challenge 2

1.1K 76 26
                                    

——— velada a solas.

Día dos en el apartamento de Nishimura.

Sunoo salió de la ducha, envolviendo su delgado cuerpo con una toalla en su torso. Se paró frente al espejo y tomó de la mesada del baño su ropa interior, la cual constaba de unas braguitas blancas.

Una vez seco, se colocó su bata lila sin atarla, dejando así su pecho descubierto, y sus medias blancas hasta un poco más arriba de la rodilla.

Ni-Ki no se encontraba en el apartamento. Eran las siete de la tarde, y él volvía de su trabajo en poco tiempo.

Luego saldrían a un "lugar sorpresa" que Nishimura tenía preparado, con la finalidad de cumplir el segundo reto de la lista.

Salió del baño, caminando a su habitación para poder secar su cabello en el tocador. Cuando llegó, conectó al tomacorrientes el secador de pelo y comenzó con su tarea.

Al no peinar su cabellera, se le formaron naturales y tiernos ricitos. Y cuando terminó, iba a tomar rumbo hacia su closet, pero unas manos en su cintura lo sorprendieron, sacándole un jadeo.

Su cuerpo fue atraído hacia atrás, chocando su espalda y cabeza con un fuerte pecho. Automáticamente se estremeció al sentir aquel conocido olor.

—¿No habíamos acordado que a las siete debías estar listo?—dudó Riki, con una voz ronca en su oído.

—L-Lo siento, Ni-Ki. Me atrasé un poco—puchereó, volteando y jugando con sus deditos.

—Uhm... ¿Debería perdonarte?—bajó su mirada al pecho descubierto del menor, luego bajando a su ropa interior y sus lampiñas y bronceadas piernas.

—Sípi, Hyung~—murmuró, dándose cuenta del escaneo del mayor en su cuerpo y cerrando su bata con una sonrisa divertida.

—Eres malo...—rió ronco Nishimura, uniendo sus frentes y deleitando su olfato con aquel aroma a naranjas y fresas.

—Aún no llegamos a ese reto, Kinnie Hyung. Debe esperar—sonrió, subiendo sus brazos al cuello del más pálido.

—¿Hmm? ¿Dices que tengo que esperar hasta ese reto para verte completamente?—Sunoo asintió—. ¿Cuándo hemos establecido que hay que seguir el orden?

—Nunquita, Hyung. Pero yo escribí los números del uno al diez, así que, sí. Debe esperar—repitió, riendo meloso.

—Yo no creo eso, pequeñito...—murmuró, bajando sus manos ahora al esponjoso y voluminoso trasero del pelinegro —. Si yo te propusiera hacerte mío ahora, no te negarías ni con pensarlo cinco veces—sonrió, al mismo tiempo que apretaba sus nalgas y lo arrimaba contra su creciente erección.

Sunoo gimió al sentir aquella dureza contra su vientre, sin evitarlo.

—¿Ves? Estoy seguro de que tu Omega está de acuerdo—dirigió sus labios al cuello del piel nivea, respirando pesado allí y dejando besitos húmedos.

— N-Ni-Ki... N-No. De-Debemos salir, re-recuerde el reto—jadeó.

Nishimura maldijo y se separó, subiendo sus manos de vuelta a su cintura.

—Termina de cambiarte y espérame en mi habitación, ¿bien?—habló bajo el rubio.

El pelinegro asintió con su cabeza, viendo a su Hyung salir de su habitación, luego de haber dejado un besito en su frente.

Ahora sí, Ddeonu llegó a su closet, sacando de él una faldita negra de tiro alto, una camisa de jean color azul marino y sus zapatos negros.

Pero cuando estaba colocándose, primero que todo, su camisa, oyó una maldición desde la habitación de al lado.

𝙏𝙚𝙣 𝙙𝙖𝙮𝙨 𝙤𝙛 𝙒𝙝𝙖𝙩𝙨𝘼𝙥𝙥 𝙘𝙝𝙖𝙡𝙡𝙚𝙣𝙜𝙚 𖦹 𝕊𝕦𝕟𝕂𝕚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora