Capitulo 1

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Me miro al espejo, estoy lista, me pongo un poco de labial rojo y tomo mi bolso, espero que mi padrastro no este abajo, si no me diría que me quitara ese color rojo ramera de las labios.
Abro la puerta y veo a Sofia en su auto, las dos nos graduamos de la universidad con la carrera de literatura, de hecho hoy íbamos directo a la fiesta de graduación.

-Hola- Le dijo subiendo al auto.
-Hola, sube que ya se nos hizo tarde- Dijo en modo mandón.
A veces ella llegaba a ser muy autoritaria, demaciado mandona, incluso hipocrita, ella decía que yo era su mejor amiga, pero no era así, ella solo queria una "amiga" que no fuera mas hermosa que ella, y yo no lo era, así que por eso me eligió a mi.

Llegamos al salón, todos iban muy formales a comparación mía, yo iba con un vestido corto, escotado y para acbarla muy pegado, era negro con detalles rojos, asi que combinaba muy bien con mis labios color rojo ramera, y mis tacones del mismo tono, en sí me vestí como mujer de la calle, lo cual no era apropiado para esta ocasión.
En la fiesta, si que se me pasaron las copas, pero no como a Sofía, ella en verdad se pasó del límite, asi que no creo que pueda manejar.
Eran las 12:45 a.m. y el salón lo cerraban en 15 minutos, asi que me despedí de mis amigos, tenía la ligera sensación muy dentro de mi de que jamas los volvería a ver, asi que lo hize como nunca antes.
Le hablé a Sofia para que fuéramos a tomar un taxi y regresar mañana por el auto que se encontraba en una pensión a la vuelta del salón. Hacía mucho frio afuera, asi que decidí acelerar el paso.

-Corre!- Le grité a Sofía puesto que se había quedado atras.
-No Puedo- Contestó algo desganada, pero no podía dejarla sola, asi que fui hacia ella, caminé a su lado y ella me tomó del antebrazo.
Debía admitir que estas calles me daban pavor puesto que eran muy oscuras y solitarias.
Derrepente sentí como el brazo de Sofía me soltó, como si hubiera caído, volteo, estaba un tipo alto, vestido de negro con un pasamontañas ahorcando a Sofia y reposando una pistola en su sien.

-Tenga lo que quiera, pero dejela ir- Le dije tendiendole mi bolso.
-No quiero eso- Dijo otro tipo saliendo por detras del otro, era rubio, con ojo azules apenas visibles hacia la luz, me quede sin aliento, estupefacta, no sabía que estaba pasando, todo en ese momento era confuso.
El me miró de arriba a abajo rodeandome hasta quedar detras de mi, al sentir su cara contra mi cuello me quede inmovil, luego inhaló.

-Hueles muy bien- Me susurró al oido, segundos despues le hizo una seña el tipo del pasamontañas y luego este soltó a Sofia para despues tomarla por el pelo. Ella yo nos vimos a los ojos, perecía estar muy asustado igual que yo, pero no decía ni hacía nada.
-Nos vemos luego- Me volvió a susurrar el rubio al oído, luego fue hacía donde se encontraba Sofía y en un movimiento ágil y rápido sacó un arma y le disparó en la cabeza, ella calló al suelo y los tipos se marcharon sin mirar a atras.
Corrí hacia ella una vez que los tipos se desaparecieran en la gélida oscuridad de la avenida totalmente  solitaria y silenciosa.

-¡Sofía!- Le grité removiendola en el piso, pero era inutil, asi que me levanté me quité los tacones y comenze a correr, no podía dejar que me inculparan a mi y sinceramente no me entristecía su muerte en ese instante, me preocupaba más mi seguridad.
Me había ya alejado mucho de la situación, iba caminando por una avenida muy poco transitada y al fondo vi las luces de un auto, cuando este se acercó más le hize parada y por suerte se detuvo.

-Hola, muchas, muchas gracias por detenerse- Le dije a la señorita que conducía.
-Claro, a donde puedo llevarte?- Dijo y le expliqué el camino.

En el trayecto iba pensando: mis compañeros de la facultad vieron que salí con Sofía y si los mandan a declarar, lo dirán y como concecuencia yo seré la principal sospechosa.
La palabra "nos vemos luego" retumbaba en mis oídos como si revelara miles de promesas desconocidas ocultas en cada una de sus palabras, incluso el rostro del rubio no dejaba mi mente en paz, algo tenía, tal vez su voz, talves sus ojos con ese hermoso tono en plena oscuridad, tal vez como caminaba o sus movimientos tan seguros, lo único que sabía bien ese momento es que debía sacarlo de mi mente, no debía pensar en el por que corría el riesgo de enamorarme, no de el en sí, si no de su seguridad o su voz por ejemplo, talvez era guapo por fuera, pero por dentro era una total basura.
El auto se estacionó frente a mi casa.

-Muchas gracias- Le digo a la conductora.
-Claro, linda noche- Salí del coche y entré a casa, mi padrastro estaba en la sala leyendo.
-Hola- Le dije dejando las llaves en la mesa ratona.
-Sube a dormir que es tarde- Dijo en su típico tono autoritario.
El siempre había sido así, desde que mi madre murió, el es el principal enemigo en mi vida, lo único que hace bien es dejarme vivir en su casa y eso a regañadientes, simplemente lo odio, el no entiende que soy una adulta de 20 años y se cuidarme sola, pero siempre intenta controlarme, tenerme encerrada como su perrito en cautiverio, me grita y llega ebrio a mitad de la noche, pero sinceramente no me interesaba su vida, pronto me ire y se quedará solo el y su estupido perro con manchas.
Me encerré en mi cuarto y me recosté, no tardé mucho en quedarme dormida.

Efectos PsicopatasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora