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All I want is nothing more
To hear you knocking at my door
'Cause if I could see your face once more
I could die a happy man I'm sure
-All I want

2 años atrás

La señora Eun-ji era una ancianita, bastante amigable, era una persona dulce, si hablamos de la abuelita perfecta, ella encajaba perfectamente en la descripción de esta.

El primer día que llego a consulta, tenía una mirada llena de amor, escuchó atentamente a mis indicaciones, no estaba sola, iba acompañada de su nieta y su hija, ambas se preocuparon por ella al escuchar su diagnóstico, pero lograron tranquilizarse ya que les prometí que ella estaría bien al
Seguir las indicaciones correspondientes a su patología.

La señora Eun-ji era dueña de un pequeño restaurante, toda su familia trabaja con ella, se podría decir que su familia y ella siempre estaban juntos, eran muy unidos.

Después de aquella consulta, la señora nos enviaba algunos platillos, también nos llegó a visitar, ya que decía que debíamos de cuidar de nuestra salud si no quien cuidaría de la nuestra, ya que estábamos tan ocupados atendiendo la salud de los pacientes, que nos olvidábamos de la nuestra.

Todos le tomamos cariño, yo le tome más cariño porque me recordaba a mi ita "Mi abuelita", eran tan parecidas, tan pequeñas tal y como lo era mi abuelita, Ita falleció cuando yo tenía 16 años, fue bastante duro asimilar su muerte, ya que yo era muy apegada a ella, era como mi segunda madre y en quien más podía confiar desde luego.

Pero mi abuelita como todos los seres humanos, no sería eterna, comenzó a sentirse mal, dolor en el
Pecho y dificultades al respirar, decidimos llevarla al
Cardiólogo, su corazón comenzaba a fallar, este había comenzado a crecer...

Cuando mi abuela escucho que su corazón había crecido, sonrió y dijo: Debe ser de tanto que he amado, cierto doctor?—Dijo con una sonrisa, y un leve brillo en sus ojos—...

Desde aquel momento, la abuelita comenzaba a empeorar, sin embargo no decía nada, siempre estaba ahí para dar abrazos y besos, siempre al tanto de todos y dispuesta a brindarnos todo su amor.

Abuelita cuido de mi desde que era pequeña, debido al trabajo de mamá y papá, así fue como desde los 3 años, comencé a llamarla "abebita" por no saber decir correctamente "abuelita", se le quedó ese apodo, pero yo comencé a llamarla "Ita" como una forma en que solo ella y yo conocíamos.

A los pocos meses de Ita ser diagnosticada con cardiomegalia, abandonó este mundo, me dejó y de pronto yo ya no tenía con quien hornear y comer galletas, ya no tenía a mi fiel confidente, Ita fue la primera en saber que me había enamorado, fue testigo de mi primer amor.

Pero Ita fue a un mejor lugar, asimilar su muerte fue de las cosas más difíciles en toda mi vida, cuando conocí a la señora Eun-ji era como si Ita estuviera frente a mi de nuevo, cuando falleció me sentí terrible, era como si la vida me haya arrebato a Ita por segunda ocasión.

El día de la muerte de la señora Eun-ji, si Hobi no hubiese llegado, estoy segura que no hubiera podido seguir con mi residencia, abría echado todo por la borda.

Hobi estuvo ahí para mi, como siempre lo ha estado, se quedó hasta tranquilizarme y llevarme a casa, al llegar a casa se quedó hasta que yo estuviera dormida.

Hobi siempre ha sido ese rayo de Sol que necesita mi vida.

...

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