Regalo

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Esa tarde el pequeño Luo BingHe estaba nervioso.

Su mentor y ahora mejor amigo le había citado formalmente al JingShi, eso a BingHe le ponía muy nervioso ¿A caso iba a reprenderlo? ¿Iba a hecharlo de Receso de las Nubes? ¿Buscaría un abismo de dónde arrojarlo como lo había hecho su anterior Shizun? Shizun, aún dolía cuando pensaba en él. En aquel día desgarrador momento en que la persona que más amaba, aquel en quien más confiaba le había abandonado al descubrir su naturaleza demoníaca. El dolor físico de la espada penetrando en su pecho no se comparaba en lo absoluto con el agujero que se había formado en su corazón en ese momento.

BingHe aún podía recordar el calor abrazante del abismo sin fin devorándolo mientras caía, la oscuridad absoluta nublando su visión junto con el dolor y la desesperación. Después, frío mortal y el dolor en la espalda que le indicaban que había caído a lo más profundo del averno, pero, no había llamas, ni monstruos, no había gritos ni lamentos, criaturas demoníacas tratando de devorarlo, nada que lo matará y acabara con su sufrimiento, solo oscuridad y esencia del mal. En algún punto durante la caída BingHe había cerrado los ojos, deseando abrirlos y encontrarse en su habitación, aquella que Shizun tan amablemente le había asignado junto a la suya propia, podría crearse ese sueño, pero en vez de eso decidió enfrentar la realidad. Su visión se encontró con un campo seco y residuos de lo que alguna vez fue un campo sembrado con nabos. Aún recordaba cómo se había levantado apenas, sintiendo los huesos rotos y la sangre brotando, el aire sofocante mientras veía talismanes brillantes volando por todas partes.

Luego, una figura de blanco fantasmal con aura divina, cómo si una deidad caminara sobre los campos marchitos de la tierra y una banda con dibujos de nubes rodeaba su frente. En sus manos, la figura llevaba a un pequeño niño, abrazándolo con miedo y transmitiendole energía espiritual, la visión lo dejó asombrado, tal vez era la muerte que venía por los caídos. Entonces está figura se acercó a él, con ojos amarillos enormes y brillantes que le hacían pensar a BingHe que estaba mirando al sol, esos ojos que penetraron en su ser desde la primera vez y le miraron con asombro y algo más, algo bueno pero indescriptible. Una voz profunda sonó como lo más bello que jamás hubiera escuchado, preguntando con suavidad mientras le tendía una mano:

-¿Estás bien?

Ese día HanGuang Jun se escabulló al Receso de las Nubes con dos nuevos "posibles discípulos".

El menor fue aceptado de inmediato por el líder Lan, compadeciendo a un niños tan pequeño y huérfano, pero el más grande pasaba por mucho la edad para comenzar su entrenamiento, además de que irradiaba un aura demoniaca que no podía ser ignorada. Sin embargo, el Segundo Joven Lan no dejó que nadie le convenciera de lo contrario, le encontró refugio en las afueras de su secta y le dijo al mundo entero que se recluiría, cuando en realidad pasaba todo el día instruyendo a este joven apuesto que le miraba con ojos esperanzados y mente hábil para aprender cada movimiento, cada acorde, cada regla que su superior le enseñaba.

Dos años habían pasado así cuando esa tarde WangJi le había prestado una pieza de jade para entrar a la secta, caminó con miedo hasta la habitación que en contadas ocasiones había visitado, al tocar el mayor abrió la puerta y le invitó a entrar.

-Mayor Lan, por favor, dígame qué hago aquí.

WangJi le dirigió una mirada y después le acercó una hermosa caja de madera. Luo BingHe le miró confundido.

-Para tí.

Luo tomó el delicado objeto y lo abrió, al ver lo que había dentro sus ojos se abrieron en sorpresa. Una banda de la secta Lan se encontraba perfectamente doblada dentro de esa caja.

-He conseguido una audiencia con tío y hermano para hacerte un examen exhaustivo, cuando apruebes serás aceptado como discípulo oficial. 

El menor tomó la cinta con cuidado.

-No importa lo que digan, eres parte del Clan. Portarás esto mañana en el examen, te ayudará a concentrarte y a cubrir tu marca si decide aparecer. Es mi regalo de bienvenida.

BingHe se encontraba sin habla, era lo más que le había escuchar decir de corrido al segundo Jade, y todo lo que decía era que confiaba en que sería aceptado pronto como discípulo. Aunque una parte de él no deseaba dejar de ser parte de la secta Cang Qiong, sabía que no había nada ni nadie esperando en ese lugar, no a él. Un nuevo comienzo en un nuevo lugar, con un nuevo maestro le estaban abriendo las puertas con cariño. A pesar de que BingHe pensaba que era demasiado bueno para ser verdad, que todo podría terminar pronto y hacerse añicos de nuevo, que sería más fácil dejarse consumir por la duda y el odio dejando aflorar su naturaleza demoniaca los ojos del Lan le decían que podía confiar en él, purificando su alma de todo pensamiento desesperando. Confiar en alguien más solo una última vez, una última oportunidad para ser feliz.

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⏰ Última actualización: Dec 26, 2021 ⏰

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LuoZhan (Relatos cortos de una autora obsesionada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora