Amor eterno

Capitulo 4: "Recuerdos"

Abrí los ojos lentamente. Ya estaba bastante brillante afuera. No solo eso a juzgar por la gran cantidad de luz que fluía desde el sur, parecía ya haber pasado las horas de la mañana.

—¿Qué hora es...?

Parpadee repetidamente para aclarar mi vista borrosa y mire el despertador de mi escritorio, que había puesto la noche anterior para despertarme temprano.

—Oh, rayos, ya son las 10 en punto...—Arrugando mis cejas, me levanté de mi cama.

No recuerdo a qué hora me dormí, pero, a juzgar por mi ropa, debí de estar demasiado cansado para cambiarme antes de irme a dormir. Sólo recuerdo que estaba estudiando y de ahí en fuera nada, no sé ni como llegue a mi cama.

—Espera son las 10 de la mañana...—Ya se me hizo tarde.

Baje de mi habitación para ver si mi mamá estaba en casa aún.

—¿Qué es ese olor tan maravilloso?

Gire mis ojos hacia la fuente de ese olor para investigar. En mi visión apareció mi madre. Fue demasiado repentino. Porque normalmente mi mama no está a esta hora.

—Buenos días.

—¡¿Qué mamá?! ¿Qué haces aquí aun? —dije sorprendido. Me miró fijamente por un momento y parpadeo varias veces.

—Incluso si preguntas eso.... Diría que no quisieras que este aquí.

—No, es eso —dije avergonzado y feliz a la vez porque está, aunque sea un rato conmigo.

—¿Qué es ese olor? ¿Qué estás haciendo?

Mi madre que estaba en la cocina se hizo a un lado, revelando la olla humeante en la estufa detrás de ella. Abrió la tapa y encontré que era sopa cocinándose.

—...Sopa.

—Yo la hice para desayunar los dos juntos.

En ese momento me quedé un poco asombrado.

—¿Por qué?

—Solo quise consentirte un poco.

Mmmm...la verdad tú me dijiste que prepara esto cuando fui a tu habitación ayer, te encontré durmiendo en el escritorio estabas estudiando y pues te cargué para llevarte a tu cama mientras te llevaba hablaste dormido. Aun recuerdo las palabras que dijiste.

—¿Cómo quisiera que mamá esté mañana y me prepare una deliciosa sopa?

Tras oírte decir eso me puse triste porque quizás no te estoy dando el tiempo suficiente para ti. Por eso me quedé. Pero a partir de ahora eso cambiará te lo prometo.

—Mamá, mamá, mamá, trate de llamar su atención varias veces intentando agitar mis manos de un lugar a otro a ver si ella me respondía o si lograba reaccionar.

En ese instante ella logró reaccionar, pero estaba con lágrimas en los ojos, me preocupé por ella pensé que se sentía mal o le estaba pasando algo. Así que le preguntó.

—Mamá, ¿Te encuentras bien?

—Si, estoy bien, no te preocupes.

—¿Y entonces por qué tienes lágrimas en los ojos?

—Solo recordé algo, pero estas lágrimas son de felicidad no es de tristeza —dijo con una suave sonrisa mientras se limpiaba las lágrimas con un pañuelo.

Bueno, bueno, ahora siéntate, te serviré un poco de sopa para que desayunes.

—Si.

Mi madre presiono el tazón de sopa en sus manos hacia mi dirección.