3. Sucesos Inesperados.

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...Eres tú...
Samara se dirigía dónde estaba E... De repente alguien la cogió por el codo, era un policía, de un momento a otro se oyó un gran estallido, habían tirado la puerta, en ese momento más policías entraron con armas apuntando a toda la multitud que se encontraba en la pista de baile, el DJ paro la música, un policía entro con un megáfono.

-Vaya, vaya que tenemos aquí...-Examino el lugar detalladamente con sus grandes anteojos- Jóvenes, alcohol y hormonas flotan en el aire... me temo que tendré que llevarlos a todos a la comisaria.- La multitud hizo un gran AHHH- NO, NO nada de AHH, vamos todos a la comisaria AHORA.- Grito a sus colegas dando una orden, estaba disgustado. Cuando sacaron a Samara de aquel establecimiento, con sus manos en la espalda y esposas puestas, un policía con un sujeta papeles le asigno una patrulla con tres personas más, dos mujeres y un chicos, y como era de esperarse, aquel chico era el Samara un momento antes había golpeado, tenía el ojo hinchado y un poco negro. Se fulminaban con la mirada. Las dos chicas lloraban.
-Y ahora que aremos Lisa, nuestros padres van a matarnos.- Dijo una a su amiga, llorando un poco, tenía una minifalda negra de cuero, el cabello rubio, teñido por cierto, una mini blusa color salmón y unos tacones negros, en su cara yacía un rio negro de rimen que corría por su mejilla.
-¡ES TAN INJUSTO!- Dijo la otra chica, tenía un Jean negro que le lucia muy bien, una blusa negra con pequeños gatitos estampados en ella, unas converse negras y era pelirroja.- LA PRIMERA VEZ QUE SALIMOS Y MIRA LO QUE NOS PASA.-Gritaba un poco, querían llamar la atención.
-¡YA CALLENSE, MOCOSAS MALCRIADAS!-Grito aquel chico, un poco estresado y cabizbajo, trataba de ocultar un poco su enojo.

Samara parecía confundida, no porque estaba en la patrulla con aquellos chicos, sino porque lo había visto el chico del bosque, el que no respondió su pregunta, el que la miro con una sonrisa de mil soles, el que por primera vez la había mirado con tanto entusiasmo, cariño y a la vez angustia y terror, sus ojos azules que brillaban como estrellas reflejadas en un mar tranquilo...

Sentía la mirada de todos en ella, ella volteo, echo un vistazo a todos que la observaban confusos, sintió como sus mejillas enrojecían y agacho la cabeza...
Cuando llegaron a la comisaria, soltaron sus esposas, que le dejaron una marca roja en sus muñecas, le asignaron una senda con un teléfono, estaba rodeada de adolescentes con sus atuendos provocativos y sexys, se sentía fuera de lugar con su atuendo embarrado de lodo, se sentó al lado de un chico que parecía relajado, se notaba que no era la primera vez que estaba en aquel sitio.
-Amm, oye, disculpa ¿tienes una m-moneda?- Le dijo Samara a aquel chico un poco desesperada por salir de aquel lugar lo más rápido posible, el chico la miro un poco confundido y esbozo una pequeña sonrisa de medio lado, tenía una chaqueta marrón con un jean y unas vans café con negro, el cabello castaño oscuro y sus ojos eran negro.
- ¿Así que ya te quieres ir de la fiesta eh?- Le dijo, cruzando un poco los brazos y mirándola con una sonrisa de medio lado, era un poco divertido, Samara lo miro confundida y frunció el ceño, el chico notando su reacción soltó una risita burlona.
-Vale, vale tranquilízate chica disfruta un poco esto, se va a poner mejor.- Dijo acomodándose un poco más en aquella silla.- Mira, ¿vez a esos dos chicos?- El chico señalo, con su dedo índice a dos chicos rubios, Samara asintió- Uno de ellos es Gay, si me dices cual es te daré la moneda, tienes solo una oportunidad querida.- Samara lo miro confusa.

SAMARA

Mierda, solo tengo una oportunidad, que estúpido juego si se le puede llamar así, aagg, vamos Samara piensa, el primer chico que está a tu derecha trae jean, con una americana gris y un suéter verde, y esas vans negras con gris, se le ven tan bien, y tiene el cabello corto, ese no es, es obvio que no, el otro a tu izquierda trae un overol con unas converse y una camisa azul marino, tiene el cabello largo y sus ojos azules miran a aquellas chicas muy provocativo, este tampoco puede ser, aagg, joder arriésgate.
-Es el de la derecha- Dijo Samara al chico, un poco segura pero nerviosa, el chico rio un poco.
-Me temo que has pedido.- Dijo sonriendo de medio lado.- Aunque...- Se metió la mano al bolsillo trasero de su jean y saco una pequeña moneda, cogido la mano derecha de Samara y situó la moneda hay- Gracias por jugar con migo.- Dijo guillándole el ojo.


Samara sonrió alegre y le dio un abrazo al chico tomándolo por sorpresa, el chico abrió los ojos como platos pero después de un momento rio alegremente.
-Muchas gracias y fue un placer jugar contigo.- Dijo Samara levantándose y guillándole un ojo al chico, corrió hacia donde estaba el teléfono y deposito la moneda en el marcando el número de su padre.
-¿Si?- Contesto su padre
-Hola padre.
-Samara querida.- Dijo su padre un poco preocupado, no solía recibir llamadas de su hija.
-Necesito que vengas por mí a la comisaria del sur.- Dijo Samara un poco nerviosa.
-¿QUUEEE?- Gritando su padre, Samara tuvo que alejar un poco el teléfono de su oído.
-Hazlo por favor, te espero aquí y l-lo siento.- Samara colgó de un golpe, dejando a su padre hablando solo.

(...)

Una hora después llego su padre, un poco alarmado, con una chaqueta café un pantalón de dril y unos zapatos marrón que combinaban muy bien, tenía los ojos como platos.
-Padre- Dijo Samara en un susurro
-Samara- Dijo su padre, señalándole al policía quien era su hija. Un momento después la estaba libre.

(...)
En el auto de su padre, Samara se mostraba distraída y un poco cansada, su padre le hacía todo tipo de reclamo, le hacía preguntas, muchas preguntas, Samara empezaba a disgustarse.
-Dime ¿Qué hacías en ese lugar de mala muerte?- Dijo su padre mirando a la carretera.
-Bueno, eemm, yo, Salí a caminar y me topé con aquel lugar, me dio curiosidad y entre eso es todo, nunca había estado en una discoteca, no pensé que la policía iba llegar y...- Samara le contesto a su padre mirando por la ventana distraída, deseaba llegar a casa rápido.
-Eso es aceptable, pero dime ¿qué mierda ha pasado con tu tía? ¿Por qué le has respondido de esa manera? No sabes lo mal que se sintió.-Dijo dando una curva para tomar una carretera principal.

-No sé qué me ha pasado, quería estar sola, quería despejar mis pensamientos y...-Dijo Samara, las palabras apenas le salían, sentía una presión en el pecho, se sentía culpable- Además si se cómo se ha sentido, cierta persona que no pienso nombre me ha hecho lo mismo...-Dijo un poco disgustada mirando por la ventada, por su cabeza paso aquel recuerdo de cuando era niña, había tenido una pesadilla, había ido al estudio de su padre, pero su padre cerrándole la puerta en la cara la hizo sentir como una mierda. Su padre la miro nostálgico.
-Cariño...
-Cariño nada padre, solo sigue conduciendo...- Dijo interrumpiendo a su padre, una lagrima corrió por su mejilla pero la limpio antes de que su padre la pudiese ver. Su padre solo se mostró atento a la carretera después de aquella pequeña discusión.

Cuando llegaron a casa, su padre estaciono el auto al frente de casa, Samara salió corriendo directo la puerta de su casa, cuando entro dejo escapar un grito sordo que alarmo a su padre, su padre se acercó y observo con ella, todo estaba destruido, estaba de cabeza, avían saqueado su casa, Samara corrió rápidamente las escaleras llegando a su cuarto que estaba intacto, una pequeña luz entraba desde su ventaba, se sintió a salvo, salió de él.
-Padre todo bien, mi cuarto esta intacto.- Dijo sintiéndose feliz, tenía tantas cosas, reliquias de todas partes.
-Bien quería, serias tan amable de mirar todas las habitaciones, yo mirare aquí abajo.
-Está bien-Dijo Samara dirigiéndose al cuarto de su padre, cuando entro estaba totalmente destruido, habían papeles por todas partes, los tendidos de su cama se hallaban en el suelo y su tv estaba totalmente roto. Se dirigió al cuarto de huéspedes, que también se hallaba como el de su padre, totalmente destruido, se dirigió al baño, que le estaba saliendo agua por dejado de la puerta, las llaves de la bañera estaban abiertas, el espejo se hallaba echo pedazos por el suelo.
-Padre, tu habitación y la de huésped están completamente destrozadas- Grito Samara desde el baño- El baño ni se diga.
-Bien cariño, baja por favor- Dijo con calma, cuando Samara bajo, su padre tenía una especie de pate en la mano.
-Bien querida...-Estaba sudando, nervioso, estaba temblando.- Viendo como están las cosas- Se acercó a Samara que retrocedió algunos pasos de el.- Me has causado muchos problemas- Cogió el bate con ambas manos, lo alzo iba a pegarle a Samara, pero antes de que pudiera hacerlo Samara salió corriendo de su sala.-Cariño no te escondas, solo quiero platicar un poco.- Samara se hallaba escondida detrás del sofá, asustada, no sabía qué hacer, vio su oportunidad de salir por la ventada, así que agarro lo primero que vio, una matera a su derecha, la cogió, pero escuchaba los pasos de su padre, que estaba en la cocina según los cálculos de Samara, era su oportunidad, así que arrogo la matera por la ventana haciendo un estruendo y provocando que le cayeran vidrios en la cara, era su oportunidad pero cuando iba a escapar su padre la tomó por sorpresa de su pie derecho halándola, Samara grito muy fuerte, pero nadie la escuchaba, o eso parecía... Su padre la llevo al sótano... dejándola atada y sola con una pequeña lámpara de gas que emitía una luz muy pequeña...

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⏰ Última actualización: Apr 10, 2015 ⏰

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