Prólogo

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Un leve olor hace picar mi nariz mientras camino por los pasillos detrás de mi hermana. Siempre detrás. A pesar de ser yo la mayor, Shadya se tomaba las atribuciones de ser mi melliza.

¿Qué es lo peor que puede suceder cuando se tiene una melliza?

Que esta sea una completa perra. Sí, esa es mi mayor vergüenza y para el completo asombro de todo el que nos conoce somos más que opuestos.

A veces le agradezco a Dios no ser gemelas, me imagino que si eso fuese así más de una vez algunos chicos se hubiesen propasado conmigo e incluso hubiese recibido muchos golpes por parte de novias cabreadas.

Pero mientras caminábamos hacia la que sería la primera clase que tomásemos en nuestra nueva escuela, mi corazón se aceleraba a un ritmo casi frenético. Mi cuón se hallaba alterado en mi interior.

Paso a paso la directora nos llevó hasta la puerta. Era mujer amable y con carisma, definitivamente Melinda West era una parte fundamental en la manada.

Cuando la puerta es abierta y el aroma llega a mí con más fuerza entiendo lo que está sucediendo.

Shadya se acomoda el cabello negro con una mano lanzando un mechón cerca de mi boca trayéndome una preocupación que hasta ese día no le había dado importancia.

Algunos gemelos o mellizos tienen la capacidad de compartir a un compañero.

Señor no, no me hagas eso. Comencé a rogar en mi mente, mis piernas comenzaron a temblar al imaginar la situación.

Shadya entro en el salón detrás de la directora.

Por favor. Suplique una última vez antes de dar un paso adelante. Un paso que cambiaría mi vida radicalmente.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez... Comencé a contar con los ojos en el piso.

Me mantuve de pie cerca de la directora mientras Shadya se presentaba.

-Hola chicos, mi nombre es Shadya Gabbard y ella es mi melliza Hadya. Venimos de una ciudad del Sur. Para quienes no lo noten por si mismos Hadya y yo somos muy diferentes.- rodé los ojos. Genial, mi compañero iba escuchar que tan aburrida era de boca de mi propia hermana. Que gran primera impresión. -Yo soy la divertida, ella es la aburrida. - La matare apenas coloquemos un pie fuera de esta habitación. - Solo espero que tengan paciencia con ella, es muy silenciosa. Ya saben es un poco lenta.-insinuó.

Se oyó una silla siendo movida al fondo del salón.

Creo que me dará un infarto.

El pequeño chillido que soltó Shadya hizo que me dieran ganas de salir corriendo.

¿Era también su compañero o no?

Por favor, Dios no me hagas esto. Lo quiero solo para mí.

Sentí como todo mi cuerpo comenzaba a temblar.

Armándome de valor levante la vista.

Frente a mí se hallaba el chico más hermoso que hubiese visto en mi vida. Y lo mejor de todo era que su mirada de un azul en su mayoría gris estaba en mí. No en Shadya, en mí.

El miedo disminuyo mientras se acercaba, era más de lo que alguna vez me había permitido soñar.

Por un momento solo fue su mirada atravesándome de una forma tan intensa que quise correr pero por primera vez en mi vida, no deseaba correr hacia la salida sino hacia los brazos de mi compañero.

-Soy Nick Layfield.- extendió su mano.

-Soy Hadya Gabbard.- Levante mi mano sintiendo el contacto de su piel contra la mía. Era simplemente caliente.

La mano estaba caliente. Sí claro, Hadya sigue pensando que solo es su mano.

Me dio una gran sonrisa mientras apretaba mi mano.

-Y yo soy Shadya Gabbard.- Una sonrisa pinto los labios excesivamente rojos de mi hermana mientras tendía su mano hacia Nick.

-Y yo soy tu cuñado.- Una risita se escapó de mis labios cuando mi compañero le respondió petulante a mi hermana dejándola con la mano tendida.

La nariz de mi hermana comenzó a moverse frenéticamente mientras olisqueaba el aire.

-Me alegra mucho que hallas encontrado a tu compañera Nick pero lo mejor será que se sienten después de todo John tiene una clase que dar.- señalo a un hombre que se hallaba apoyado en la pizarra.

Mi compañero tomo mi mano en la suya para después llevarme hasta los asientos del fondo. Dos sillas se hallaban desocupadas, le oí murmurar un gracias a Nick pero no supe a quien fue dirigido. Un momento después se hallaba en su puesto y yo en el mio.

Sentí como mi animal se regocijaba cuando la mano de Nick envolvió mi mano nuevamente.


Hadya #2.5 (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora