La lista y las maravillas de June

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En aquellos días de invierno en Edimburgo, Nuestra querida June se sentaba frente a su ventana junto con un cuaderno, un bolígrafo y su imaginación. Lo único que le quedaba de contacto con la sociedad era su ventana con las cortinas a medio abrir. June nunca fue de tener contacto con la gente debido a que ella era una chica muy reservada y se guardaba cada cosa para ella misma. Nunca le gustó la tecnología ya que decía que era un desperdicio de tiempo y afligiría lo poco de cerebro que las personas aún poseían antes de ser abducidos por los aliens. Sin embargo, con 15 años de aislamiento hacia el mundo, tecnología, personas y todo aquello que cualquier adolescente adoraría tener, ella había aprendido que habían cosas más importantes que eso. Ella tenía sueños distintos a los demás como descubrir la brújula polar que quedaba cerca del polo sur, o llegar a escalar a lo más alto del monte Everest, pero el sueño más importante de June era el de poder escribir una historia tan fantástica con un personaje que realizara aquellas desventuradas y descabelladas ideas que se le ocurrían en su minucioso cerebro.

Pero para eso no esperamos mucho tiempo damas y caballeros, un día, la mamá de June encontró algunas de las ideas que ella había escrito en un papel. Reconocía su letra por las marcas finas y ondeadas y a la llamativa tinta de su bolígrafo negro. June, al enterarse de eso, hizo la mínima alharaca posible, no le gustaba causar problemas pero si le molestó que haya indagado en sus cosas personales. A su madre le dio tanta alegría de que su pequeña June tenga una imaginación tan compleja que le dio un buen consejo, que hiciera una lista con aquellas aventuras que quería realizar en su futuro, así sabría lo que debe de hacer y no se perdería de ninguna de sus maravillas escondidas. Aquel consejo le ayudó a June a que escribiera aquella tediosa lista.

Meses después, June tenía una larga lista de aquellas maravillosas expediciones que quería realizar, como socializar con budas de algún templo budista, ir a África para salvar a alguna especie en extinción, viajara por el mundo descubriendo cosas novedosas y como el querido Tom Sawyer, ser un personaje bizarro. Aquella lista fue guardada en una caja especial hecha de cartón y en ella millones de estampitas postales de todas partes del mundo. Guardó con aquella lista una llave junto con una pequeña caja en la que no se sabía que tenía dentro. June enterró aquella caja en el patio de su casa donde todo estaba bañado en nieve. Con una pala hizo un hueco y la enterró para que nadie la encontrara hasta que sea el momento exacto para ello.

Los locos sueños de June quedaron enterrados en el patio del jardín, mientras que ella pensaba como empezar su primer sueño maravilla, pero no la dejó terminar aquel enemigo al que se le denominaba… Crecer. Conforme la lista y la caja misteriosa seguían bajo tierra, June fue creciendo y madurando más. Al terminar las vacaciones de invierno, June regresó a la escuela e hizo algunos amigos que tenían gustos singulares a los de ella, se hizo más independiente, pero esa no fue la verdadera razón a la cual nos referimos, si no al sentimiento más fuerte que hay en la vida, el amor. Después de tres años conoció a Lucas en la universidad, empezaron a salir, fueron novios, se casaron y tuvieron cuatro hijos: Alaska, la mayor; Eliot, el segundo y las gemelas, Erika y Rebecca.

Años después, al cumplir 39 años de edad, June decidió de que era hora de desenterrar su más preciada posesión de aquel patio que la mantuvo  cautiva durante muchos años. Al morir su padre, June heredó la casa de sus padres por lo que le fue mucho más fácil desenterrar su tesoro cautivo. Y ahí estaba, como el día en que lo enterró, radiante aunque vieja, aún tenía vida y aventuras en ella. Cuando abrió la caja todo estaba en su lugar, intacto, ni una mancha ni polvo o tierra e veía dentro. Aquella lista de maravillas descabelladas seguía ahí, y la llave también junto con la caja misteriosa. Cogió la llave para abrir la caja y es cuando sacó ese bolígrafo de tinta negra que había recorrido ese papel para así transformarlo en la lista con maravillas que June había escrito en su adolescencia. Nunca se supo nada más de aquella lista salvo que June se la dio a sus hijos para que algún día ellos hicieran listas de maravillas como ella un día se atrevió a hacerlo.

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⏰ Última actualización: Apr 05, 2015 ⏰

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