Capítulo 3. Una blanca navidad
Era una vieja pero hermosa mansión en las afueras de San Petersburgo. Las heladas eran algo del día a día. Era peor en noche buena
Aquel hombre de cabellos morados había llegado y con ello, su pesadilla — Dos-kun
— Nikolai, ¿me tienes el te?
— Por supuesto
La leña quemaba en la chimenea, Fyodor y Gogol estaban sentados alrededor de esta. Fyodor seguía maravillado con las flores en los estantes y decoraciones, era algo que le alegraba el día.
Llevaban años juntos, alegrías, traición. Todo conocían, todo apreciaban; la sola idea de conocer incluso el sonido de la suela de su zapato al caminar.
El agua de la bañera al salir de ella
El sonido de su abrigo cuando lo ponía
Y ese delicado pero recurrente arrastrar de su ficha de ajedrez.
Miró a Nikolai leyendo un libro viejo y color rojo carmín — La cena
— Solo hay que calentarlo, ¿Quieres cenar ya?
— Creo que si
Gogol se levantó — Iré a calentarlo.
Fyodor continuaba viendo su inventario, estaba planeando una nueva forma de vencer a su gran amigo y enemigo; Dazai. A quien vería al día siguiente para un encuentro final. O eso decían siempre que se veían.
En la cocina, Gogol se recargó débilmente en el lavamanos. Comenzó a toser con fuerza, sus brazos temblaban. Ya era noche buena.
Fyodor examinaba aquellas flores, ¿como lograban ser tan hermosas en tan frías temporadas? — Seguro es algo que ese payaso hizo — exclamó confiado. Aún así, su curiosidad era enorme.
Decidió investigarlas, se llevó parte del tiempo que Gogol uso para arreglar la mesa y calentar la comida, pero no las encontró.
Cenaban ellos dos únicamente — Nikolai
— Dime
— ¿Como logras tener esas flores tan preciosas?
Aquel chico sonrió — Es un eterno secreto Dos-kun, jamás podrías adivinarlo.
— ¿Que no sepa algo? ¿secretos? Me suena a un precioso reto
— Feliz navidad Dos-kun
Así que, Nikolai estaba decidido en ello, así que puso en la mesa el juego, y Fyodor tomó el reto como parte de el. Después de comer se sentó en la sala en medio de aquellas flores, lo averiguaría; fuese lo que fuese: lo que le tomara, no desistiría.
Nikolai suspiró mirándolo.
No podía evitarlo más, no quería negarlo más. Él debía descubrirlo así, era la única manera de lograrlo.
Tomó una fotografía; quería recordar aquel momento cuando su adoración buscaba intensamente el significado, el porqué. Realmente era algo sumamente sencillo, algo práctico pero seguramente nadie se imaginaba; no de esa manera.
Las flores venían de él, de su amor no correspondido, su dolor había causado aquel hermoso paraíso.
Paraíso que rodeaba a su gran amor.
La sincera verdad, es que estaba en sus últimos días; y si lo resolvía o no antes de partir, iba a ser cuestión de él.
Si lo lograba, no había vuelta atrás
Si no lo lograba, no había vuelta atrásDe una u otra forma, obtendría lo que siempre buscó
Libertad
En algún momento de la noche, Fyodor lo recordó, se levantó con confianza y fue al frente de Gogol, quien leía — Olvidaba darte tu regalo — mencionó sacando un rectángulo envuelto. Gogol sonrió y lo abrió.
Era un separador de libros color azul claro como el cielo, lleno de aves que simulaban volar — Feliz navidad a ti también — Nikolai sonrió y lo dejó en su libro. Era un gran regalo que llevaría en su corazón y sus últimas lecturas
Fyodor continuaba en lo suyo emocionado del misterio, Nikolai mi observaba bebiendo copa tras copa de vino, una que otra de vodka. Era una escena simple.
El alcohol en su cuerpo le dejó descansar tranquilo viendo por último a Fyodor, alegre por el reto que le había impuesto.
Cerró sus ojos un momento, aunque lo único que le hizo abrirlos de nuevo fueron las campanas anunciando la media noche. Era navidad
Nikolai abrió sus ojos, notando que algunas velas se habían apagado, había una nevada fuera que únicamente noto por la vela frente a la ventana.
El reloj seguía sonando, miró hacia el suelo donde estaba Fyodor pero no lo vio.
Se asomó por aquella ventana viéndolo discutir, era alguien con capucha, distinguió aquellas manos vendadas — De nuevo tú...
Sus ojos se expandieron, y sus oídos quedaron sordos. Un disparo directo había acabado entre ellos.
Estuvo petrificado unos segundos, y después fue tras sus cuerpos, cliché quizá, pero así lo quería Dazai, como una jugarreta por los recuerdos pasados.
Nikolai llegó corriendo y tomó el cuerpo de Fyodor — Dos-kun... — lo llamo con tristeza. Su tos se hizo presente llenando su cuerpo de pétalos y flores. Tapó su boca, y sonrió. — Justo a tiempo Dos-kun... — le sonreía mientras sus lágrimas se acumulaban — cumpliste tu sueño, y ahora yo puedo cumplir mi sueño... puedo abrazarte cálidamente, puedo sonreírte y decirte que con toda sinceridad y devoción. Fyodor Dostoyevsky te he amado desde el primer parpadeo de un canario, la lagrima de un hada, un cantar de sirena, desde el principio de los tiempos, mi nacimiento y mi encierro; mi todo has sido tu, hoy y siempre...
Nikolai se quedó a su lado, su tos siguió avanzando. La nieve y los pétalos estaban llenándolos. Era una blanca navidad; las flores que yacían encima de ellos eran cálidas. Y así de simple como pasó, así de siempre falleció. Teniendo la gracia de tomar su mano al final, se había liberado.
Pero el jamás quizo soltarlo...
...
Este capítulo fue pequeñamente basado en la teoría de mi querida amiga GS-OTAKU no podría crear algo mejor que lo que me comentaste; aún así espero que te guste.
¡Gracias por leer!
ESTÁS LEYENDO
Christmas & Año Nuevo 2021
FanficAño con año... les presento, el especial navideño del 2021 Las imágenes no me pertenecen Los personajes son del mundo creado de Bungou stray dogs por Kafka Asagiri