La profunda noche que había caído narraba la llegada de nuestros héroes a Hogwarts, su primer acercamiento a su futuro hogar los siguientes años. Rachel acercó su mano a Ariadna para sujetarla, notando que su amiga estaba notablemente nerviosa al prepararse para arribar a su destino. Era natural que lo estuviera, todos los niños que estaban en los botes llegando al castillo tenían nervios, los hijos de muggles más que los otros. Pero nuestro trío tenía ya familiares estudiando o que habían estudiado en el colegio, así que existía una notoria ocurrencia de preguntar, ¿seguirían el mismo camino?
El tiempo sin embargo, no alcanzó para ahogarse en las memorias, debían concentrarse en el ahora. La ceremonia de bienvenida. Dentro de la multitud, Racnar parecía especialmente atento en encontrar a alguien, que en realidad, era la misma duda que todos tenían. ¿En verdad estaría Harry Potter con ellos? Claro que cada uno de ellos tenía sus razones propias para cuestionar la veracidad de la existencia del niño que vivió, pero los susurros y revuelo era un facto dominante.
-Miren al frente, ahí está. -Señaló Racnar con su mano, en el frente un chico rubio, un chico de lentes y un pelirrojo hablaban-.
-Deberías tener cuidado con quien te juntas, Potter, no querrás ser visto con cualquier persona. Yo puedo guiarte con eso. -Dijo Draco Malfoy, extendiendo su mano, y la oferta de formar parte de aquel grupo de élite-.
-Un Malfoy hablando de buenas personas, ¿no te parece irónico? -Racnar se interpuso en su discusión, avanzando entre la multitud-. Deberías buscar mejores cosas que hacer, en lugar de aparentar ser mejor que el resto.
-A mi un traidor a la sangre como lo es un Black no vendrá a educarme. -Respondió Draco. El mencionado apellido llamó la atención de varios jóvenes en la sala, pero nadie se atrevió a dudar-. Deberías ir con tu padre y pudrirte. -Le dio una sonrisa burlona, ¿acaso esto confirmaría lo que todos pensaban?-.
Entre las voces de desconfianza, el paso firme de Potter se hizo presentó.
-Tengo claras quienes son las amistades que quiero tener, gracias. -Dijo Harry, poniendo su brazo frente a Racnar y Ron, como protegiéndolos. Esa corazonada, que lo llevó a tomar la desición, provenía del sentimiento de conocer a ambos de antes. Casi como de una vida pasada.
Ariadna y Rachel miraban desde atrás el pequeño pleito que se había sucitado. Se preguntaban, sí su vida en el colegio sería tranquila, o vivirían acaloradas discusiones como la antes vista. Sin dudar más, el grupo de nuevos estudiantes entró al Gran Comedor. Recibieron brevemente una explicación de la función del Sombrero Seleccionador, y la importancia de la identidad de las casas.
Abbot, Hannah fue la primera en sentarse en el banquito frente a todos. ¡Hufflepuff!, anunció el sombrero. Black, Racnar, fue seleccionado en Gryffindor, donde sintió estar en su hogar al primer momento. El profesor Snape compartió ojos de desprecio, Dumbledore se sonrió con McGonagall. Ese chico sería un tema de conversación entre el profesorado, eso era claro.
Siguieron los llamados. Ahora era el turno de Ariadna. Compartió una mirada con su amiga, estaba asustada, pero tomarse de la mano la hacía sentirse menos inquieta. Se dio una última sonrisa con Rachel y se dirigió al banquito donde se le colocó el Sombrero Seleccionador. Pocos segundos después enunció: ¡Hufflepuff! Ari caminó feliz a la mesa, donde se encontró con su hermano. Ahora solo le quedaba esperar a su amiga, la cual deseosa estaba de ser seleccionada junto a ella en esa casa.
Después de ver a Malfoy elegido en Slytherin, a Potter en Griffyndor, Rachel comenzó a dudar de cuál sería su lugar. ¿Cuáles eran sus cualidades? ¿Podría encontrarse con algún conocido en una casa? , ¿o tendría que ir por su cuenta desde ahora?
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Caminos Entrelazados
FanfictionRachel Tyto vivía en una casa llena de criaturas mágicas, soñando con volverse una bruja extraordinaria y complacer a su familia. Ariadna Diggory, enfrentaba día a día la enorme timidez que le impedía lograr sus metas y alcanzar a su hermano mayor...