A medida que el Sol saldrá.

Capítulo 4: La vida en el palacio

Resumen:

La primavera se convierte en verano y luego en otoño mientras Wei Wuxian se siente cómodo en su nueva vida en el palacio.

Despertar a la mañana siguiente fue diferente a cualquier otra. Wei Wuxian se sentía un poco más agotado que en las últimas mañanas, pero ni siquiera él podía olvidar lo que había escuchado la noche anterior; seguramente sería imposible que alguien olvidara las primeras palabras que había escuchado de otra voz en más de un mes.

Inmediatamente, luchó contra los restos de cansancio, impulsándose y poniendo la mano contra la puerta en lo que se había convertido en una invitación estándar para la comunicación.

"¡Eh!", dijo rápidamente, sabiendo que el Príncipe podía oírle incluso antes de que se agarrara a él; era algo que Wei Wuxian había preguntado hacía semanas, si el contacto era necesario para la comunicación en cualquier dirección o sólo para que el Príncipe le hablara, y había descubierto que el Príncipe podía oírle perfectamente sin tocarle. "¿Qué fue eso de anoche? ¿Eras tú?"

Vio la pequeña enredadera que envolvía su pulgar y sintió el mismo pequeño empujón de afirmación al que se había acostumbrado cuando el Príncipe le decía que sí.

"¿Puedes hablar?" preguntó Wei Wuxian, sintiendo que una leve sonrisa se extendía por sus labios -recibió otro sí no verbal- antes de continuar: "¿Por qué no hablaste antes?".

Hubo un ligero retraso, antes de que oyera la misma voz que había escuchado la noche anterior: "No es lo suficientemente fuerte".

Casi de inmediato, Wei Wuxian sintió un escalofrío que le recorría la espalda, sintió que se le cortaba la respiración. Tal vez fuera sólo porque había estado tan privado de contacto humano últimamente, pero la voz del Príncipe era... impresionante, tranquila y casi dulce en la forma en que resonaba dentro de su cabeza -que, era justo señalar, la voz estaba todavía en su cabeza, y no hablaba en voz alta de una manera que Wei Wuxian hubiera captado a través de sus oídos.

Pero... seguía hablando, seguía siendo la primera voz aparte de la suya que Wei Wuxian había escuchado en más de un mes, y era un sonido mucho más dulce de lo que Wei Wuxian había esperado que fuera, y... casi le resultaba familiar de una manera que Wei Wuxian no tenía absolutamente ninguna explicación.

Tardó un momento más en procesar lo que el Príncipe había dicho, que no había hablado porque no había tenido fuerzas para hacerlo. A Wei Wuxian le volvió a llamar la atención la rareza, la extrañeza de que alguien o algo fuera tan viejo como el Príncipe y, sin embargo, fuera tan débil. No entendía muy bien cómo era posible, pero...

Si hablar requería que el Príncipe ejerciera su energía, y esa energía no era abundante, probablemente significaba que había un límite para el tiempo que podían hablar, y Wei Wuxian no estaba seguro de estar preparado para pedirle al Príncipe que explicara algo que... podría considerarse un poco ofensivo.