𝐌𝐈𝐒𝐀𝐍𝐀𝐘𝐄𝐎𝐍┆━ Cuando el nuevo año escolar inicia, el rumor de que dos de las chicas más atractivas del instituto están solteras y en búsqueda de pareja no tarda en expandirse rápidamente. El mismo llegará a oídos de Minatozaki Sana, una int...
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— Hey, ¿crees que sea verdad?
— ¿Mmm? ¿Qué cosa? — pregunta Nayeon.
Ella está concentrada haciendo muecas de pequeños besos al espejo para tratar de esparcir lo mejor posible su brillo labial.
— Que Jennie está soltera.
— ¿Por qué?¿Te interesa?
La castaña mira a su amiga a través del espejo con una sonrisa burlona. Mina está sentada sobre su cama pintando delicadamente las uñas de sus pies. La nota hacer un mohín y reír.
— No, tan solo es curiosidad.
— Ella nunca está sola, es mi amiga, sabes que me cuenta todo.
— Por eso mismo te pregunto.
— Pues bien.
Nayeon está satisfecha con el resultado de su maquillaje suave así que se levanta del banquillo en su tocador para dirigirse junto a la japonesa. Ella se sienta despacio y aprecia el trabajo meticuloso de la otra chica.
— Sabes que Rosé y ella tienen una relación un tanto extraña, van y vienen, la misma mierda tóxica de siempre.
— Lo normal a esta edad, supongo ...— susurra la rubia, concentrándose y sacando un poquito la lengua a causa de ello.
Nayeon nota el gesto y sonríe.
— Te ves linda haciendo eso.
— ¿Qué cosa?
— Ya sabes, sacando la lengua cuando te concentras.
— Oh Dios, no sabía que mi lengua era tan famosa.
Dice la muchacha entre pequeñas risitas correspondidas por las de su vecina.
— Mmm, solo un poco. La mía tiene mejor reputación.
Yeon hace un gesto travieso, lamiendo sus labios y tocando un poco sus lindos dientes frontales con la punta de su rosada lengua. Mina suspira cansada y le da un codazo.
— No hagas eso.
— ¿Por qué? ¿Te calienta?
La mayor de ambas se inclina un poco y juguetonamente roza sus labios sobre el hombro denudo de su amiga.
— Nayeon...
Un deje de advertencia. Una que la castaña manda al demonio y con fingida inocencia baja los tirantes del sujetador blanco que lleva la japonesa y deja más besos regados por su piel.
