Apariencias

Capítulo 3

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No pretendo darle atención a dicha melodía, pero me es imposible no hacerlo, ya que no me deja centrarme en lo que el profesor dice.

Arranco una hoja de mi cuaderno y comienzo a hacerle una nota.

En la cual le pido que le baje a su música, ya que el ruido no me deja centrarme.

Hago la hoja en bolita, y la lanzo al lugar de el.

Afortunadamente nadie se percata de lo que hago, todos anotan lo que el profesor explica en la pizarra.

Y para mí suerte, la bolita cae justo en sus pies.

El mira la bolita de papel, sin embargo, lo único que hace es agacharse, recogerla, lanzarla al bote de basura y continuar con la mirada al frente, sin si quiera mirarme.

Eh llegado a la conclusión de que el puede terminar con mi paciencia en menos de un segundo. Y eso que apenas y lo conozco.

Doy una respiración profunda, ya saben, para contenerme y no clavarle el lapicero en el ojo.

Hago todo lo posible por poner mi atención en el profesor, y lo logro, muy poco, pero si que lo logro.

Al poco rato, termina nuestra primer clase.

Suspiro aliviada, finalmente dejare de escuchar la estúpida música de el baboso este.

Termino de guardar mis cosas en mi mochila y camino a la puerta de el salón, pero algo me detiene..... mejor dicho, alguien, con un empujón de caderas.

Dicho acto me descoloca por completo, al girarme me encuentro con una chica, alta, me pasa por algunos centímetros, de pelo rizado, en un color castaño claro, y que da un brillo dorado, es un poco llenita, de piel trigueña, ojos grises bastante llamativos, pestañas largas, que ahora van risadas, una nariz bien perfilada, y unos labios gruesos envidiables.

Viste el uniforme, como todos nosotros aquí.

La chica al instante me mira apenada.

—Disculpame, no fue mi intención. — dice rápidamente.

—No te preocupes, no hay problema —contesto con una sonrisa amable

Ella me contesta la sonrisa, en un; gracias.

Extiende su mano, ahora con una sonrisa más grande.

—Mucho gusto, soy Darla —se presenta

Tomo su mano, con la misma sonrisa.

—Mucho gusto, Darla, yo soy Eira.

Ella entrecierra los ojos, sin soltar mi mano.

—Eira, es un bonito nombre, para nada común, y un poco extraño. Pero igual... —se encoge ligeramente de hombros— me encanta.

Yo le sonrió sin mostrar los dientes.

Darla, pasa una mano por mis hombros, insitandome a caminar.

—Bien, tú eres nueva ¿no?... no te preocupes, yo me encargaré de mostrarte todo —continua sin esperar una respuesta mia—¿vamos a la cafeteria? —propone rápidamente.

Esta chica tiene un carisma singular, es de esas personas que rápidamente te sacan una sonrisa.

—Aaah, si —contesto.

Darla va a decir algo, pero es interrumpida por un chico alto, de cabello castaño oscuro que se ve ligeramente revuelto, delgado, pero no flacido, de mandíbula marcada, con la piel ligeramente bronceada, ojos grises, nariz respingona, labios delgados con una ligera tonalidad rosa.