DARK ANGEL
Cherburgo, Francia
«A cada error que cometemos, una consecuencia le persigue». Recuerdo las palabras que mi padre solía decirme cada vez que me equivocaba en algo.
Para él era importante enseñarme a calcular hasta el más mínimo movimiento, ya que pensaba que mi destino sería aun más peligroso que el suyo, por lo tanto, debía prepararme el doble.
«Nunca bajes la guardia, un buen enemigo siempre estará esperando hasta el más pequeño de tus fallos para atacar»
Sus consejos tenían peso, pero no por eso dejaban de tener razón.
Derrapo el coche a gran velocidad por las calles de Cherburgo donde viví la mayor parte de mi infancia. Tomo los atajos correspondientes y las calles menos transitadas que me llevan a un bosque privado en el cual me adentro siguiendo el camino de piedras blancas.
No hay muchas propiedades alrededor por lo que se me hace sencillo identificar la imponente villa de toque señorial con altos muros de piedra y portones negros, los cuales se abren automáticamente cuando el sistema de reconocimiento me detecta.
Todo sigue igual excepto por la...gran fuente de piedra que rodeo buscando estacionarme, está más grande y tiene más de esa piedra de alejandrita. El pecho se me oprime porque se cuán importante es para ella esa gema cuyos colores cambian con la luz artificial de los faroles que la reflejan.
Me estaciono, pero no bajo. Que el lugar esté rodeado de vehículos cuyas insignias reconozco de inmediato solo me da a entender una cosa. Tarde. Llegué tarde otra vez.
Aprieto el volante cuando me atacan recuerdos de años pasados los cuales me dejan un sabor amargo. Venir a este lugar nunca me trae sensaciones gratas.
De reojo miro al hombre mayor que se acerca cojeando con sangre en el traje y, aunque cojea sé que no es de él. Han pasado muchos años desde la última vez que lo vi, sin embargo, su aura familiar me hace reconocerlo casi al instante.
Inhalo con fuerza antes de salir a encontrarme con el ex-consejero de mi padre y ahora consejero de la familia, el cual se detiene a una distancia considerable al reconocerme. Su postura se vuelve rígida y también puedo ver sorpresa en su rostro arrugado. Supongo que no esperaba verme aquí, o, mejor dicho, no esperaba verme nunca más.
—Señor —saluda agachando la cabeza con respeto.
«Ajax» tiene el cabello cubierto de canas y unas ojeras profundas en el rostro como si llevara días sin dormir.
No digo nada solo lo paso de largo encaminándome a la entrada principal de la mansión. Él me sigue, manteniéndose a unos pasos detrás de mí.
Hay hombres de mi padre por todas partes y no me extraña ver a la guardia Zampa entre ellos, son un grupo de criminales prófugos a los que mi padre les dio refugio en sus días más difíciles cosa que ellos nunca olvidaron convirtiéndose así en sus seguidores más leales. Por eso y más los hizo su guardia principal denominándolos Zampa. Jamás lo decepcionaron y hasta el día de hoy siguen llorando su muerte.
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SINNER ©
AcciónSamié Dubois siempre pensó que su padre era perfecto, pero después de fallecer, uno de los proxenetas más buscados de Francia irrumpió en su casa reclamándolas a ella y a su madre como el pague de una deuda millonaria que su padre se había dejado ac...