𝐇𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐌𝐮𝐞𝐫𝐭𝐞 𝐧𝐨𝐬 𝐒𝐞𝐩𝐚𝐫𝐞.

Capitulo 4

No se de otras vidas por ahí pero en estos últimos doce meses la mía con Alicia ha sido un sueño, aquella pelirroja arisca de a veces mal carácter y bromas pesadas es ahora mi novia, mujer con la que comparto piso, nos ayudamos mutuamente y por supuestos el amor no falta.

─ Germán, despierta gordo ¿O es que te vas a pasar todo el día en la cama?

─ Hmm pero, ¿qué dices de todo el día? ─ Buscó Germán el reloj más cercano, en su mesita de noche a  la izquierda─. Ali, es navidad y las 8:30 de la mañana.

─ Exactamente es víspera de navidad y hay que decorar la casa y terminar con el árbol y yo no puedo con todo sola ya aviso.

─ Ay que ver como eres Alicia Sierra, ya voy.

Celebró la pelirroja tras su triunfo y dejó un beso en los labios de su marido, para irse a decorar el árbol; claro que todo estaba listo sino ella no se llamaría Alicia Sierra, solo faltaba colocarle la estrella al árbol pero ella era bastante bajita como para llegar por si sola, por supuesto que necesitaba que Germán la alzara, Germán que se quedó flipando por como su mujer había decorado toda la casa en cuestión de horas.

─ ¿Pero desde que hora estás despierta, pelirroja traviesa?

─ Cerca las 4am, a que me ha quedado chula la decoración lo que más me ha demorado a sido el árbol, te he dicho que debíamos haber comprado uno más pequeño ahora con este no llego.

─ Anda no seas quejica yo te subo─. La tomó por la cintura alzandola para efectivamente colocara la estrella dorada encima de árbol y la bajo haciendo que sus cuerpos rozaran y dejando un beso en el cuello de la pelirroja.

─ Germán... no seas cabrón que entre tu gripe, las noches en el hospital con tu madre y las guardias en la comisaría llevamos casi un mes sin follar así que no me calientes.

─ ¿Y que vamos hacer ahora, señorita Sierra? O es que piensas que no tengo las mismas ganas que tu.

A la mierda el árbol junto a la decoración y todo lo navideño, la pelirroja se giró tomando los labios de su marido y dando un leve saltito para que la cargara, cosa que Germán entendió al segundo.
Con su mujer en brazos besándola sin parar la sentó en la encimera de la cocina, poco duró la ropa que llevaban, la propia Alicia fue la que se deshizo de estas.

─ Germán, si me follas contra la ventana te juro por mi madre que me corro con dos estocadas.

─ ¿Pero tu que quieres? Que todo el barrio vea como te hago el amor.

─ Mira esa idea tampoco está mal, yo creo que mi otra vida fui una pornstar, porque vaya lugarcitos escojo para follar.

Dijo la pelirroja a modo de broma, tampoco pensó que su marido la volviera a cargar y pegar contra el cristal de la ventana, solo el contacto con el cristal frío hizo que dejara ya su primer jadeo, en sus brazos Germán la comodó a tal punto que permitiera que penetrarla lo antes posible y así fue el embestía en ella seguido contra la pared mientras que Alicia se encargaba de gemir una y otra vez su nombre al oído, aunque con las ganas acumuladas que se tenían esos dos podían haberlo hecho en cualquier sitio, poco demoraron en llegar al orgasmo y que Alicia estallara en una carcajada, era una fantasía cumplida.

─ German...  joder habrá que felicitar al que hizo la ventana porque mira que íbamos a lo loco y no nos hemos matado.

La risa no le faltó a Germán en sus labios dejando un beso lento en los labios provocativos de su mujer, pero dicen que cuando estás en un momento de total placer y alegría siempre viene algo que te recuerda que la vida no es un puto cuento de hadas en que disfrutas las mañana y ríes con tu mujer.

Germán tenía a su madre internada en una clínica, con cáncer de páncreas los médicos le daban aproximadamente seis meses de vida y ese tiempo se estaba agotando, había entrando en crisis y por eso lo llamaban, así que se desplomó su madre era lo más importante para él.

─ Germán cariño, ¿Qué ha pasado?

─ Le han dado seis meses de vida Alicia, seis meses, en seis meses pierdo a mi madre.

¿Y qué podía hacer o decir ella ahí? Solo podía abrazarlo con toda su fuerza mientras lo sentía llorar lo que le partía el corazón en dos, Germán era de exponer mucho sus emociones pero siempre eran alegres y verlo así llorando sin parar era algo que le dolía en el alma, ella sabía la importancia que tenía para él.

─ Germán existen tratamientos está quien se salva, no te pongas en un plan negativo cariño, mira vamos hacer esto nos bañamos, desayunamos y vamos al hospital.

─ Gracias... por estar ahí, siempre conmigo.

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