2. Devuelta a la Realidad

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1. Samara.
-¡Cálmate chica, todo saldrá bien!- Decía para sí misma- ¡Tolo saldrá bien!- Gritaba en su habitación vacía.

La pequeña Samara se quedó dormida unos minutos después, las lágrimas en su almohada daban la prueba de que un huracán de sentimientos y emociones había yacido en aquel lugar.

(...)

Al otro día, cuando Samara King despertó, con los ojos hinchados y un poco cansada, se fijó en su habitación, la ventana estaba abierta, no recordaba haberla abierto la noche anterior, se sintió un poco confundida, se levantó de su cama para poder cerrar su ventana, pero cuando la fue a cerrar se fijó en una pequeña llave, parecía la llave de un diario o un cajón muy pequeño, tenía aspecto de antigüedad, cerro su ventana, cogió la llave y la deposito en una pequeña caja con una etiqueta que decía ''Cosas Halladas''

Se dirigió a su mesa de noche y cogió su teléfono, miro la hora, las 7:30 a.m., aquel día no tenía clases agradecía a los Dioses por eso, se sentía mal tanto física como emocionalmente para aguantar a esos idiotas...Empezó a recordar aquel incidente o accidente como su padre le decía... El bosque, como era su olor, como se veía brillar la luna desde aquel punto, las miles de estrellas que le sonreían, aquel hombre misterioso, como la había golpeado, como le había arrebatado su talismán y...
En aquel momento alguien llamo a la puerta, una voz femenina la llamaba.
-Samara querida, ¿Puedo pasar?- Dijo aquella voz femenina, Samara la reconoció instantáneamente, era su tía, su maravillosa tía, recordó cuando la llevo a aquella cafetería, cuando aquella tarde tomaron capuchino y comieron galletitas con chips, como hablaron de sus pasatiempos favoritos y cuando le obsequio su primer libro, tenía apenas 10 años, como pasa el tiempo...La tía de Samara golpeo otra vez, despejando sus pensamientos.
-Claro tía puedes entrar-Dijo con voz débil.
-Cariño, por si no te has dado cuenta la puerta tiene pestillo, serias tan amable de quitárselo.-Dijo un poco irónica.
> Penso.
Samara se paró de su cama y le abrió a su tía, cuando abrió, su tía se abalanzo encima dándole un fuerte abrazo-Tenia un suéter rojo, unos jeans y uno botines con tacón, su melena castaño oscuro estaba un poco despeina, sus ojos verdes resaltaban, tenía la pupila dilatada y los labios rojos por algún colorete caro, era la primera vez que la veía tan informan, se le ve tan joven pensó, su perfecta nariz recta le acaricio la oreja.
-Oh cariño, como me alegra verte ¿Necesitas algo querida?- Dijo soltándola un poco y dándole un pequeño pero dulces beso en la mejilla, la tomo por los hombros y la examino un poco, tenía los ojos como platos, estaba algo preocupada.
-Tranquila tía, estoy bien, no tienes por qué preocuparte- Dijo cabizbaja, con malagana, no quería hablar con nadie, quería estar en su habitación, leyendo un poco, despejando sus pensamientos...SOLA...

-¡Hey pequeña! No te pierdas en tu mundo- Le dijo su tía agregando un chasquido de dedos y mirándola ceñuda.
-Lo siento tía, s-solo quiero estar sola. -Dijo cabizbaja, un poco incomoda.
-Cariño ¿Qué te pasa? ¡Tú no eres así!-Dijo su tía, con un gesto de dolor.
-Nada tía Stephanie, ¿Acaso no puedo estar sola por un momento? ¿Despear mis pensamientos y leer un poco? PERO SOBRE TODO ESTAR SOLAAA!-Grito a su tía, dejándola con una perfecta O en su boca, su tía dio un paso atrás con un gesto de dolor, Samara tiro la puerta con fuerza, la cerro con pestillo, se arrodillo con las manos en la cabeza, tirando un poco de su cabello. ¿Qué le había sucedido? No se explicaba, su tía tenía razón ella no era así. Trato de calmarse un poco. En algunas ocasiones grito de frustración. Se levantó y se miró al espejo, su perfecta melena de cabello castaño claro caía en cascada sobre sus hombros, el pijama resaltaba la perfecta figura de Samara, de su ojo derecho salió una pequeña lagrima, se la limpio bruscamente con su mano derecha.
-¡ERES UN MOUNSTRO!-Grito a su reflejo, lanzando un zapato al espejo, este tambaleo un poco...

(...)

Después de un rato Samara salió de su habitación, corrió en dirección a las escaleras con la intención de encontrar a su tía, pero resbalo un escalón y callo rondando las escaleras, por suerte no le ocurrió nada, se levantó y corrió a la sala pero ya no se encontraba nadie en casa, solo estaba ella y su mascota pelusa que era un pequeño gato persa con los ojos azules y pelaje gris.

Después de un rato Samara decidió salir, se ducho y escogió alguna ropa que todavía tenía etiqueta de precio, una blusa azul aguamarina que dejaba descubierta casi toda su espalda, un pantalón blanco con pequeños lunares color verde hierva, con una chaqueta negra de cuero y sus preciadas converse negras, se dio un retoque de rimen y de complemento el reloj de su madre.

Salió a caminar por las calles de Oakland, su ciudad natal...
Camino cerca de las 5:30 p.m. llego a una pequeña tienda situada en una esquina con un gran letrero de ''WONKA'', le crujía el estómago quería algunos de esos caramelos, pero no llevaba dinero con ella, así que siguió caminando más frustrada...de repente choco con un chico.
-¡Ten cuidado enferma!- Le dijo casi gritando, se sentía impotente de no poder responder, maldijo a su estúpida timidez, maldijo a aquel chico.
-L-lo siento.-Dijo en signo de respuesta y siguió caminando un poco más rápido.
-¡ENFERMA!- Le grito aquel chico desde lo lejos. Samara quería gritarle, quería sacar toda la rabia que tenía por dentro, quería ser otra persona en ese momento. Se paró enfrente de un gran almacén que ya había cerrado, miro su reflejo.
-¿Qué hay de malo en mí?-Se preguntó para sí misma agachando su cabeza. Siguió caminando, había un gran charco de lodo en la acera, y por desgracia un coche paso a toda velocidad embarrando el gran atuendo de Samara.
-¡HIJO DE LA GRANDICIMA P...!-Reprimió sus palabras-Lo que me faltaba, ¿lo ves Samara?, parece que tienes mucha suerte el día de hoy.- Así que se quitó su chaqueta de cuero y siguió caminando, alboroto un poco su melena y de la nada se topó con un gran letrero que decía ''DISCOTECA'THE'WITCH'', sonrió de medio lado y se decidió a entrar, tenía un poco de rímel corrido en sus ojos color miel, hizo aquella fila para entrar a la discoteca,  en aquella fila detras de ella extactamente, habia un chico rubio de ojos verdes,  tenia una americana blanca y un buso azul,  unos jeans y unas vans de coleccion,  era engreido se notaba por la forma en que hablaba, derrepente sintio que alguien cogio su trasero,  Samara abrio los ojos como platos y se dio media vuelta.
-¡QUE TE PASA IMBESIL!-Grito a aquel chico,  que la miraba con una sonrisa de medio lado. De repente Samara no acepto ese gesto tan nefasto y pedofilo, compirtio su mano en un puño,  cogio impulso y le propino un buen golpe en la cara a este chico que se abalanzo hacia atras.
-¡Que te pasa enfermaa! Acaso no se gusta que te admiren y te toquen! - Dijo el chico sobandose la cara y soltando una risita.
-No-Dijo Samara soltando una risita ironica,  mirando hacia el suelo,  el chico,  estupido por sierto,  se levando y la cogio de la cintura,  levantando su barbilla le iva a dar un beso a Samara,  pero de repente Samara con su magnifica rodilla le dio en los huevos. Dejando hay al rubio sin cerebro en el suelo.
-No creas que es tu dia de suerte idiota- Dijo con odio y escupiendole la cara.
-¡ME LAS PAGARAS PERRA! - Le dijo aquel rubio,  sobandose sus bolas y tirando en el suelo,  pero Samara ya estaba lo bastante lejos para responderle.
Aquella pelea habia formado un pequeño trancon.
Cuando logro entrar, el lugar era magnifico, sus luces parpadeantes hacían que tuviese que cerrar un poco los ojos, de fondo sonaba SUMMIT de Skrillex, la pista de baile se llenó, la multitud enloquecía.
-Vaya, vaya mira de lo que te has perdido toda tu vida Samara.-Dijo echándole un ojo a toda la discoteca. Fue por una bebida.
-Una cerveza por favor.-Le digo al barman, el barman la miro sorprendido, iba a decir algo, pero mejor se calló y le paso la cerveza. Samara al darle el primer trago hizo una cara de AAAGG...
Poco después fue a mirar más el sitio detalladamente, por alguna extraña razón sentía que alguien la estaba mirando o persiguiendo, miro por encima de su hombro, se sorprendió al verlo hay.
-No puedes ser ¡ERES TU!...

The story Changes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora