19|Familia Reznar.

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—¿De qué te ríes complejo de exterminador? —inquiero al alzar la cabeza viendo a Hanssen sonriendo apoyado en un hombro en el borde de la puerta del baño —

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—¿De qué te ríes complejo de exterminador? —inquiero al alzar la cabeza viendo a Hanssen sonriendo apoyado en un hombro en el borde de la puerta del baño —. ¿Se te hace divertido ver que por poco pierdo la oreja?

—Ibas hacerle competencia a Van Gogh.

—Conejito, el pintor estaba pasando por una situación complicada y tormentosa por lo que optó por la automutilación llegando casi al suicidio —plasmo una mueca devolviéndole la mirada desde el reflejo del espejo —. No todo el mundo sabe la historia real sobre él.

—Perdón, lo desconocía —carraspea borrando su sonrisa. Da un paso hacia dentro cerrando la puerta tras su espalda y se acerca para echarle un vistazo a mi oreja —. Fue un roce leve, tendrás que evitar dar vueltas por la cama hasta que el dolor ya no te incomode.

—Te escucho más hablador, me alegro que ver a tu hermana y tu tía te ponga feliz —aferro mis manos en el lavabo sintiendo los nervios emerger como ya es costumbre al estar en su presencia —. Son intensas como tú y sí que saben pelear, yo me sentí una inútil.

—Mako, por favor. No lo eres.

—¡Me petrifiqué!

—Mariposa, que te hayas quedado quieta no significa que seas una inútil, fue lo más inteligente.

—¿Entonces crees que soy torpe?

—Mako no quise decir eso.

—Pero, ¡lo pensaste y no me mientas, Hanssen! —giro quedando cara a cara —. Para que una relación funcione debe haber sinceridad.

—Relación, ¿ahora hablamos sobre nuestra relación? —masculla sin quitarme los ojos de encima.

—No te hagas el duro conmigo que ya no funciona —pega su pecho al mío sin permitirme alguna alternativa de escapar. Su sonrisa sexy se ensancha —. Hanssen sé que soy genial en la tecnología, pero hay otras que simplemente no lo soy como en los enfrentamientos, había renunciado a ellos de pequeña, pero ahora quiero volver a hacerlo y ayudarles cuando sea necesario, ahora, ¡mira mi oreja!

—Tienes unas bonitas orejas.

—No me has entendido —bufo en un intento de separarme de su agarre hasta que lo logro y me siento en la tapa del váter restregándome las manos en el rostro —. ¿No tienes que ir hacer cosas importantes con tu hermana? Ya sabes, hablar sobre sus vidas, Hailee te necesita, parece bastante afectada por tu supuesta muerte, yo estaré bien.

—Te vienes conmigo.

—Es delicioso cuando llegamos juntos —respondo en doble sentido, pero él no lo capta y sería aburrido explicárselo —. Ya, ya, camina exterminador sin sentido del humor voy detrás de ti.

—A veces eres muy rara, Mako.

—Es un don y una maldición, parte de mi encanto —entrelazo mis dedos con los suyos al caminar de regreso a la sala —. Tú también lo eres, así que no somos tan diferentes como creíamos.

Un deseo prohibido #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora