Desiciones

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Me despierto de un sueño reparador, me levanto, voy al baño y me ducho con agua caliente, voy a la cocina y veo una nota en la encimera, leo en voz alta:

" Princesa te deje el desayuno en el microondas, ¡come por favor!, salí al Hospital por el caso del Sr. MacQuoid, ese hombre no está muy bien, tu auto está abajo lo trajo el chofer de tu esposo, ve a casa o descansa en la mía, quiero que descanses Mía, es una suplica y una orden, no quiero objeciones.

Gracias por la noche que me diste....eres una diosa. Te llamo mas tarde...

Ian."

Sonrió y hago caso a lo que Ian me dice, decido irme a la casa, estar con Ruth me sienta bien. La acompaño al súper, me gusta salir con ella; sé y estoy consciente que una mujer que esta casada con un hombre como Lucas no debería realizar este tipos de actos, pero Ruth se ha convertido en una madre para mi aquí en Londres, por eso cada vez que puedo salgo con ella.

Son las 6:00. Pm y estoy cansada Ruth se encargó de agotarme, fuimos a muchos sitios a comprar cosas necesarias para la casa, en varias oportunidades me dijo que me fuera, que ella terminaba, pero me negué a hacerlo la seguí hasta que termino de hacer todo.

Estoy en el despacho de Lucas revisando en mi computador portátil varios correos; de mis amigas en mi país natal, de mamá y de cualquier publicidad que me llega cuando empieza a sonar mi celular.... Miro la pantalla y es Ian

-¡Hola Ian!, ¿Como estas?-

-¡Hola muñeca!, bien, muy bien, pero un poco preocupado por ti...-

-Y eso, ¿como por qué ?, yo me siento bien, ¡dentro de lo que cabe claro está!.- le respondo en tono amigable.


-Pues... Como te digo esto...en la madrugada después de nuestro encuentro, quedaste muy agotada y pues en la mañana al levantarme vi que las sabanas estaban manchadas de sangre, me preocupe, iba a despertarte pero dormías tan plácidamente, que de verdad no pude hacerlo.- me dice preocupado - ¿de verdad estas bien?-

-¡tonto! Pensé que había dicho o hecho algo entre sueños, ¡¡¡claro que estoy bien!!!, algo adolorida pero más nada- escucho un suspiro de alivio de Ian a lo cual agrega.


-sabes que me preocupo por ti Mía, prometí a María cuidarte desde el día en que te traje a vivir aquí- dice Ian dulcemente por el teléfono.

Sonrió y el lo debe notar al otro lado de la línea -lo sé Ian, se que siempre me cuidaras. Pero ya deja eso. ¡no tengo nada, estoy perfecta!. A ver cuéntame, ¿que paso que esta mañana saliste para el hospital sin tan siquiera despertarme?-

-Verás, el hijo de el Sr. MacQuoid, no ha despertado de el coma en el que está y pues el quiere convertir su casa en una habitación de UCI para tener a su hijo mas cerca, algo estupido pero entendible para alguien con dinero...- no lo dejo terminar de hablar.

-¿Y eso es posible?, ¿no es riesgoso para el paciente?- pregunto intrigada

- Muñeca, recuerda que el dinero arregla muchas cosas, siempre y cuando este al cuidado de expertos se puede hacer de todo, además él está estable, dormido, en coma, pero estable..- no lo dejo terminar cuando agregó

-Y me imagino que ahí entras tú, supongo que te encargaras de sus cuidados, ¿cierto?-

-Eres muy inteligente Mía, ¡pues sí!, eso es lo que me ha pedido el director médico y sabes que le debo mucho no me puedo negar.- dice muy orgulloso de sí mismo.

-Eso significa que deberé resignarme al hecho de que te veré menos....-

-No lo creo- acota Ian

Encontré el amor (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora