Capítulo 1: Pródigio

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Hoy es un día despejado, me encuentro en mi cama apenas, en eso escucho el despertador sonar y gire la cabeza. Eran las 7:00 a.m., me levanté para apagarlo posteriormente me dirigí hacia la ventana, deslizando las cortinas para contemplar el cielo por unos cuantos minutos. En eso escuché una voz, era mi madre hablándome.

—Kimura apúrate a vestirte para ir a la escuela.

—¡Ahora lo hago!

Así que me fui al baño a cepillarme los dientes y a bañarme, después que salí del baño vi que era demasiado tarde, así que abrí el closet y busqué mi uniforme para vestirme rápidamente.

En eso me habla mi madre de nuevo para decirme que bajé a desayunar, pero como era tarde ya no me dio tiempo, ya que se hacía tarde para la primera clase, sólo agarré mi lunch que estaba en la mesa y me despedí de mi madre.

Me dirigí con prisa a la escuela....

En el trayecto del camino hacia la escuela estaba contemplado el paisaje de los lugares que normalmente pasó ya que hoy es un día algo peculiar, sin embargo, por mi descuido me tropecé con una niña de piel caucásica, sus ojos son de un color azul oscuro, pelo rubio brillante, los dos caímos al suelo en el instante y nos quedamos viéndonos por unos segundos.

—¿Estás bien? —le pregunté, mientras me levantaba rápidamente para ayudarla a pararse.

—Si, estoy bien disculpa tengo prisa, adiós.

Ella salió corriendo rápidamente, intenté seguirla para preguntarle su nombre, pero la perdí de vista entre toda la multitud de la gente, traté de buscarla en las calles cercanas, pero no tuve éxito.

Después de ese incidente continúe con mi camino hacia la escuela ya que iba muy tarde. En el camino me encontré con el señor Okazaki y me detuve a saludarlo.

—Buenos días Yamazaki, ¿Cómo has estado? Y por supuesto ¿Cómo vas con la escuela?

—¡Hola! Buenos días, señor, estoy bien y contestando su otra pregunta voy muy bien en la escuela — respondí, con una sonrisa y con toda la amabilidad del mundo.

El señor Okazaki es un señor muy amigable tiene aproximadamente unos 60 años, su cabello es de color negro con algunas canas y sus ojos son de color castaños oscuros y su color de piel es clara, siempre anda vestido con una camisa de color blanco y un pantalón de color café.

Aún recuerdo cuando lo vi por primera vez fue hace tres años cuando yo tenía ocho años, era un día normal de la semana mi mamá me llevaba a la escuela, pero en ese día nos fuimos por un camino distinto al que siempre estábamos acostumbrados a irnos.

En ese día iba platicando con mi mamá y en la esquina de la calle nos detuvimos a comprar a sí que miramos a todos los lados y nos encontramos con su tienda, pasamos a comprar unas frutas para ir comiendo en el camino y justamente en aquel día nos encontramos con él, me agradó muy bien desde el momento que lo vi y desde ese momento siempre paso por ahí, para ir a la escuela.

Después de saludarme, me pidió que lo ayudara en su tienda... Ya que siempre que puedo lo ayudo con su negocio sábado y domingo.

—Si quiere señor, en este fin de semana lo ayudó.

—¡Claro estaría bien!

Bueno señor, me voy se me hace tarde para la escuela.

—¡Espera muchacho! toma una fruta para el camino.

—¡Gracias! —le conteste, mientras también agitaba mi brazo de un lado a otro despidiéndome de él.

Así que seguí mi camino hacia la escuela, cuando llegue a la escuela vi el reloj de la entrada y ya era 10 minutos tarde, en ese momento vi que el vigilante de la entrada no estaba así que tuve suerte de entrar, me dirigí hacia el salón de clase y deslice la puerta mientras veía que todos mis compañeros ya estaban en su lugar.

Amor eternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora