Catorce

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¡Qué emoción! ¡Estaré en la entrada de la casa de las chicas! Jamás pensé que llegaría a vivir en este increíble barrio —en realidad vivo a dos cuadras— bueno, ¡estoy tan emocionada!

—¡Mindy! ¡Sal del baño por el amor de Dios!

—¡Ya voy Josh!

—¡Para de fantasear con esas tontas chicas!

—¡No son tontas! —sale del baño—. Son mis ídolas.

—Ay hermanita —agarra sus hombros—. Jamás las conocerás, no saben quién eres. Eres alguien INVISIBLE para ellas.

—Eso no es verdad... —se le aguan los ojos—. ¡Ellas si saben de mí!

—Algún día conocerás algo que se llama REALIDAD. Y te darás cuenta de que ellas jamás te conocerán ni tu a ellas —le soba la cabeza.

Mi hermano me empuja a un lado y entra al baño... Siempre me trata así, es malo conmigo; muy malo. Camino hacia mi habitación y saco las llaves de mi bolsillo para abrir la puerta —siempre la cierro con llave, aunque esté en casa— abro la puerta, y entro rápido. No he dejado que nadie entre a mi habitación. Nadie.

Recuerdo cuando nos mudamos, unos señores vinieron a pintar la casa, pintaron todas las habitaciones; a excepción del mío. Yo lo pinté, le hice todo lo que quería. Nadie más.
Me siento en mi escritorio, y prendo mi computadora. Quiero hacerles un nuevo origami con la carta. Abro internet y entro a Youtube, necesito otro tutorial.
"Cómo hacer un origami de una rana" ¡perfecto! ¡Esté será mejor que el anterior!

(...)

Uff, carta terminada, rana terminada. Ahora, a caminar... O mejor voy en bicicleta.... No sé... Bueno, son dos cuadras, mejor en bicicleta.

(...)

Estoy tan emocionada, ya llegué a la casa de las chicas. Se escuchan las risas desde aquí.
Escondo mi bicicleta en los arbustos y me acerco a la entrada. Subo los pequeños escalones para poner la pequeña ranita azul, hasta que comienzan a abrir la puerta. Termino tirando la rana hacía la puerta, salto el barandal de las escaleras y me tiro en los arbustos.

—¡Auch! -se queja susurrando.

—¿Hola? -se escucha una voz varonil—. ¿Hay alguien ahí?

Me pongo tensa y reconozco la voz, es el novio de Christina; Nick. Dios, no puede descubrirme...

—¿Qué es esto? —recoge la rana de papel—. Que lindo detalle de la chica. Se lo daré a Chris. —cierra la puerta.

Uff, eso estuvo cerca. Muy cerca.


Originalmente publicado en: julio 19, 2015

Editado en: julio 11, 2020

Como posiblemente habrán notado, no cambié el tipo de narrador. Intento mantener la esencia que tiene el fic de cuando lo publiqué originalmente.

Queridas, Hermanas CimorelliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora