gorra hasta sus ojos para cubrirlos. Kevin se iba a disculpar pero el moreno abrió levemente su boca mostrando la punta de su lengua. Kevin sonrió antes de acercarse y besarlo nuevamente, esta vez su beso fue más profundo y dejó que su lengua invadiera la boca de Edd, jugando con la de este mismo.

Cerró sus ojos y se dejó llevar, Edd se aferraba a su cuerpo buscando más contacto, demostrando la misma necesidad que él mismo comenzaba a sentir. Sin querer dejar la boca de su compañero bajó sus manos a las piernas de este y lo alzó haciendo que lo rodeara con sus piernas acercándose aún más, mientras sus ingles comenzaban a frotar entre ellas de manera descarada.

De pronto alguien tocó la puerta informando que estaba por terminar el tiempo.

Edd le miró, aún aturdido pero con un deje de temor y lentamente lo bajo de sus brazos.

—Tranquilo —Susurró antes de acomodar la gorra del moreno y depositar un pequeño beso en la mejilla del menor— Será nuestro secreto

—¿Si? —Edd pareció emocionado

—Claro —Le guiñó un ojo— Además no creo que sea bueno que todos sepan lo bien que besas

Edd pareció querer decir algo pero la puerta se abrió dejando ver qué todos miraban curiosos y algunos hasta decepcionados al verlos solo hablando.

—¿Lo hicieron? —Preguntó Nazz— Saben las reglas

—Lo dejó a tu imaginación —Respondió Kevin saliendo de la habitación con una sonrisa burlona en sus labios

—¿Le hicieron cabeza de calcetín? —Preguntó Eddy tomando el brazo del moreno y llevándolo a un lado de la sala

— Pues —Edd se acomodó el gorro antes de soltar el brazo de su amigo— No estoy seguro que esperas saber, yo no quería jugar y pues una de las reglas es no decir que pasa dentro del armario después de los 7 minutos

Kevin sonrió apoyado contra la pared de la habitación de al lado, definitivamente Edd era un chico listo.

**

No pudo evitarlo.

Pero había pasado toda la semana con la imagen del moreno invadiendo sus pensamientos y buscándole con la mirada, eran emociones que le confundían, no le desagradaban, teniendo la necesidad de saber hasta dónde llegaban.

Aunque quisiera no lo pudo evitar pero dejó atrás el miedo y le dedicó una sonrisa coqueta a Edd cuando le abrió la puerta a su habitación.

—Tus padres ya se fueron —Mencionó antes de levantar una pequeña botella de jugo vacía en su mano— Y fue mi turno y saliste seleccionado

Edd lo miró curioso antes que sus mejillas se encendieran con vergüenza, pareció dudar un momento pero después bajó su mirada nervioso.

—¿Siete minutos? —Preguntó finalmente

—Ya veremos —Sonrió antes de eliminar la distancia entre ambos cerrando la puerta tras de ellos.

No sabía qué pasaba pero iba a averiguarlo siete minutos a la vez. 

7 minutos en el cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora